Casos enigmáticos en Bolivia: 10 personalidades cuyas muertes están envueltas en misterio

Policía procesa la escena del crimen del caso Colodro, en Santa Cruz. / APG
Policía procesa la escena del crimen del caso Colodro, en Santa Cruz. / APG

Fuente: Opinión

Son varios las muertes de figuras públicas en Bolivia que, a pesar de los informes finales de los investigadores y el transcurso del tiempo, siguen siendo consideradas misteriosas. En su momento generaron gran sorpresa dando lugar a diversas teorías, muchas de las cuales están relacionadas con posibles asesinatos, accidentes o suicidios.

A continuación, le presentamos 10 casos destacados:



1. CASO COLODRO.

El 26 de abril, Carlos Alberto Colodro López, un abogado y auditor financiero oriundo de Chuquisaca, fue designado por la Autoridad de Supervisión Financiera (ASFI) como Interventor del ex Banco Fassil. Esta medida se tomó después que se descubriera presuntos malos manejos que llevaron a la entidad a una crisis financiera. Sin embargo, apenas 31 días después, el Interventor perdió la vida en circunstancias que algunos consideran aún un misterio.

Colodro cayó del decimoquinto piso del edificio Ambassador, ubicado en el barrio Equipetrol de Santa Cruz, a las 20:32. El ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, afirmó que el Interventor escribió una nota póstuma en su agenda antes de tomar la trágica decisión de quitarse la vida, sin albergar ninguna duda al respecto. Señaló que, según testimonio de personas cercanas al fallecido, la víctima padecía de depresión, lo cual habría sido el motivo que lo llevó a arrojarse desde un balcón, cayendo desde una altura de 59.2 metros a una velocidad de 122 kilómetros por hora, resultando en la pérdida de un ojo y un testículo. Dijo que no hubo ningún acto de violencia ni tampoco fue obligado a lanzarse.

Colodro murió a sus 63 años debido a un shock traumático, laceración múltiple de órganos internos y politraumatismo por precipitación. Del Castillo, acompañado del fiscal departamental de Santa Cruz y otras autoridades, manifestó en conferencia de prensa que todos los elementos, incluyendo pericias técnicas y científicas y análisis grafológico, demostraron de manera concluyente que la víctima se quitó la vida.

El abogado Jorge Valda, quien en principio representó a la familia Colodro, expresó su escepticismo respecto al informe presentado por el Ministro, y desde el inicio ha planteado la posibilidad de un asesinato. Aún quedan interrogantes sin respuesta, especialmente en relación al encabezado de la nota póstuma que dice: “Me engañaron, me dieron la espalda, me mataron”. Surge la pregunta, ¿a quiénes se refería Colodro?

2. ABOGADO DE CAMACHO.

La noche del pasado 1 de mayo, se descubrió el cuerpo sin vida del abogado Christopher Balcázar Jiménez en la zona de Urbarí, Santa Cruz. Según los informes iniciales, el jurista, quien estaba llevando la defensa del gobernador Luis Fernando Camacho, habría caído desde el undécimo piso del edificio donde residía.

Al día siguiente, el comandante de la Policía de Santa Cruz, Erick Holguín, dijo que era prematuro afirmar que Balcázar se suicidó, por lo que la Fiscalía citó a declarar los guardias de seguridad y vecinos del condominio y cercanos.

3. TESTIGO PROTEGIDO DEL CASO ABC.

Felipe Sandy Rivero, abogado y testigo protegido en el caso de presunta corrupción en la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC), falleció el pasado 20 de enero en Miami, Estados Unidos. Se hablaba de una muerte en un accidente de tránsito, pero fue objeto de especulación y las circunstancias no fueron aclaradas.

Sandy denunció el caso ABC el año pasado, con el respaldo del diputado oficialista Héctor Arce, pero antes de hacerlo, solicitó garantías de seguridad, y las autoridades del Ministerio Público le concedieron el estatus de testigo protegido. A pesar de estas supuestas garantías, recibió amenazas y se vio obligado a abandonar el país. En enero, poco antes de su fallecimiento, el testigo protegido grabó un video donde detalló los hechos relacionados con el caso que había denunciado e incluso habló de una supuesta “sentencia de muerte”.

La grabación fue revelada la noche del martes 21 de marzo. El ministro Iván Lima acusó a Sandy de formar parte de una red de extorsión. Hace poco, el Ministerio Público resolvió el sobreseimiento en favor de los acusados por el denominado caso “coimas millonarias en la ABC”, no obstante, el diputado Arce presentó en recientes días un memorial de impugnación.

Estos tres primeros casos se registraron durante este año y ocurrieron en un lapso de tan solo 127 días.

4. ASESOR DE COMTECO.

El 23 de agosto de 2015, el fallecimiento de Óscar Gualberto Claure Villarroel, reconocido abogado y asesor jurídico de la Cooperativa de Telecomunicaciones Cochabamba (Comteco), conmocionó a la comunidad. Claure había desempeñado un papel fundamental en la empresa cooperativa durante más de 15 años.

