Un Cristo restaurado retorna a su altar y renueva la fe en San Ignacio de Mojos

 

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Las Mamita Abadesas observan al Cristo restaurado en el templo misional de San Ignacio de Mojos. Foto: María Eugenia Carrizo

 

Fuente: ANF



Tras más de 50 días de un atento y cuidadoso trabajo de restauración, el Cristo crucificado retornó al altar del retablo principal del templo misional de San Ignacio de Mojos, Beni, imagen que desde su modesta y solemne ubicación día a día renueva la fe y la espiritualidad del pueblo mojeño.

Judith León Bravo, la artista plástica visual con especialidad en escultura y oriunda de San Ignacio de Mojos,  y un grupo de colaboradores fueron los encargados de realizar la restauración que, en su criterio, significó una labor muy especial y emocionante dadas las características de lo que considera un patrimonio espiritual muy significativo para su pueblo.

“Encargarme de esta restauración fue un reto increíble, una misión. Yo creo que estaba marcado en mi destino y trayectoria como artista”, manifestó la especialista en contacto con la ANF.

Según el párroco de San Ignacio de Mojos, Fabio Garbari, SJ, la iniciativa de la restauración partió del cabildo indigenal que alertó del deterioro de la imagen y la necesidad de mejorar su estado. Por ello, se encomendó esta misión especial financiada por la parroquia a León Bravo.

El Cristo remozado fue restituido a su posición en el altar mayor del templo misional el pasado 20 de marzo, en medio de otro acto solemne y significativo para los creyentes. Para la especialista se cumplió con las expectativas en tiempo y obra, pero sobre todo se respondió a la confianza del cabildo indigenal.

Manos a la obra

En medio de un solemne acto desarrollado el pasado 25 de enero, los Santos Varones, el Coro Musical, las Mamitas Abadesas, Sacristanes y Perepetos, miembros del gran cabildo indigenal mojeño, se reunieron en el templo misional para bajar al Cristo de su cruz y entregarlo a la restauradora.

“Fue un momento de devoción y emoción para la parte celebrativa del cabildo indigenal. La presencia de los Santos Varones, miembros notables del cabildo y encargados de la “desclavación” y posterior cuidado de la imagen, le han dado un peso especial a este acto”, dijo Garbari a la ANF.

Tras esta muestra de fe, la imagen fue conducida a un salón especial del cabildo indigenal para el inicio de los trabajos de Bravo León. La faena comenzó con interesantes hallazgos como la data de su tallado.

La restauradora explicó que la imagen habría sido tallada en la loma de “Ichasi Awasare” (pueblo viejo), donde inicialmente fue erigida la reducción jesuítica por los sacerdotes Antonio Orellana, Juan de Espejo y Álvaro de Mendoza, el 1 de noviembre de 1689.

Según las crónicas, allí se concentraron 17 aldeas o parcialidades distintas, pero debido a una peste, los jesuitas e indígenas decidieron abandonar el lugar y reubicar la reducción a 15 kilómetros de su lugar original. Finalmente, allí, hoy el municipio de San Ignacio de Mojos, construyeron el Templo Misional que fue concluida en 1752. La hipótesis señala que el Cristo crucificado fue también trasladado desde “Ichasi Awasare”.

“El Cristo está presente en un inventario de 1793 y que fue encontrado por el padre Enrique Jordá, SJ, (expárroco de San Ignacio de Mojos). Esto es lo que hace pensar que fue hecho en la primera ubicación de la misión. Confirma el origen indígena del pueblo, así como sus obras”, puntualizó Garbari.

Siguen los descubrimientos 

Otro de los peculiares descubrimientos de la experta fue que la imagen ya había sido sometida a restauraciones en el pasado, aunque con métodos nada convencionales que coadyuvaron a su deterioro.

Asimismo, se conoció que la imagen está elaborada con madera tajibo oscuro y que fue ensamblada a partir de cuatro partes que comenzaron a separarse debido al tiempo y a las condiciones ambientales del lugar.

“Se ha curado todo lo que ha sido necesario, no se ha utilizado ningún metal para el trabajo. Todo ha sido restaurado absolutamente con madera, por el mismo hecho de que el metal no se adhiere totalmente a la madera debido al tiempo, el clima, la humedad”, explicó la restauradora.

Judith León Bravo durante el trabajo de restauración del Cristo. Foto: El Diario

 

No pudo quedar desapercibido el tallado de la imagen y la calidad de la madera en la que fue trabajada, factor que le permitió mantenerse en buen estado pese a los años y a los problemas que sufrió por la desunión de sus partes ensambladas.

“El 90% del tallado está perfecto y su anatomía es perfecta. Me pongo a pensar en el tipo de utensilios que usarían para lograr este trabajo tan maravilloso. Nos llevamos una sorpresa porque el faldón que lleva el Cristo crucificado también está tallado”, agregó Bravo León.

Junto a la imagen, la cruz en el que estaba montado también fue parte de los trabajos de restauración. Al igual que el solemne acto de “desclavación” del Cristo, el retiro de la cruz fue realizado en medio de una devoción de las parcialidades del cabildo indigenal.

“También se vio la necesidad de arreglar el altar donde se encuentra la cruz del Cristo con todo ese relieve especial que fue tallado por mojeños”, agregó.

Colaboradores en el trabajo de restauración del Cristo de San Ignacio de Mojos. Foto: El Diario

 

Un Cristo testigo y protector

Reposando por cientos de años en el lado derecho del altar mayor del templo misional, el Cristo crucificado se ha convertido en un testigo de la espiritualidad del pueblo que protege e impulsa en San Ignacio de Mojos.

Para Garbari, el mover esta imagen también ha servido para reflexionar sobre el valor que tiene este tipo de actos para los mojeños, un pueblo que ha podido trasformar “los simples hechos cotidianos en lo que son realmente: la manifestación del amor de Dios hacia nosotros”.

“Cuanta oración estará incrustada en este Cristo que ha estado allá. Tanto tiempo, posiblemente siglos recibiendo las oraciones, escuchando y mirando los problemas. Las necesidades de toda la gente. Esto te carga de emoción porque piensas que tocas la oración y devoción de tanta gente que se ha puesto ahí entregando al cristo su devoción, plegarias, problemas, duelos y vida”, agregó.

/AGL/

Fuente: ANF