Salomón Eid Rivero: “El congestionamiento vehicular es culpa de la subvención”

El economista es un crítico con la problemática urbana de Santa Cruz de la Sierra, que es donde se impulsa el desarrollo de la región. El congestionamiento vehicular significa un 8,2% del PIB per cápita

Raúl Domínguez.

Salomón Eid / Foto: Jorge Gutiérrez

 



Fuente: El Deber

Hace pocos días publicó un pequeño libro en el que identifica los problemas económicos urbanos de Santa Cruz de la Sierra. Con aritmética simple, demuestra que la migración bajó de intensidad, el caos vehicular se solucionará cuando se elimine la subvención de los carburantes y que “no hemos tenido suerte” con nuestros gobernantes.

 -¿Por qué tituló Metamorfosis a su último trabajo?

Lo tomé del cuento de (Franz) Kafka, donde Gregorio Samsa se duerme como un ser humano y se levanta como un chulupi. Eso le pasó a Santa Cruz, nos dormimos como un pueblo hace 50 años y nos levantamos como una súper ciudad, llena de problemas, de desafíos; entonces eso es la metamorfosis urbana. Y el fin de la metamorfosis de Kafka es triste.

-¿Qué objetivo persigue Metamorfosis?

Hace años que yo vengo trabajando en cuestiones de economía urbana. Ese librito es el resumen de varios trabajos que hice y que se refieren a problemas que todavía siguen sin solución, que cada vez son más grandes y más costosos, debido a la falta de atención de las autoridades, y a la falta de capacitación del ciudadano.

Santa Cruz es la ciudad más sucia que conozco, es terrible. Y no es un problema del rico ni del pobre, porque se puede ver a gente tirando un pañal de una (vagoneta) Land Cuiser, por ejemplo. Entonces pongo en contexto viejos problemas sin solución.

Si realmente si queremos seguir siendo competitivos, la locomotora de Bolivia, tenemos que arreglar la cuestión urbana de manera más o menos urgente. Temas como el congestionamiento (vehicular), la policentricidad de la ciudad, los costos de tener una ciudad grande, que yo lo defino con una palabra en inglés, sprawl, una ciudad tan grande como las norteamericanas, en las que usted solo puede andar en auto.

En Santa Cruz no se puede andar en bicicleta, no es caminable a pie, en ningún sentido. Esas cosas las tenemos que superar, porque hay otras ciudades que están haciendo ese trabajo y lo están haciendo bien.

-¿Qué consecuencias tiene eso para el ciudadano y para las autoridades?

El POA es el principal instrumento de planificación de las obras del gobierno municipal, pero en una economía de mercado más o menos dinámica, como la de Santa Cruz, basada en el agronegocio, las obras del municipio solo tendrían que ser una parte.

Los problemas del casco viejo son cada vez mayores porque las autoridades no le entienden, unos quieren losetas y otros quieren asfalto. Pero el congestionamiento vehicular es el que genera mayor costo social a los ciudadanos, unos 40 minutos diarios que significan 1,5 dólares por día, equivalentes a 330 dólares por año, que equivalen a 8,25% del PIB per cápita.

Y la causa del congestionamiento vehicular en Santa Cruz es porque se tuvo una política muy mala que se llama subvención (de los carburantes), con una gasolina barata que la gente ni siquiera apaga el motor (de su vehículo) cuando espera 10 ó 15 minutos para que sus hijos salgan del colegio.

El 60% de la gasolina se gasta en Santa Cruz. La subvención ha beneficiado enormemente a nuestro departamento.

-En su libro dice que la migración se ha frenado un poco. ¿Esto tiene beneficios?

Aquí, casi la mitad de la población es de afuera y todavía convivimos con cierta armonía y racionalidad. Eso se debe más a su gente que a las autoridades. Desde el año 2001 a 2022 la curva ha crecido, pero a una tasa que tiende a estacionarse en un 2%, pero no sé las causas.

Puedo tener algunas ideas preliminares, pero parece interesante porque yo creo que ya Santa Cruz no da para que venga tanta gente y le vaya bien como antes. Pero si no vienen, el mercado se estaciona y perdemos un poco de dinamismo. Pero también habría que ver el otro lado: ya no hay quién más venga; todos los paceños, orureños o chuquisaqueños que tenían que venir, se han venido. Antes vino mano de obra y ahora llegan profesionales y empresarios,

-¿Qué se debe hacer para cambiar estos problemas en la ciudad de Santa Cruz?

Necesitamos un poquito de suerte con las autoridades. Un cambio donde seamos tan libres de invertir como los paraguayos, pagando tan bajos impuestos, no manteniendo una burocracia tan grande de más de medio millón de empleados públicos, es una locura.

Yo creo que Santa Cruz sí tiene el dinamismo económico, tiene el capital empresarial y humano como para seguir creciendo; es una ciudad resiliente, pero necesitamos un poquito de suerte como otros países han tenido, un cambio importante en el rumbo del ciclo macroeconómico que permita, en seis o siete años, estar mejor de lo que estamos ahora.

Fuente: El Deber