El sonido de un disparo alrededor de las 8:55 de la mañana alertó al guardia de seguridad del estacionamiento y a quienes se encontraban cerca del edificio de Comteco, ubicado en la avenida Ballivián y calle La Paz, Cochabamba.

Encontraron a Claure en el sótano del edificio, sentado en el asiento de su vehículo, un Ford Dorado modelo 2001. En la escena se descubrió un arma de fuego calibre 9 milímetros en el suelo del automóvil, y el abogado estaba sentado con una herida en la cabeza.

El informe de la autopsia indicaba que la causa de la muerte era un «traumatismo encefalocraneano causado por un arma de fuego». Además, no se encontraron signos de violencia en el lugar, lo que llevó a fortalecer la hipótesis de un suicidio.

Algunas personas, incluidos socios de la cooperativa, afirmaban que Claure tenía la intención de abordar algunos asuntos relacionados con Comteco y sospechaban que había sido silenciado.

El abogado Óscar Gualberto Claure Villarroel nació en Cochabamba el 8 de septiembre de 1964. Era nieto del expresidente Gualberto Villarroel.

5. COCHE BOMBA CONTRA FISCAL VON BORRIES.

El país entero se vio conmocionado por el brutal crimen de la fiscal cruceña Mónica Von Borries. El fatídico 27 de febrero de 2004, por la tarde, perdió la vida tras la explosión de su vehículo. Von Borries estaba a cargo del caso Diodato, vinculado al narcotráfico, y llevaba a cabo una investigación sobre un juez implicado en evasión tributaria de tierras.

Los hechos ocurrieron cuando la fiscal salió de su residencia rumbo a su oficina en el Ministerio Público de Santa Cruz. Subió a su automóvil que se encontraba estacionado frente a su puerta. Pocos segundos después, se produjo la explosión. El vehículo quedó destrozado y envuelto en llamas. El estruendo de la explosión se escuchó a varias cuadras de distancia.

Según las autoridades, este cobarde acto que acabó con la vida de la fiscal fue una represalia del narcotráfico. Von Borries era una mujer valiente y ejemplar de Santa Cruz, quien lideraba la investigación contra el narcotraficante Marco Marino Diodato, vinculado a actividades relacionadas con casas de juego. Además, estaba llevando a cabo importantes investigaciones sobre irregularidades en la asignación de tierras en el oriente boliviano.

Según una publicación de EFE en marzo de 2006, un tribunal boliviano declaró inocente al español Javier Villanueva del asesinato de la fiscal Von Borries. Durante el juicio oral, que duró alrededor de dos años, un tribunal de sentencia de Santa Cruz absolvió a Villanueva y a Freddy Hurtado, ciudadano boliviano acusado de complicidad. Sin embargo, el brasileño Ricardo Borba fue condenado a quince años de prisión por el mismo delito.

Para la fiscalía, Villanueva, Borba y Hurtado formaban parte de una supuesta banda criminal responsable del atentado con bomba que causó la muerte de la fiscal Von Borries. Se afirmaba que el grupo estaba liderado por el italiano Marco Marino Diodato y también incluía al brasileño Sandro de Carvalho, prófugos de la justicia. El tribunal absolvió a Villanueva y Hurtado debido a que los medios de prueba presentados no fueron suficientes para demostrar su participación y responsabilidad penal en el crimen.

6. EL CASO DEL GERENTE DE FINSA.

El caso de Nelson Arévalo, gerente de la Firma Integral de Servicios Arévalo (FINSA), se destaca entre los estafadores más prominentes. El 30 de septiembre de 1991, Arévalo fue encontrado muerto en circunstancias que aún hoy permanecen sin esclarecer. Hasta la fecha, no se ha determinado si fue asesinado o si pagó por su propia muerte.

En la madrugada del lunes 30 de septiembre de 1991, el cuerpo sin vida de Nelson Arévalo fue descubierto en el asiento trasero de su jeep Suzuki, estacionado en la Plaza Constitución de la ciudad de Cochabamba. Presentaba señales de haber sido esposado. Un disparo a quemarropa había penetrado por su oreja derecha, destrozando por completo su cráneo. La policía planteó la teoría de un “homicidio-suicidio”. Según esta versión, el gerente de FINSA habría planeado y pagado por su propia muerte a manos de uno de sus guardaespaldas. Si bien es cierto que el principal protagonista de la estafa atravesaba por una profunda angustia y estaba sumido en el alcohol, pocos creyeron en la versión policial. Incluso su amante y secretaria personal mencionó que Arévalo no descartaba la posibilidad de quitarse la vida al encontrarse atrapado en un callejón sin salida.

Todo comenzó a finales de la década de 1980, el anzuelo estaba dispuesto para una estafa que alcanzaría los 50 millones de dólares, afectando a más de 22 mil personas en un lapso de poco más de cinco años.

