El nuevo gobierno laborista quiere nacionalizar las empresas que operan los trenes en el Reino Unido

El proyecto propone trasladar los operadores al dominio público al concluir los contratos de las compañías privadas, o antes en caso de mala gestión

 

FOTO DE ARCHIVO: Un viajero sube a un tren en la estación de Waterloo en Londres (REUTERS/Toby Melville)



FOTO DE ARCHIVO: Un viajero sube a un tren en la estación de Waterloo en Londres (REUTERS/Toby Melville)

 

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Fuente: infobae.com

El nuevo gobierno laborista en Reino Unido anunció el jueves que presentó un proyecto de ley para renacionalizar progresivamente a los operadores ferroviarios del país, donde la mayoría de las compañías son privadas, lo que era una promesa desde hace tiempo.

“Tras años de resultados malos e inaceptables, el proyecto de ley es un cambio histórico que facilita al gobierno regresar a la propiedad pública los servicios ferroviarios de transporte de pasajeros”, anunció el gobierno en un comunicado.

El partido laborista ganó ampliamente las elecciones legislativas del 4 de julio en el Reino Unido, tras 14 años de gobiernos conservadores.

Su proyecto de ley propone trasladar los operadores al dominio público al concluir los contratos de las compañías privadas, o antes en caso de mala gestión, y reunirlos en un organismo nombrado “Great British Railways”.

Como los diferentes contratos en curso expiran de aquí a 2027, será posible entonces evitar el pago de compensaciones a los operadores actuales, según el gobierno.

La privatización de los operadores ferroviarios fue realizada a mediados de los años 1990 bajo el Primer ministro conservador John Major, pero la red férrea sigue siendo pública, administrada por la asociación Network Rail.

Cuatro operadores de 14 en Inglaterra ya habían regresado al control público en los últimos años por sus malos resultados, pero la idea hasta ahora era administrarlos temporalmente antes del regreso al sector privado.

El Primer Ministro de Polonia, Donald Tusk, asiste a una reunión bilateral del Reino Unido con el Primer Ministro de Gran Bretaña, Keir Starmer (JUSTIN TALLIS/REUTERS)

El Primer Ministro de Polonia, Donald Tusk, asiste a una reunión bilateral del Reino Unido con el Primer Ministro de Gran Bretaña, Keir Starmer (JUSTIN TALLIS/REUTERS)

Starmer impulsa un reinicio de las relaciones con Europa

Por otra parte, el nuevo primer ministro británico, Keir Starmer, aprovechó este jueves la plataforma de la cumbre de la Comunidad Política Europea (CPE) para presentarse ante Europa y “reiniciar” las relaciones con el continente, especialmente en inmigración y seguridad.

El laborista Starmer ha querido desde su primer día imprimir un nuevo tono a la relación con la Unión Europea (UE). Puede que el contenido no sea muy diferente al del precedente Gobierno conservador, pero las formas importan en diplomacia y por ahí pasa buena parte del cambio.

Con una agenda frenética que comenzó en la noche del miércoles con una cena bilateral con su homólogo irlandés, Simon Harris, el jefe del Ejecutivo mantuvo encuentros cara a cara con los líderes de los principales países comunitarios, desde el español Pedro Sánchez al alemán Olaf Scholz, pasando por la italiana Giorgia Meloni.

Trato privilegiado se le dispensó al presidente francés, Emmanuel Macron, invitado a cenar a solas en el mismo Palacio de Blenheim -lugar de nacimiento de Winston Churchill- que acogió esta cuarta reunión de la CPE.

Starmer hizo un despliegue de europeísmo cauto en la inauguración de la cita, al prometer, por ejemplo, que el Reino Unido “nunca abandonará la Convención Europea de Derechos Humanos”, algo que sus predecesores ‘tories’ habían barajado seriamente.

“El Reino Unido y la Unión Europea trabajando juntos son una poderosa fuerza para el bien”, dijo Starmer ante los 46 líderes de países e instituciones europeos reunidos en el palacio de Blenheim, al noroeste de Londres.

Ante la “tormenta” que se cierne sobre el continente, abogó por aumentar la cooperación para “renovar los vínculos de confianza”, pues, a su juicio, la seguridad de los europeos “está en juego”.

Tras defender su “visión práctica” de la política exterior -”no estoy guiado por la ideología”, dijo este pragmático a ultranza-, apostó por reforzar las actuales alianzas del Reino Unido y construir nuevas con otros países.