Exdirector del BCB advierte que incremento de los costos por escasez de dólares para los importadores terminará siendo “transferido al consumidor final”

Para José Gabriel Espinoza, el Gobierno no reconoce el problema en toda su dimensión debido a presiones políticas frente a una época electoral

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[Foto: UNITEL] / José Gabriel Espinoza, exdirector del BCB

Fuente: Unitel



Diversos sectores se declaran en crisis por la falta de dólares en el mercado nacional. Comerciantes, farmacéuticos, productores e industriales tienen problemas para comprar en el exterior y para sus ventas en el mercado interno. Esta situación genera efectos sobre la economía de la gente, que ya son visibles pues “hay un incremento de precios en muchos de los productos que son importados”, señala el analista económico y exdirector del Banco Central de Bolivia, José Gabriel Espinoza.

Con ello, señala, se debe entender que los importadores en Bolivia se dividen en dos grandes sectores. El sector formal, que normalmente hace sus operaciones bancarizadas y que enfrenta, por ejemplo, el incremento del costo del dólar a través de una “comisión que el gobierno ha tratado de regular sin mucho éxito”. Y por otro lado, el sector informal, que necesita divisas en físico porque gran parte de sus transacciones se hacen en las fronteras y estas son en efectivo.

“En ambos casos, los sectores están enfrentando problemáticas, los sectores importadores formales no solamente enfrentan un costo mayor, sino que también están enfrentando mayores tiempos de espera para obtener los dólares, los giros hacia el exterior. Y por otro lado, el sector gremialista, que tiene problemáticas grandes, porque en las fronteras el comercio se ha dificultado”, apuntó.

Con ello, señala, la consecuencia para la ciudadanía, en cualquiera de los dos casos, “es un incremento de precios, que ya se debería haber sentido el año pasado, pero que porque el mercado laboral estaba bastante oprimido”, se ha venido dilatando. “Hoy ese incremento es tan grande en los costos de los importadores que tiene que ser transferido al consumidor final”, dijo el analista.

Para Zenón Mamani, viceministro de Presupuesto, señaló que “existe una normalidad por el lado del sistema financiero” y que “la gente tiene en sus manos dólares y están haciendo la compra de los bonos en el Banco Central de Bolivia”.

“Lo único que nosotros pedimos a la población es que no se dejen de llevar por la especulación” y que el sistema financiero, “a la fecha tiene 470 millones de dólares y estos montos son similares a los que tenían gestiones pasadas.”, señaló.

Para Espinoza, desde una perspectiva analítica esta aseveración hecha desde el Gobierno es incompleta, primero “porque siguen pensando en los dólares del sistema financiero” y por otro lado, si se miran las magnitudes que maneja el viceministro, “se da cuenta que claramente son insuficientes en relación a lo que teníamos hace un par de años”.

“Solamente un dato. Bolivia necesita en promedio cerca de 2.500 millones de dólares al mes para satisfacer importaciones, servicio de deuda, servicio de deuda privada y otro tipo de obligaciones con el exterior. Hoy por hoy el Banco Central posee en liquidez apenas 200 millones de dólares, es decir, no es una fuente confiable de divisas, y el sector privado, los bancos que canalizan los dólares de los exportadores hacia los importadores, está enfrentando una serie de problemas porque nuestras exportaciones han caído fuertemente”, expuso.

¿Están las autoridades de gobierno reconociendo el problema? Para Espinoza, lo que tenemos aquí es un serio problema de no querer y no poder reconocer el problema porque la base política, ante un escenario ya electoral, se fundamenta en el manejo de la economía y, por lo tanto, no se puede reconocer la crisis. “Esto genera una restricción muy grande”.

Y, por otro lado, el conflicto político ha hecho que el Gobierno no tenga la capacidad legislativa para implementar los cambios que se requieren hoy por hoy para estabilizar la economía. “Entonces, en consecuencia, tienes un escenario bastante difícil para llevar adelante la gestión de la política económica en el que, primero, no se reconoce la crisis y, segundo, si se reconociera incluso internamente, no se puede gestionar porque hay una serie de limitantes políticas”.

Y finalmente nuestros bolivianos que viven en el exterior han llegado a un límite en cuanto a las remesas que envían al país. “Por lo tanto aquí dos soluciones estructurales, darle el rol principal al sector exportador sobre todo privado y segundo pues facilitar la llegada a la inversión extranjera, pero esto implica un cambio de enfoque sobre la política económica del país”.

Entonces, comerciantes, importadores, productores del campo, industriales, ¿pueden seguir subsistiendo en estas condiciones? “No, lamentablemente no”, remarcó el analista señalando que esto tiene que ver con la alta dependencia de dólares de Bolivia.

“Bolivia es altamente dependiente de importaciones. Seis de cada diez dólares que se gastan en la economía boliviana son previamente importaciones. Por lo tanto, nuestra dependencia del dólar es muy alta”, remarcó.

Con ello si se mira el problema en su total dimensión “claramente hay una falta de divisas ya recurrente en el caso boliviano” que no solamente afecta al sector privado sino que ya empieza a afectar también al propio Gobierno y también “se empieza a reflejar en otro tipo de problemas como el incremento de precios”, precisó Espinoza.