Argentina vuelve en sí

 

La intachable, como contundente victoria electoral del controvertido candidato libertario, Javier Milei, a la presidencia de la Argentina, sobre el postulante peronista y actual ministro de Economía de esa nación hermana, Sergio Massa, quien había logrado un cómodo triunfo en las últimas elecciones presidenciales con un 36,6%, sobre un Milei, que sólo había logrado alcanzar el 30%, más que una proeza, representa la derrota del caduco y decadente movimiento peronista,  que sirvió de plataforma al Foro de São Paulo, para instalar en la Argentina a un kirchnerismo, aún más negativo que la lacra dejada por Juan Domingo Perón.



Tal como señalamos en una entrega anterior, Milei no solo había perdido las primarias con un 6%, frente al candidato Sergio Massa, sino que en dicha oportunidad perdió también seis de las provincias que obtuvo en las elecciones de Las Paso, muy astutamente cautivadas por las prebendas del “Plan Platita” subsidiado con la maquinita de emitir dinero inorgánico y la cuantiosa ayuda de su cómplice brasileño Luis Inácio Lula da Silva, consistente en un préstamo de 1.200 millones de dólares, sutilmente disfrazado a través de la Corporación Andina de Fomento, más un  enorme contingente de asesores para la campaña.

Con dichos respaldos, propios de una probada política de la “Cosa Nostra”, era imposible descartar una victoria de Massa por su genialidad de administrar la prebenda en los comicios de la segunda vuelta empero, las vueltas que la política da casi de forma providencial en Latinoamérica mostraron que, en medio de esa compleja red donde el crimen organizado erigió su Estado Mayor, varias provincias argentinas muy populosas como: Rosario, Santa Fe y otras, cayeron en el flagelo del narcotráfico. Para colmo, las fuerzas de seguridad del Estado, o ya fueron compradas u obligadas a perder sus legítimos espacios constitucionales, como es el caso de México, Colombia, Ecuador y de otras naciones que hoy se rehúsan a correr la misma suerte que corrieron: Cuba, Venezuela, Nicaragua y muy pronto Brasil y Argentina.

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Lo más rescatable de esta épica y holgada victoria de Milei es el manifiesto temor de  muchos mandatarios de la región que, como: Luis Inacio Lula da Silva del Brasil o Gustavo Petro de Colombia, no pudieron ahorrar epítetos de agravio hacia este presidente electo, que insiste con esa sabia filosofía que dice: “el Estado no te va a sacar de la pobreza, te mete en ella, como pasó en Argentina, desde 1970 hasta ahora, se triplicó el tamaño del aparato estatal y la cantidad de pobres se multiplicó por ocho. El Estado es como un pedófilo en un jardín de infantes. Esto está lejos de ser la solución, es el problema, porque una de las cosas que te pasa es que esto genera una carga impositiva, que va minando las posibilidades del crecimiento. Desde el año 2011 Argentina no crece. En términos per cápita, contra ese año estamos un 15% abajo. Y Argentina tiene el PIB per cápita que registró en 2007. Es decir, perdió 12 años. Por lo tanto, si no se modifica esta situación Argentina cada vez será más pobre.”

 

De cumplir con todos esos postulados expuestos, no sólo estamos seguros de que este outsider de la política cambiará la dramática situación de pobreza e iniquidad a la que nos sometieron los famosos foros, grupos y doctrinas comunistoides del continente, sino que hará que la Argentina vuelva en sí.