Nicolás Maduro, el «presidente obrero» que gobierna con la vara de la represión

El «heredero» de Hugo Chávez es Presidente de Venezuela desde marzo de 2013. Fue reelegido en 2018 y el domingo en unas elecciones acusadas de fraudulentas.

Nicolás Maduro en una anterior alocución pública. / Foto: Archivo

 

eju.tv
Juan Carlos Véliz / La Paz



Desde que asumió la presidencia en marzo de 2013, Nicolás Maduro ha enfrentado múltiples denuncias de violaciones de derechos humanos. A lo largo de su mandato, tanto las fuerzas de seguridad del estado como grupos civiles armados leales al gobierno han sido acusados de cometer abusos graves contra la población.

Las movilizaciones en su contra son reprimidas con violencia extrema que hasta ahora han dejado al menos 191 muertos, según observadores de derechos humanos aunque existen cifras más altas atribuidas al régimen violento.

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El llamado «presidente obrero”, un apodo que él mismo ha promovido para resaltar su origen sindical y su conexión con la clase trabajadora, creció en una familia de clase media y asistió a escuelas locales en Caracas. Recibió formación política en Cuba.

Comenzó su carrera política en la Liga Socialista y trabajó como guardaespaldas de José Vicente Rangel, figura emblemática de la izquierda venezolana. Fue elegido diputado en 1998.

Cercano colaborador de Hugo Chávez, sirvió como ministro de Relaciones Exteriores y Vicepresidente. Asumió la presidencia tras la muerte de Chávez en 2013.

Es Presidente de Venezuela desde marzo de 2013. Reelegido en 2018 y recientemente en unas elecciones acusadas de fraudulentas.

Maduro enfrentó múltiples crisis políticas y económicas, manteniéndose en el poder a pesar de las críticas internacionales.

El político venezolano que ahora nuevamente está en la mira de la comunidad internacional enfrenta múltiples denuncias de violaciones de derechos humanos durante su mandato como presidente de Venezuela como crímenes de lesa humanidad, ejecuciones extrajudiciales, tortura, malos tratos y violencia sexual a presos políticos.

 

Represión y abusos

El gobierno de Maduro ha utilizado tácticas de represión para silenciar a la disidencia. Esto incluye vigilancia, acoso, detenciones arbitrarias, tortura y malos tratos.

Las protestas masivas en 2014 y 2017 resultaron en la muerte de al menos 43 y 124 personas, respectivamente, debido al uso excesivo de la fuerza por parte de las fuerzas de seguridad.

En las protestas por el fraude electoral ya se han reportado al menos 11 muertos en manos de los llamados «colectivos» y fuerzas regulares de la Policía.

Presos políticos

Actualmente, se estima que hay entre 286 y 319 presos políticos en Venezuela. Estas personas, tanto civiles como militares, enfrentan amenazas, represalias y condiciones de detención inadecuadas.

Crisis humanitaria

Más de 19 millones de venezolanos necesitan asistencia humanitaria, enfrentando dificultades para acceder a atención médica y nutrición adecuada. La crisis ha llevado a la migración de más de 7.7 millones de venezolanos, generando una de las mayores crisis migratorias del mundo.

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Participación de grupos civiles armados

Además de las fuerzas de seguridad oficiales, grupos civiles armados conocidos como “colectivos” y milicias leales a Maduro han participado en la represión de las protestas. Estos colectivos han sido acusados de actuar con impunidad, utilizando la violencia para intimidar y dispersar a los manifestantes.

Investigaciones Internacionales

La Corte Penal Internacional (CPI) ha autorizado la reanudación de una investigación sobre presuntos crímenes contra la humanidad en Venezuela. Además, la Misión de Determinación de los Hechos de la ONU ha documentado violaciones graves y persistentes de los derechos humanos.

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