La explotación de minerales del Cerro Rico, en la capital del departamento de Potosí, aún persiste, poniendo en riesgo su estructura. A la fecha existen 32 cooperativas con unos 12.000 afiliados que todavía extraen sus recursos mineralógicos.

El descubrimiento de minas de plata y oro en reservas existentes en el Cerro Rico fue un suceso que tuvo lugar en los años 1540 y 1570, por acción de la industrialización española en la época del Virreinato del Perú. A partir de esos años se comenzó con la extracción de sus recursos y, a casi 500 años de esa explotación del coloso, miles de cooperativistas se resisten a salir del lugar.

La Corporación Minera de Bolivia (Comibol) tiene identificadas a 32 cooperativas con aproximadamente 12.000 trabajadores que continúan con la extracción de los recursos del Cerro Rico.

Cooperativas

“Todo el Cerro tiene cerca de 32 cooperativas y estimando esa cantidad de gente que trabaja en estas cooperativas, como socios y trabajadores que engloban a todas estas cooperativas, estamos hablando casi de cerca de 12.000 trabajadores que están ahorita trabajando en el Cerro”, dijo el presidente de Comibol, Reynaldo Pardo, en entrevista con La Razón.

La ciudad de Potosí fue inscrita en 1987 en la Lista del Patrimonio de la Humanidad de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

A consecuencia de la explotación del Cerro Rico de Potosí por casi cinco siglos, hace más de una década se comenzó a registrar hundimientos en su interior, por lo que, en junio de 2014, la Unesco publicó un listado de patrimonios mundiales en riesgo, donde hasta la fecha está Potosí, debido a la explotación del Cerro Rico.

Esas acciones obligaron a las autoridades nacionales a asumir medidas urgentes como el cierre de bocaminas que están por encima de la cota 4.400 (altura de un punto, ya sea sobre el nivel del mar) del Cerro Rico.

Potosí

La Comibol, a la fecha, tiene registrados 133 hundimientos en el interior del cerro, de los cuales 14 son catalogados de alto riesgo.

Para evitar un mayor riesgo y más hundimientos en el Cerro Rico, se determinó cerrar las bocaminas y entre 2021 y 2023 se clausuraron 36 de los 56 ingresos que existen por encima de la cota 4.400 del macizo rocoso de Potosí.

Las instituciones cívicas de Potosí también impulsaron, a través de acciones legales, que se deje de trabajar en la parte alta del cerro. En 2022, la Sala Constitucional Segunda del Tribunal Departamental de Potosí emitió la Resolución 05/2022, Sentencia de Acción Popular, en la que establecía que se cumpla la migración de las cooperativas que trabajan arriba de la cota 4.400 y el cierra de las bocaminas.

La disposición legal le obliga al Ministerio de Minería y a la Comibol intensificar y extremar medidas, actividades y trabajos para la migración de los cooperativistas a nuevas áreas que están en la parte alta del Cerro Rico.

El presidente del Comité Cívico Potosinista (Comcipo), Alberto Pérez Ramos, manifestó que como institución Cívica se planteó la Acción Popular para que las autoridades competentes eviten más operaciones mineras al interior del Cerro Rico.

Cerro Rico

No obstante, sostuvo que la normativa judicial no se cumple del todo y que todavía existen trabajos que ponen el riesgo al patrimonio de la Humanidad de Potosí.

“Por diferentes bocaminas dentro del cerro, ahí es el gran problema, que ahora continúan realizando este trabajo y el cerro ya está totalmente deteriorado, yo creo que este cerro en unos años más se desplomaría”, consideró el dirigente cívico a La Razón.

En cumplimiento a esa Acción Popular, la Comibol impulsa la migración de los cooperativistas que están encima de la cota 4.400 con el objetivo de mitigar los riesgos de un desplome del Patrimonio de la Humanidad de Potosí.

Pardo indicó que por instrucción del presidente Luis Arce y del vicepresidente David Choquehuanca, se da cumplimiento a la normativa y se trabaja en la migración de los cooperativistas y, paralelamente, con la clausura de los ingresos a los socavones.

De acuerdo con la Comibol, actualmente existen 19 bocaminas abiertas que están por encima de la cota 4.400 y que hasta finales de este año se prevé cerrar todos esos ingresos al Cerro Rico.

Paralelamente se propone nuevas áreas mineras para que los cooperativistas de esa parte del coloso migren para que, de una vez, dejen de explotar la parte alta del cerro como establece la Acción Popular de 2022.

Migración

El ejecutivo de la Comibol informó que existen más de 500 trabajadores de las cooperativas que aún explotan el Cerro Rico por encima de la cota 4.400.

Sin embargo, para que migren a otras áreas mineras, la Comibol realiza un trabajo arduo de socialización toda vez que las cooperativas tienen contratos de explotación por 15 años y que aún, en algunos casos, estas asociaciones no cumplen ni la mitad de ese tiempo de explotación minera dentro el Cerro Rico de Potosí.

“Por encima de la cota 4.400 están cerca de 500 trabajadores en esas 19 bocaminas que están abiertas ahí”, manifestó Pardo.

Según el funcionario, son unas cuantas cooperativas que aún explotan por encima del límite establecido y que la mayoría de los asociados ya fueron trasladados por debajo de la cota 4.400 porque el contrato de explotación de minerales aún está vigente.

A pesar de los trabajos que realiza la Comibol con la migración de los cooperativistas y con el cierre de las bocaminas para evitar la explotación del Cerro Rico por encima de la Cota 4.400, existen algunas personas que continúan ingresando a esos sectores para extraer los recursos mineralógicos que, en muchos casos ponen en riesgo su vida porque son sectores de alta peligrosidad que pueden desplomarse cualquier momento.