Por: Luis Fernando Romero Torrejón
Muy recientemente el INE proporciono los datos de su ENCUESTA CONTINUA DE EMPLEO al cuarto trimestre de 2023, donde refleja que tenemos una tasa de desocupación urbana del 3,9%, la más baja de la región; este primer lugar también se refleja en su tasa de desocupación urbana de diciembre 2023 que fue del 4.2%.
Analizando brevemente, se observa una mayor participación de los hombres en la fuerza laboral de país, ya que su tasa de ocupación es del 77,2%, en cambio de las mujeres el del 65,4%, de una Población Económicamente Activa (PEA) de 4.748.000 personas.
Algo interesante es la ocupación de las personas por actividad económica, donde se observa que 1.09 millones de personas, un 24% de la Población Ocupada (4,56 millones de personas), están dedicadas al comercio, y solo un 15% a la industria manufacturera. Estos datos indican que nuestra fuerza laboral, como nuestra economía, se dedica mas al comercio, cuya cifra podría duplicarse si es que tomaríamos a toda la economía informal de Bolivia. Además, el hecho que existan pocas personas dedicas a la industria manufacturera, en parte se explica porque nuestro país es poco industrializado y ofrece pocas fuentes laborales en ese rubro, en sí, la oferta de empleo formal, estable y de calidad es muy limitado.
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En la Población Ocupada de 14 años o más, se podría decir que en Bolivia tenemos una fuerza laboral relativamente joven, ya que el 28,5% son personas entre 16 a 28 años; lo cual es compensado por el grupo de 45 a 59 años de edad, que representan el 21,9%.
La tasa de desocupación juvenil, de 16 a 28 años, cerro el 2023 con la cifra de 6,5%, superior a la del conjunto del país. Esto indica que todavía hay mucho por hacer para brindar oportunidades reales de trabajo a los jóvenes del país, donde hay una sobreoferta laboral y pocos espacios para trabajar, mucho menos aun en el sector formal.
Si bien hemos bajado estadísticamente hablando de un 10,8% de desocupación al 3T de 2020 (año de la pandemia) al actual 3,9% del 4T 2023, es cuestionable y dudoso que de cada 100 personas solo 4 estén desocupadas, al menos si cotejamos esto con lo que se observa en las calles. Se podría decir que esta tasa de desocupación oculta o camufla una elevadísima informalidad en nuestra economía y su fuerza laboral, ya que mas del 80% de trabaja en la misma; inclusive podría ser del 95% si solo consideraríamos a personas con empleo a aquellas que tengan trabajo estable y de calidad, con seguro social, cobertura medida y que su contrato este registrado en el Ministerio de Trabajo.
Lastimosamente la metodología de estimación del desempleo en nuestro país mete en la misma bolsa a la señora que vende caramelos en la calle como al gerente del banco corporativo, ambos para el INE tienen trabajo, no son desocupados. En teoría esta bien, pero estos datos esconden la muy baja calidad del mismo, los altos índices de subempleo, autoempleo y otras formas de trabajo que no tienen estabilidad, ni protección ni los ingresos pertinentes que en la mayoría de los casos no gana ni el salario mínimo nacional.
Por lo tanto, es oportuno hacer un reajuste en su medición, considerar a personas con empleo solo a aquellas que tengan un trabajo formal, estable y de calidad, la cuales son muy pocas en Bolivia. Siendo sinceros, a ningún gobierno le convendría hacer esto, sus indicadores serían muy malos y reflejarían la cruda realidad de nuestra informalidad y pésima calidad laboral en nuestro país.
NO SE PUEDE TAPAR EL SOL CON UN DEDO, DONDE SE VEA, HAY POCO EMPLEO, PERO SI MUCHO TRABAJO DE BAJA CALIDAD. LA INFORMALIDAD, ES EL PAN DE CADA DÍA EN BOLIVIA.
Luis Fernando Romero Torrejón
Pdte. Colegio Departamental de Economistas de Tarija
Fuente: eju.tv