La fractura del MAS se aviva en el discurso incendiario de sus militantes

Para los “arcistas”, Evo Morales ya no es presidente del “Instrumento Político”. El “evismo” sostiene que el Gobierno protege a corruptos y narcotraficantes.
En julio de 2022, el presidente Luis Arce, Evo Morales y la plana mayor del MAS publicaron fotos de una reunión para negar su división. Foto: X de Luis Arce
En julio de 2022, el presidente Luis Arce, Evo Morales y la plana mayor del MAS publicaron fotos de una reunión para negar su división. Foto: X de Luis Arce

 

Fuente: vision360.bo

Las palabras incendiarias lanzadas entre las facciones confrontadas al interior del Movimiento al Socialismo – Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS–IPSP) sacan chispas en el ámbito discursivo. Los dirigentes representantes de ambos bandos mencionan una posible “reconciliación”, pero al momento de exponer su postura demuestran que ese extremo es cada vez más lejano.



Las críticas, acusaciones y hasta amenazas llegan de ambos lados y, a pesar de la dosis diaria en esta confrontación, hay sectores de oposición que creen que al final el MAS seguirá como un solo partido rumbo a las elecciones presidenciales de 2025.

Por su lado, el analista político Róger Cortez sostiene que la disputa entre las facciones masistas es real y que, más adelante, puede trasladarse a las calles, en perjuicio de la población. Señala también que la división interna es alimentada por el prebendalismo sindical, incentivado desde hace varios años.

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Los bandos en disputa están identificados como “evistas”, por un lado, quienes reivindican el liderazgo del expresidente del Estado y presidente del MAS, el cocalero Evo Morales, y del otro lado están los “arcistas” o “renovadores”, que apuntalan el liderazgo de Luis Arce.

Los cruces verbales y de acusaciones no cesan hace meses y suman. La facción “evista”, por ejemplo, acusó al hijo del Presidente de “negociados” en relación con el litio, caso luego desestimado por la Fiscalía; en otra ocasión, Morales dijo que tuvo que “evitar que se apruebe la expulsión de Lucho y David” del MAS, pese a que en un ampliado hubo un pedido de la militancia.

Del lado arcista, se alude al Trópico de Cochabamba, reducto principal del “evismo”, como un centro para la fabricación y tráfico de drogas, incluso el viceministro de Sustancias Controladas, Jaime Mamani, declaró que Villa Tunari había sido secuestrada por el narcotráfico.

Sin embargo, no realizaron hasta la fecha ninguna intervención de efectivos para recuperar esa zona, aunque recientemente se anunció la creación de un grupo especial de inteligencia.

Reconciliación

“Mas allá de la reconciliación, se debe respetar la normativa y la estructura orgánica, ¿con eso qué quiero decir? El décimo congreso (del MAS realizado en mayo) en El Alto, es el único congreso reconocido por las organizaciones sociales y la militancia, en el que se ha elegido un nuevo directorio (para ese partido político). El compañero Evo Morales ha sido un dirigente prorrogado siete años, ya ha perdido credibilidad”, afirmó a Visión 360 el dirigente Milán Berna, del Pacto de Unidad afín a Arce.

“Nosotros no podemos estar en torno a una persona. El 3, 4 y 5 de mayo la militancia ha escogido a una nueva dirigencia”, afirma Milán Berna.

El representante del sector campesino se refirió así al tema central entre ambos bandos, la disputa por la sigla del MAS para participar en las siguientes elecciones, pero en este caso, de los “renovadores”, sin tomar en cuenta a Morales. “Nosotros no podemos estar en torno a una persona; el 3, 4 y 5 de mayo la militancia ha escogido a una nueva dirigencia”, dijo Berna.

Desde la facción “evista”, también se descalifica a los líderes “renovadores”, a quienes acusan de “malagradecidos” por haber sido electos bajo esa bandera política y luego dar la espalda a Morales; además, afirman que son responsables de la división de los movimientos sociales, encubrir a funcionarios corruptos y proteger el narcotráfico.

“Todos los legisladores han entrado por el MAS – IPSP; por tanto, deben lealtad y compromiso, pero hay diputados, senadores y sus suplentes que no tienen formación política y lo que han hecho con sus organizaciones sociales es empezar a dividirnos, pero varios de ellos ya están en el tribunal de ética”, afirmó a este medio Froilán Fulguera, miembro del Comité Político de la facción masista leal a Morales.

Fulguera utilizó duros adjetivos contra los diputados cruceños Rolando Cuéllar y Deisy Choque, además de acusar al vicepresidente del Estado, David Choquehuanca, de desconocer la estructura campesina sindical, debido a que su formación ideológica, sostuvo, la logró en organizaciones no gubernamentales (ONG), tildándolo de “revolucionario de escritorio”.

“Son, como decía el compadre Carlos Palenque, ‘jaira jararankus’, flojos, lagartos, algunos que no hacen nada por el país”, señaló Froilán Fulguera.

“Son, como decía el compadre Carlos Palenque, ‘jaira jararankus’, flojos, lagartos, algunos que no hacen nada por el país, pero dividen y quieren adueñarse de la sigla del MAS, proscribir al hermano Evo, por medio de la protección a los (magistrados del Órgano Judicial) autoprorrogados”, acusó Fulguera.