La bonanza del dinero fácil se convirtió en pesadilla en 1991. Hogares destruidos, patrimonios reducidos a cero, violencia, llanto, impotencia e incluso suicidios fueron las consecuencias. Nelson Arévalo era considerado un «gran benefactor» que ostentaba cadenas y relojes de oro, regalaba billetes de 100 dólares y era cliente habitual de restaurantes y lugares de entretenimiento, siempre protegido por sus guardaespaldas. Sus colaboradores más cercanos en el fraude eran miembros de su propio círculo familiar.

La última foto que se tomó al helicóptero en el que murió Barrientos. / ARCHIVO DE LA FEDERACIÓN DE LA PRENSA
La última foto que se tomó al helicóptero en el que murió Barrientos. / ARCHIVO DE LA FEDERACIÓN DE LA PRENSA

7. RENÉ BARRIENTOS.

El presidente de Bolivia René Barrientos perdió la vida el 27 de abril de 1969 en un trágico accidente de helicóptero en Arque, Cochabamba.

Según la investigación llevada a cabo, el helicóptero se estrelló de manera accidental al colisionar con un tendido eléctrico. Sin embargo, a pesar de esta conclusión, los rumores sobre un posible sabotaje han perdurado hasta el día de hoy.

El general Barrientos ocupó la presidencia en tres ocasiones durante la década de los sesenta. Tenía 50 años al momento de su fallecimiento y había ejercido el poder de manera ininterrumpida durante casi tres años.

8. GERMÁN BUSCH.

En la madrugada del 23 de agosto de 1939, a las 5:30, un disparo en la sien del presidente Germán Busch sumió al país en conmoción. A las 14:45, el líder político falleció, dejando al pueblo boliviano estremecido. Aunque la versión oficial afirmaba que se trató de un suicidio, han surgido dudas acerca de si fue realmente un acto autodestructivo o un asesinato premeditado.

En una nota publicada por La Razón en octubre de 2019, Rolando Roda Busch, nieto del hermano menor de Germán Busch, responsabilizó de la muerte a Eliodoro Carmona, familiar cercano del presidente. Eliodoro Carmona era el cuñado de Busch, además de ser uno de sus edecanes y un individuo con quien el mandatario había tenido varios conflictos.

Según la investigación de Roda, el presidente descubrió que su confidente estaba involucrado en el tráfico de armas, lo cual incrementó las tensiones entre ambos. Además, en el momento de la muerte de Busch, después de una fiesta organizada por el propio presidente, el edecán se encontraba bajo la influencia del alcohol. Testigos presenciales, a quienes se les solicitó testimonios, afirman que en ese estado, Carmona representaba una amenaza potencial como posible asesino.

Las circunstancias que rodean la muerte del presidente Germán Busch continúan siendo objeto de debate y especulación, alimentando las incógnitas en torno a si se trató de un acto voluntario o de un crimen cuidadosamente planificado.

9 y 10. MARCELO QUIROGA Y JUAN CARLOS FLORES.

Bolivia vivió en julio de 1980 el golpe militar liderado por el dictador Luis García Meza, un episodio oscuro en la historia del país. En medio de este turbulento contexto, Marcelo Quiroga Santa Cruz y Carlos Flores Bedregal, junto con otros líderes, se reunieron en la Central Obrera Boliviana para analizar la situación.

Repentinamente, paramilitares descendieron de ambulancias y asaltaron la sede de la organización, ubicada en pleno Prado paceño. Sin mediar palabra, abrieron fuego indiscriminadamente contra todos los presentes. Este trágico suceso tuvo lugar el 17 de julio de 1980.

Marcelo Quiroga y Carlos Flores y otros resultaron heridos en el ataque y fueron trasladados a un lugar desconocido. Desde aquella fatídica jornada, nunca más se supo de estas víctimas.

En febrero de 2022, Felipe Froilán Molina, conocido como «El Killer», expresó su intención de revelar el paradero de los restos de Marcelo Quiroga. Afirmó que no estaban enterrados y que sabía quiénes los tenían, pero no proporcionó más información al respecto.

Molina, ex suboficial de las Fuerzas Armadas, fue condenado en 2007 a 30 años de prisión sin derecho a indulto por el asesinato del líder socialista, aunque su captura tuvo lugar recién en 2016. En febrero de 2020, se le otorgó la detención domiciliaria, pero no se presentó ante las autoridades competentes. Finalmente, fue recapturado el 18 de febrero de 2022.

«El Killer», quien había sido considerado una persona de confianza del expresidente Hugo Banzer Suárez, fue acusado de participar en el asalto a la sede de la COB en 1980. Sin embargo, la incertidumbre sobre el paradero de las víctimas y las circunstancias exactas de su desaparición continúa siendo una herida abierta en la memoria del país.

Fuente: Opinión