En una década, entre 2014 y 2023, el valor de las importaciones de combustibles (gasolina y diésel) casi se ha triplicado. Durante este período, el Estado ha erogado $us 14.315,5 millones para la compra de carburantes.

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Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), procesados por La Razón, en 2014, Bolivia importó 1.059.779 toneladas de carburantes por un valor de $us 1.109,9 millones. El año pasado, las compras se elevaron hasta las 2.265.565 toneladas por un valor de $us 2.848 millones.

En volumen, las compras han crecido en 114% (se han más que duplicado) y en valor, 157% (casi se han triplicado). El carburante que más se compra, tanto en volumen como en valor, es el diésel.

El presidente Luis Arce Catacora reveló el martes que el Estado boliviano importa el 86% del diésel y el 56% de la gasolina que se consume en el mercado interno.

Mostrando cifras, explicó que en los últimos años la importación de combustibles se incrementó debido a la declinación de los campos de producción petrolera.

 

DIÉSEL

“Lo más patético es siempre el tema del diésel. En 2015, 50 y 50 era la importación y la producción nacional de diésel con los niveles de gas (natural) que teníamos en ese momento, va cayendo la producción de gas con agotamiento de campos y hoy estamos importando el 86% de diésel y solo estamos produciendo el 14%”, afirmó el mandatario, en conferencia de prensa, en la Casa Grande del Pueblo.

En 2023, el Estado boliviano importó 1.499.611 toneladas de diésel frente a las 820.484 toneladas de 2014, lo que representa un crecimiento de 82,8%. En cuanto al importe pagado por la compra del combustible fósil, el incremento fue de 119,7%, de $us 828,9 millones en 2014 a $us 1.821,1 millones en la gestión pasada.

Arce indicó que el consumo de combustibles va subiendo año tras año y la producción se va reduciendo debido a que no existió una política hidrocarburífera en la gestión anterior, del expresidente Evo Morales. Y aclaró que pese a haber sido ministro de Economía en ese mandato, esta tarea era responsabilidad exclusiva del Ministerio de Hidrocarburos de entonces.

GASOLINA

Similar panorama ocurre con la gasolina. El Jefe de Estado explicó que Bolivia importa el 56% de este carburante, mientras que hace una década la cifra solo llegaba al 22%.

“El consumo de gasolina va subiendo y la producción de gasolina va disminuyendo. Antes importábamos solo el 22% hacia el 2014, vale decir que el 78% del consumo venía de una producción interna, ahora estamos importando el 56% de la gasolina y solo estamos produciendo el 44% de la gasolina que necesitamos en nuestro país”, graficó.

De acuerdo con la información procesada por La Razón, con base en los datos del INE, en 2014 se compraron 239.295 toneladas de gasolina por un monto de $us 281 millones. El año pasado, el volumen de las importaciones creció hasta las 765.954 toneladas y el monto pagado ascendió a $us 1.026,9 millones.

El incremento en volumen fue de 220,1% y en valor, de 265,4%.

Arce apuntó a Morales como responsable de este problema. Sin embargo, aseguró que su Gobierno está trabajando “como se debe hacer” para explorar nuevos pozos gasíferos y así garantizar la producción y el consumo interno.

El Presidente lamentó. asimismo, el desvío de diésel y gasolina, sobre todo a países vecinos donde los costos son más elevados, e informó que entre 2017 y 2020 se incautó un millón de litros de diésel y gasolina que iban a ser destinados a otros servicios, en desmedro de la población. “Gran parte de esa sobredemanda que ven en las gasolineras se debe al desvío de combustibles. El Gobierno está actuando”, ratificó.

AHORRO

El Gobierno informó ayer que ha diseñado un plan de abastecimiento de combustibles que diversifica las fuentes y mejora la logística, lo que permitirá ahorrar alrededor de $us 150 millones en el primer año. Se espera que los costos logísticos se reduzcan en unos $us 250 millones hasta 2025.

El ministro de Hidrocarburos y Energías, Franklin Molina, informó que el plan se desarrolló en una reunión informativa realizada en la Asamblea Legislativa. “Hemos desarrollado mecanismos para gestionar la provisión de combustibles, que hasta 2021 dependía de dos o tres proveedores, como Vitol y Trafigura, quienes suministraban más del 85% del diésel y gasolina”, indicó, según una nota de prensa.

PROVEEDORES

El ministro explicó que en la gestión del presidente Arce se diversificaron los proveedores, incorporando empresas asiáticas y europeas. Además, se trabajó en mecanismos de abastecimiento, especialmente ante el incremento de los costos logísticos durante 2022 y parte de 2023.

Con relación a la importación de crudo, Molina indicó que Bolivia no es un país productor de petróleo, aunque se incentiva la producción. Sin embargo, el funcionario aclaró que no será suficiente para los próximos años.

Por ello, dijo, en 2021 se emitió un decreto para que Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) importe crudo, aumentando la capacidad de refinación y mejorando el abastecimiento de lubricantes y aceites cruciales para el sector productivo.

Asimismo, señaló que YPFB realizó la distribución de carburantes en un contexto complejo.