Plantean levantar subvención de forma gradual a exportadores e invertir en exploración gasífera

Ambos expertos coincidieron que la producción de biodiesel no es la solución, tomando en cuenta que estos ejercerán presiones económicas para la deforestación masiva de los bosques de la Chiquitania y del sur de la Amazonía boliviana.
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Cisternas que trasladan combustible. Foto: Internet

Fuente: ANF

Levantar la subvención a los combustibles de forma gradual a los sectores vinculados al comercio exterior y reformar el plan de inversión exploratoria, son algunas propuestas que plantearon los expertos en hidrocarburos para solucionar los altos costos que tiene la importación de carburantes.

“Lo que hay que hacer es estratificar las subvenciones, mantener para aquellos sectores económicos que tiene un mercado interno y levantar, de forma gradual, para aquellos que no necesitan el apoyo extra del Estado, es decir, para aquellos que están vinculados con el comercio exterior”, explicó a la ANF el investigador de la Fundación Tierra, Gonzalo Colque.



El exministro de Hidrocarburos, Álvaro Ríos, dijo que la producción de biodiesel y etanol no es la solución para reducir los costos de importación de carburantes, tal como lo está haciendo el Gobierno, si no pasa por una reforma de las inversiones de exploración gasífera, propuesta que fue planteada hace mucho tiempo.

“El 2029 el país va a tener que importar 5.500 millones de dólares de combustible entre gasolina, diésel, GLP y gas natural. Por eso es que venimos pidiendo desde hace mucho tiempo una reforma para que exista inversión exploratoria, eso ya debió ser la solución estructural”, afirmó.

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Durante un acto público, este lunes, el presidente Luis Arce afirmó que Bolivia paga un precio “descomunal” por la importación de combustibles y atribuyó el incremento de los costos a los efectos de la guerra entre Rusia y Ucrania.

“El precio que estamos pagando ahora es un precio descomunal producto de la guerra; por lo tanto, el que no entienda que hay efectos positivos y negativos en la guerra y que América Latina y nuestro país está sufriendo un efecto negativo de los precios del petróleo, simplemente ignora cómo se maneja la economía de un país”, señaló.

Altos costos

Con relación al incremento de la importación de combustible, Colque dijo que hasta el 2022 llegó al 35% del total de las importaciones nacionales y Bolivia es el primer país latinoamericano con mayor dependencia de carburante de origen externo, a eso se suma la subvención al diésel y gasolina en el mercado interno y ocasiona más perdidas económicas al país.

“Una economía tan pequeña como la de Bolivia se está dando la libertad de gastar en subvención más 2.000 millones de dólares anual, en promedio. Eso significa que el sector público gasta demasiado presupuesto de las arcas del Estado para mantener los costos y eso no es sostenible”, precisó.

Por su lado, el exministro indicó que el país importa cerca de 50 mil barriles por día, con un costo de $us 7.5 millones por día y anualmente pasa los $us 2.500 millones, es un monto elevado a comparación de la exportación de gas que llega a $us 2.000 millones. Es decir, existe un déficit comercial energético de $us 200 millones.

“YPFB en los últimos dos o tres años se ha vuelto en el que importa y subsidia, YPFB se ha quedado sin recursos, por eso es que está recurriendo a otras estrategias. Estamos en un agujero negro energético, porque 1.500 barriles de diésel de una planta que hay en Santa Cruz no solucionan los 45 mil barriles por día que se usa, o sea ayuda, pero no impacta. El 2029 vamos a estar importando toda la gasolina, diésel, GLP y gas natural”, resaltó.

Biocombustibles

En ese sentido, Arce dijo que el Gobierno está trabajando para resolver ese problema con la creación de plantas de biodiesel en los departamentos de Santa Cruz y La Paz. A la vez, en los próximos años se contará con una planta para sustituir la importación de crudo.

Sin embargo, ambos expertos coincidieron que la producción de biodiesel no es la solución, tomando en cuenta que estos ejercerán presiones económicas para la deforestación masiva de los bosques de la Chiquitanía y del sur de la Amazonía boliviana.

“Lo que sí se puede decir es que la medida que ha adoptado el Gobierno, desde un inicio, han sido equivocadas, ellos creen que la solución es el biocombustible, biodiesel y mantener congelado la subvención que existe”, manifestó Colque.

Para Ríos la producción de etanol y el biodiesel solo es una parte de la solución a los costos elevados de importación, por eso insistió que el Gobierno debe reformar los proyectos y planes de inversión para la exploración de hidrocarburos.

/EUA/ANF