Como todos los focos están centrados en la discusión del Movimiento Al Socialismo (MAS), las reuniones soterradas de la oposición pasan desapercibidas, pero ya hay marcada una fecha límite entre aquellos que creen que es posible la configuración de un frente único más o menos amplio que haga frente al MAS, sea quien sea su candidato: Diciembre.
Fuente: El País de Tarija
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Se trata más o menos de lo de siempre, pero con diferentes focos interactuando a la vez: está el tarijeño, está el cruceño, está el libertario y, de nuevo, Carlos Mesa y Samuel Doria Medina que son los que, por un lado tiene los votos (o eso aseguran en el entorno de Mesa) y por otro, la plata.
Santa Cruz, piedra angular
El movimiento de Rubén Costas es precisamente fundacional, o al menos, disparador de las hostilidades en la región clave: Santa Cruz. El exgobernador de Santa Cruz y referencia de una época no tan lejana, pero que parece el paleolítico a la velocidad a la que se vienen moviendo las cosas, se fue a El Deber y presentó su marco ofreciendo Demócratas como paraguas electoral, ya que es de las pocas siglas consolidadas, y descartándose de la carrera.
De momento el ofrecimiento ha caído en saco roto para sus fines directos, pero no para los indirectos: Los verdes necesitan recuperar terreno en Santa Cruz, lo que requiere acabar con Luis Fernando Camacho sin que se note demasiado, pues sus circunstancias particulares – aislado en Chonchocoro por un tema que efectivamente activa lo emocional entre los electores cruceños – impiden el ataque directo.
El plan parece ser mostrarse como la opción solvente que supo gobernar en tiempos difíciles – también con perseguidos, detenidos, etc., – conquistando la autonomía, sin huir y sin caer en la corrupción. Así, entrar en una discusión sobre la gestión y la unidad con Camacho, que siempre saldrá mal parado por la época en la que está gobernando.
Camacho sin embargo captó pronto el juego y respondió directo a la yugular: Costas cogobernó con el MAS (y por eso hizo obras y no está preso). Ni aunque el bueno de Vladimir Peña, que se quedó con los crespos hechos para ser candidato a la Gobernación, trate de dividir responsabilidades y consensuar, difícilmente ambos se podrán sentar en la misma mesa, lo que abre otras opciones.
Los clásicos
El llamado de Costas es para los clásicos: Rodrigo Paz ha tomado nota y ya sus aliados de “Todos” han mandado a Wilman Cardozo al frente para sondear opciones, que en realidad son pocas y en La Paz algunos simpatizantes de Luis Revilla, que en realidad son supervivientes de mil batallas, siempre verán con buenos ojos un frente así, sin definirse ideológicamente.
Otra cosa es con los fuertes.
Carlos Mesa está relativamente cansado. Al fiasco electoral de 2020 le siguió el de 2021, cuando no consiguió tener ninguna implantación territorial, algo que es clave para tratar de articular un proyecto a mediano plazo. Además, su sigla depende básicamente de la familia de Motete Zamora, que aunque ya no esté atrapada en la maraña de la Gobernación, puede acabar definiendo cualquier cosa. Así, prefiere mantener la incertidumbre sin aclarar su futuro, pero es evidente que el único activo de Comunidad Ciudadana es Mesa, algo que se diluiría en un frente que no lo llevara de candidato.
Samuel Doria Medina, por su parte, tiene ánimo de venganza después de que el propio Costas lo sacara de la fórmula de la alianza Bolivia Dijo No en 2019 y se cayera la candidatura de Jeanine Áñez, donde era vicepresidente, en 2020. Aún así no ha anticipado sus cartas, pero es evidente que la animadversión que siente por Costas es similar a la que Costas siente por Mesa y probablemente, viceversa.
Los libertarios
Tuto Quiroga es caso aparte entre los clásicos, sobre todo porque su paradigma ideológico está al alza (al menos en las redes) con Javier Milei despuntando en la Argentina y discursos similares en toda Europa. Todo parece apuntar a que ha dado el relevo de la representación Atlas a otros economistas ambiciosos – y un tanto pedantes – capaces de hacer retórica antinacional incluso con las victorias de Garibay o las derrotas de la Verde.
De momento son un grupo ruidoso en redes que está teniendo mucha llegada a determinados sectores del periodismo, pero aún están lejos de tener una masa crítica suficiente que los convierta en opción. Ahí aparece la oportunidad de Luis Fernando Camacho, que inicialmente parecía más enmarcado en las tesis neoliberales pero que, dicen sus críticos, se convirtió al estatismo ni bien fue electo gobernador de Santa Cruz.
Los plazos
Como sea y como resulte, ambos bloques deben empezar a tomar determinaciones porque el calendario va quedando claro en 2024: Censo en el primer trimestre, (supuestamente) elecciones judiciales en el segundo y primarias en el tercero, un año antes de las elecciones de 2025 para tener mucho tiempo para investigar y medir a cada uno de ellos.
Lo contrario supone llegar rápidamente con acuerdos acelerados a esas mismas primarias. Los resultados de aquello son también conocidos, aunque ninguno de los asesores quiera hablar de ello.
Fuente: El País de Tarija