El director de la Fundación Milenio, Henry Oporto, lamentó que pese a la actual coyuntura económica, política y social, que es muy complicada y adversa, el Gobierno tenga un discurso triunfalista y que no condice con la realidad que vive el país.
eju.tv / Video: Radio Fides
Lidia Mamani / La Paz
En su “Informe sobre la Economía de Bolivia 2024”, que difundió ayer la Fundación Milenio, observa una riesgosa tendencia de caída económica y un agravamiento de los desequilibrios fiscales, monetarios, cambiarios y financieros, que comprometen la estabilidad macroeconómica del país, ante el cual plantean seis acciones y así frenar la crisis económica. Entre ellas están: bajar el déficit fiscal, política monetaria, atraer inversiones, recurrir al FMI, entre otras.
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El director de la Fundación Milenio, Henry Oporto, lamentó que pese a la actual coyuntura económica, política y social, que es muy complicada y adversa, el Gobierno tenga un discurso triunfalista y que no condice con la realidad que vive el país, ya que las cifras están ahí y lo hace más evidente. Por ejemplo, los ingresos laborales en 2023 tiene un desfase del 14% respecto a la del 2019, es decir el año previo a la pandemia, por tanto, refleja que la recuperación económica ha sido muy lenta y no ha logrado reponer los ingresos que tenían los trabajadores y eso se siente en las familias. Enfatizó que hay soluciones para revertir la situación, pero se tienen que dar las condiciones adecuadas.
En ese contexto, Milenio advierte que el déficit fiscal puede estar por encima del 12% del Producto Interno Bruto (PIB), para el cual se propone un cambio de modelo económico que aplica el Gobierno, que permita atraer inversión y un conjunto de políticas para evitar un descalabro mayor.
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Entre los lineamientos que se proponen están: bajar el déficit fiscal, tomando en cuenta la actual coyuntura y que durante nueve años consecutivos se ha situado, en promedio, en 8,7% del PIB. El balance fiscal ha tendido a deteriorarse aún más en 2023, lo que lo hace insostenible y se sugiere cuanto antes reducir los subsidios a los carburantes, el abultado nivel de servicios personales del sector público, y el balance deficitario de las empresas estatales.
También está el tema monetario, que ha estado subordinado a la política fiscal, y el Banco Central de Bolivia (BCB) se ha limitado a financiar el elevado y creciente déficit fiscal, especialmente a partir de 2015. El exceso de liquidez existente ha generado aumentos en el tipo de cambio paralelo y en la inflación. Si esta política continúa, es muy probable que la brecha cambiaria se amplíe y, con ello, sus efectos inflacionarios, advierte Milenio. Consideran que el ente emisor debería dejar de otorgar crédito al sector público, en cumplimiento a la Ley del BCB.
En el caso de la política cambiaria, en el que hay incertidumbre sobre la disponibilidad de divisas y sobre el valor del tipo de cambio y hasta se ha convertido en un problema agobiante para la población y los agentes económicos, se debería unificar el mercado cambiario, igualando el tipo de cambio oficial al paralelo, ya que este último refleja en mejor medida la escasez relativa de la divisa.
También proponen eliminar las restricciones a las exportaciones, dada la apremiante escasez de divisas es fundamental promoverlas. Por ejemplo, citan que las exportaciones de minería e hidrocarburos han caído por el agotamiento de las reservas, la falta de inversiones, el nulo desarrollo de nuevos yacimientos y los crónicos problemas de inseguridad jurídica que desalientan a los inversores.
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Sin embargo, las exportaciones no tradicionales pueden tener mayor potencial de crecimiento, particularmente de alimentos, si se crean las condiciones adecuadas, comenzando por eliminar todas las restricciones a la venta en el mercado internacional.
Sobre la política de atraer inversiones, menciona que la economía nacional está frenada en una medida importante por la falta de inversiones, y sobre todo de inversión privada. La movilización del capital privado permitirá aumentar la producción y las exportaciones y generar ingresos en divisas, para ello, Bolivia necesita dotarse de una legislación moderna y eficiente, a la altura de las leyes de promoción de la inversión en países vecinos, que provea garantías plenas al capital y haga ventajoso invertir en Bolivia.
Asimismo, afirman que una estrategia de contención y superación de la crisis económica difícilmente podrá eludir la necesidad de buscar un programa de financiamiento con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que le permita obtener recursos frescos para aliviar la crisis de reservas y divisas.
