Los jóvenes que soñaron y lo lograron

 

Érase hace poco más de 15 años cuando un grupo de jóvenes desde Rosario decidieron cambiar el rumbo de lo que se veía una locura no solamente política sino cultural, hacerle frente al populismo para devolverle al liberalismo la oportunidad de volver a crecer en un país profundamente peronista como si fuera un espejo más de un continente paternalista.



Estos jóvenes se encargaron de organizarse y contagiar de la calidad moral con la que el liberalismo se maneja en sociedades prósperas y felices. Tal fue el trabajo que lograron crecer a nivel nacional para fomentar a un desconocido profesor y tantos profesionales más que se sumarían a la batalla moral que estaría por librarse.

El desenlace hoy es más que conocido, Javier Milei es el presidente que está dando que hablar en el mundo por sus ideas innovadoras y la defensa de lo correcto en un mundo donde parece que hacer el bien está mal y los malos son los premiados. No cabe duda que este es un nuevo eco contra el sistema político que inició con Trump, prosiguió con Bolsonaro y sin dudas con Milei llegará a una conversación de mejor calidad.

No es raro ver que desde Bolivia nos hagamos las preguntas de cuando nosotros, de cuando un Trump, un Bolsonaro, un Milei. Es instintivo querer tomar lo bueno y traerlo para nosotros.

Pero la película de esta historia liberal boliviana está aún en el medio de su inicio y su final, el trabajo que se inició hace más de 10 años con cientos de jóvenes en Santa Cruz continúa cosechándose en distintos grupos liberales cada vez más nacionales, continúa cosechándose en eventos cada vez más masivos con personas de una conversación cada vez más académica. Con jóvenes de educación liberal entrando a espacios políticos, entrando a espacios institucionales o con sus empresas crecidas como para financiar al motor de la libertad.

Muchos se están dando cuenta de la asfixia del Estado, están replanteándose lo que anteriores generaciones nos dijeron. Que el gobierno tal y el gobierno tal. Cuando en realidad los únicos responsables de la arquitectura de nuestras vidas somos nosotros. Prueba de ello es el crecimiento de Santa Cruz o El Alto que son regiones abandonadas por el Estado pero que hoy terminan siendo unos polos de oportunidades gracias al crecimiento del sector privado y el fomento del libre mercado.

Algunos mamotrechos querrán pararse cerca de la bandera de la libertad cuando son orgullosos representantes de instituciones como la Internacional Socialista o partidos políticos reaccionarios o miserables de filosofía interna. La gente no es sonsa, sabemos quienes están en la misma clase política y quienes son diferentes. El hartazgo es tal que se los va llevar por igual a oficialistas y opositores para que venga un outsider que plantee un giro integral para todo el país.

 

Juan de Dios Villarroel Fernández

Analista Político