El bienestar del pueblo solo una excusa

A través de los tiempos se ha podido comprobar que los líderes inconsecuentes y antipatriotas, que lamentablemente son la mayoría que ha gobernado nuestro país, han utilizado discursos demagógicos para hacer creer a la población que su intención es trabajar por el bienestar común. La realidad es que su objetivo primordial es y ha sido siempre conseguir el poder y en lo posible perpetuarse para beneficiar a su círculo de poder cercano y enriquecer a sus familiares. Ese círculo vicioso ha sido el común denominador en nuestro país desde la creación de la República hace casi 200 años.

Seguramente esta situación anómala no es novedad para nadie, lo extraño es que no exista hasta ahora una propuesta nueva, encabezada preferiblemente por jóvenes líderes, con la base social del peso específico que tienen en la población en general y que, tomando como referencia culturas más desarrolladas, países modelo que están ejercitando la verdadera democracia participativa. Una nueva propuesta para el país, con un proyecto inclusivo de oportunidades para todos, que elimine gradualmente las desigualdades y que hagan posible el salto cualitativo que nuestro querido país espera.



No es posible que observemos de forma pasiva e indiferente que nuestra sociedad sufra inexorablemente un penoso proceso de decadencia, sin que haya una reacción ciudadana y todos sigamos como borregos rumbo hacia el abismo.

Tenemos que reconocer que el llamado “Proceso de Cambio” propuesto por el Movimiento al Socialismo significó en un determinado momento una «luz de esperanza» para la gran mayoría de los bolivianos: indígenas y campesinos, clase media urbana, estudiantes y profesionales, jóvenes y mujeres. Etc. Es así que en la primera época obtuvieron inobjetables victorias en las urnas, sin embargo, después de un inicio auspicioso de luces, cayeron en las sombras de la mañosa y consabida anguria de poder hasta entrar en la perniciosa práctica de costumbre, mediocre y corrupta.

Hoy nos encontramos en el Circo de dos grupos del MAS que están en una batalla sin tregua con el objetivo claro de hacerse del poder con los funestos fines que ya conocemos, desvirtuando totalmente los principios de su propuesta de origen y descalificando totalmente al movimiento.

Nuestra patria merece otro sitial en el concierto de las naciones, los ciudadanos merecemos una mejor calidad de vida y la juventud y niñez merecen un futuro mejor.

Esperamos pronto la reacción ciudadana materializada en una nueva propuesta para el país, que se diferencie claramente de las actitudes engañosas y demagógicas del pasado.

Fernando Crespo Lijeron