Las claves fundamentales para acabar con la corrupción, el crimen y la delincuencia

Si deseamos combatir la corrupción en la política y las instituciones, debemos de combatir sus orígenes, que es la sociedad misma, la corrupción en la política y en las instituciones públicas es un reflejo de como está la sociedad.

Los políticos y los funcionarios salen de la sociedad, al igual que los delincuentes, si se quiere combatir la corrupción en estas esferas se debe de combatirla en las prácticas ciudadanas, elevando las penas por la realización de dichos actos.



Al igual que la delincuencia, hay más gente que se arriesga a dedicarse a estos actos por las bajas penas a las cuales se arriesgan y las facilidades que tienen para evadir el castigo, en cambio, cuando el castigo es exageradamente elevado, las personas la piensan 3 veces antes de cometer cualquier ilícito.

Como reza el viejo dicho, como es arriba es abajo, lo mismo en la sociedad.

Por otro lado, es menester aplicar la mano de seda, que es realizar medidas preventivas que subsanen la necesidad que lleva a los ciudadanos a recurrir a la corrupción, a la delincuencia como forma para conseguir sus objetivos y o satisfacer sus necesidades.

Ya que imponer castigos solo por combatir la situación, sin subsanar las causas que lo aquejan, es como podar la mala hierba, nunca dejará de crecer, porque las raíces siguen brotando en tierra y volverá a crecer una y otra vez.

Dado que no podemos quejarnos tan solo de la delincuencia y de la corrupción si no tomamos las medidas preventivas y coercitivas.

Las medidas preventivas tienen que ver con hechos positivos en donde ven mayor beneficio y facilidad de acceso a herramientas que le ayudan a lograr alcanzar solucionar sus necesidades y la realización en su vida, alcanzando la prosperidad que le permite vivir una vida mejor cada vez

Y a la vez está el lado espiritual, el hombre no es solo físico, materia, porque está comprobado que llenando su vida de prosperidad material, aún se sentirán vacíos, porque el hombre no es puramente material, ya que tiene una esencia eterna dentro de este espacio temporal material que necesitarán llenar

En el sentido del párrafo anterior, es donde entra la fe en Dios, la fe en Cristo, la fe fundada por el único hijo de Dios, la Fe Católica, entregando sobrenaturalidad a la vida ordinaria de los hombres, recordando la temporalidad de esta vida y la eternidad de la vida espiritual.

A la vez están los otros elementos espirituales que forman parte sine qua non de a fe:

Ver a la familia feliz, ayudar al prójimo, a los enfermos, al hambriento, al que necesita de ropa, alimento, medicina, al que cometió un delito, un error y necesita ser visitado en la cárcel para motivarse a no volver a cometer malos hábitos, a cambiar.

Entonces, uno se preguntará, ¿Cuál es el punto de partida?, el punto de partida es el individuo, la familia. El fomentar la vida en familia, en crear políticas que permitan compatibilizar el éxito profesional con la vida en familia, donde los padres puedan con un solo trabajo solventar todas las necesidades de la casa y a la vez, poder tener tiempo de ocio y esparcimiento con los hijos y la esposa, pudiendo así estar más pendiente del día a día de sus hijos, para corregirlos y guiarlos, luego de ello viene la educación en los colegios y demás entidades educativas, siguiendo con las herramientas y facilidades que puedan acceder para prosperar, y terminando con las herramientas coercitivas y punitivas que tiene la sociedad por medio del Estado,

En resumen, si queremos una sociedad libre de corrupción y delincuencia, debemos trabajar desde las bases de la sociedad: la familia y el individuo, tanto en las causas, como en crear medidas preventivas y coercitivas endureciendo ferozmente las penas como para que el precio de realizar tales actos sea demasiado elevado, pero que a la vez tengan una salida, soluciones, dado que si la persona no encuentra la salida a sus necesidades, no encuentra herramientas y soluciones, por un lado, por el otro ve las penas coercitivas muy altas, la tendencia al suicidio se incrementará, como pasa en muchos países asiáticos.

Autor: Miguel Joaquín Toledo Subirana