La expareja de Evo Morales, absuelta del delito de tráfico de personas tras ocho años, prefirió no enviarle ningún mensaje directo al excocalero.
Fuente: Opinión
Llegado a su fin el proceso judicial que demandó más de ocho años, Gabriela Zapata se relaja, pero ¿tendrá en manos convertirse ahora en acusadora mediante una contrademanda?
La mujer, que tuvo una relación amorosa con Evo Morales, ha sido absuelta por la Justicia del delito de tráfico de personas.
La culparon de la hipotética suplantación del hijo del expresidente y actual líder del Movimiento Al Socialismo (MAS).
Lo cierto es que, poco después de conocer el dictamen, Zapata habló. Se paró ante los medios de comunicación y se mostró satisfecha. Fue un tanto cauta, pues prefirió, por el momento, no enviarle ningún mensaje directo a Evo frente a las cámaras.
Lo que sí recalcó es que el que terminó hoy martes ha sido un proceso armado con el propósito de «esconder la derrota electoral del 21F».
«Por el momento, nos vamos a guardar esa situación (decirle algo a Morales). Lo único que podemos decir es que este caso ha sido por el 21 de febrero (para) esconder una derrota electoral (…), me han endilgado que supuestamente yo he tratado a un menor, cuando yo estaba detenida».
«El proceso ha sido supeditado a consideraciones políticas con una finalidad única: encubrir la derrota del 21 de febrero. Se ha utilizado a mi persona», siguió.
Zapata entiende que con la absolución, queda claro «con pruebas fácticas» que ella es «inocente». «He sido prácticamente utilizada en este proceso por consideraciones políticas».
Y dijo estar dispuesta a presentarse ante la Justicia porque, según ella, «irá con la mayor responsabilidad para aportar lo que se tenga que aportar».
Denunció que cuando la Fiscalía emitió la resolución de acusación en su contra, estabaa «supeditada a órdenes superiores».
«Ocho años hemos luchado», recalcó.
CONTRADEMANDA
Gabriela Zapata no descarta ningún escenario de aquí en más. Incluso, podría pasar de ser acusada a llevar adelante una nueva demanda, esta vez, como acusadora. «Vamos a analizar hacerlo (contrademanda)», fue su respuesta, consultada por la prensa respecto a la probable figura.