En ese contexto, por el momento no hay posibilidad de una “reconciliación” entre las dos facciones pues, por un lado, se ha declarado como candidato único del MAS a Morales y, por el otro, se mantiene la postura de que el cocalero ya no es líder de ese partido y menos candidato presidencial.

Pese a las duras acusaciones, hasta el momento Morales es reconocido oficialmente como el presidente del MAS ante el Tribunal Supremo Electoral (TSE), y los arcistas Choquehuanca, Cuéllar y Choque, e incluso el propio presidente Arce, continúan en el partido.

El congreso del MAS arcista se realizó en El Alto. Foto: APG

Prebendalismo

Para Cortez, la desintegración del MAS viene desde el primer gobierno de Morales, cuando se dio cuenta de que no era posible ser “expresión política de los movimientos sociales”, porque tienen posturas efímeras, por lo que recurrieron al corporativismo. “Significa que escogió ganarse la buena voluntad, la fidelidad de distintos sectores sobornando a sus dirigentes. Los mimó, les dio una serie de privilegios que van hasta el incentivo de candidaturas hasta puestos en el Gobierno”, explicó.

Afirmó que esa política incrementó el apetito de determinados sectores, como la “minería pirata que se esconde tras el cooperativismo, que ha llegado a tal extremo de avaricia, de codicia, buscando privilegios inaceptables”. Recordó que se trata de un sector que en agosto de 2016 llegó a confrontarse con el Gobierno y, tiempo después, provocó la muerte del viceministro de Gobierno, Rodolfo Illanes.

Otro ejemplo es el conflicto con los cocaleros del Chapare de Cochabamba, que se alinearon contra los productores de coca de los Yungas de La Paz, a los que persiguieron y encarcelaron.

Similar figura, dijo, se dio con los “colonizadores o mal llamados interculturales”, que ya no representan a las familias pobres que migran para cultivar, “sino que pertenecen a un sector especializado en el comercio ilegal de tierras fiscales, reservas naturales”, mencionó el analista.

El crecimiento de estos sectores, que solo buscan beneficiarse con su permanencia en el Gobierno, es en lo que derivó la pugna interna que vive el MAS. Otro elemento principal que alimentó esta división, según Cortez, fue “el caudillismo”.

Señaló al exvicepresidente Álvaro García de alimentar esta visión en torno a la figura de Morales, una visión traducida “en textos con frases fantasiosas”.

Para el Pacto de Unidad “arcista”, la postura de Morales, que busca controlar y designar a dedo a los representantes, generó la división y el rechazo a su forma de manejo del “instrumento”. Lo mismo señalan desde el “evismo”, pero principalmente en relación con las actitudes de Choquehuanca, quien es señalado por impartir adoctrinamiento en sectores campesinos que ahora apoyan a Arce.

Arce y Morales juntos, en la primera gesetión del MAS. Foto: Boliviaaldía

 

“La disputa no es una farsa”

El investigador y analista político Róger Cortez sostiene que la teoría de que la disputa interna del MAS es una cortina de humo y que más adelante, cerca de las elecciones generales, se daría una reconciliación, es una idea “descabellada, difícil de sustentar”. Considera que el proceso de descomposición interna viene desde la gestión de Evo Morales, y que ahora ha pasado a una fase de “desbaratamiento”.

En ese contexto, una de las posibles consecuencias de esta disputa interna entre las dos facciones “y algunas otras que están incubando, dentro de cada una de ellas, es la pérdida de la sigla del MAS”, sostuvo Cortez en contacto con Visión 360.

Previamente, el analista considera que, para referirse a estas dos facciones, los periodistas deben realizar un análisis más coherente pues, en su criterio, las denominaciones correctas son “Evo moralismo y Lucho arcismo”, debido a que la denominación de “evismo”, por ejemplo, tiene una connotación positiva, de cercanía, lo cual tergiversa la postura ciudadana que se debe asumir frente al fenómeno partidario, que tiende a afectar las actividades del país.

El investigador remarcó que el enorme desprestigio generado por las acusaciones entre los miembros de estas dos facciones, que se han sustentado con pruebas adjuntas a denuncias por corrupción y narcotráfico presentadas ante el Ministerio Público, “lesiona de una manera muy notable al conjunto” de este partido político.

“Quienes tienen esta idea, de que la disputa interna se trata de una farsa, tendrían que decir ¿cuál es el objetivo de esa farsa?”, cuestionó Cortez. En ese sentido, apuntó que la única explicación que se le ocurre, para montar una “ficción de esta naturaleza”, sería con el fin de acaparar la agenda política y con el fin de hacer frente a un enemigo electoral al que se le tema.

“Esa es la única posibilidad que nos haría pensar que el MAS está sacrificando tanto como lo hace, con el fin de desconcertar o neutralizar a un enemigo electoral, que no lo tiene. En todo el espectro, incluidos los sectores que son más críticos con el MAS, con un origen ideológico similar, hasta la ultraderecha tipo mileísta (en alusión al presidente argentino, Javier Milei), que no se anima a presentarse con ese nombre, como ultraliberal o académico, ninguno representa un riesgo para el MAS”, sostuvo el analista entrevistado por Visión 360.

Para el analista, incluso si se diera un desmembramiento partidario o se anularan posibles candidaturas, como las del ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, o el senador Andrónico Rodríguez, el MAS podría ganar las siguientes elecciones.