Después de dos meses de incendios, Bolivia vive una crisis ambiental y el Gobierno reporta que gran parte de las llamas fue sofocada

El fuego arrasó con bosques que eran el hogar y sustento de varias comunidades indígenas, también impactó en especies protegidas como los jaguares y otros mamíferos, reporta la WWF Bolivia. 

Los incendios arrasaron millones de hectáreas de bosques y pastos, según la WWF Bolivia. / Foto: WWF Bolivia

 

eju.tv 
Juan Carlos Véliz / La Paz 



Los incendios en Bolivia que ya llevan activos dos meses con mayor intensidad han dejado una crisis ambiental que afecta a la fauna, flora y las comunidades indígenas en muchos casos fueron evacuadas o perdieron sus territorios ancestrales; sin embargo, el Gobierno afirma que gran parte del fuego fue sofocado debido a las operaciones aéreas que realiza cada día. 

“Bolivia, y en particular los departamentos de Santa Cruz, Beni y Pando, enfrenta nuevamente una de las peores crisis de incendios en su historia reciente. Ecosistemas emblemáticos como la Amazonía, el Bosque Seco Chiquitano, el Chaco y el Pantanal se ven gravemente afectados. Los incendios forestales han azotado la región, alcanzando cifras cercanas a récords históricos y afectando aproximadamente más de 4.5 millones de hectáreas. Con más de 30 días de temporada de incendios aún por delante, la situación es crítica”, señala un reporte de WWF Bolivia. 

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El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) de Bolivia informó ayer que aún hay 5.663 focos de calor, de los cuales 4.075 o el 72% están en Santa Cruz, principalmente en la zona de la Chiquitania. 

El viceministro de Defensa Civil, Juan Carlos Calvimontes, afirmó después de un sobrevuelo por la zona del oriente boliviano que gran parte del fuego fue sofocado por la lluvia que cayó en los bosques y por las aeronaves que realizan descargas sobre las cortinas de fuego. 

“Gran parte del fuego de los incendios ya fueron sofocados porque ha caído una intensa lluvia por la zona; sin embargo, en la parte norte a muchísima distancia de la comunidad de Monte Verde se han visto columnas de humo, inmediatamente se ha reportado al Comando Conjunto y ha salido el avión Electra Tanker con los dos Hércules para hacer las descargas en la zona. Lo positivo de esta situación es que no hay humareda, se puede visibilizar dónde está los fuegos”, reportó ayer la autoridad gubernamental. 

Sin embargo, la autoridad admitió que el peligro no ha pasado pese a que el Gobierno mediante un decreto supremo estableció una pausa ecológica para que se frenen las quemas de pastizales y desmontes. Muchos productores aún preparan cordones para quemar. 

“Lo más preocupante es que hemos encontrado propiedades donde tienen cordones listos para quemar, en uno hemos encontrado maquinaria realizando cordones y en otra hemos encontrado una camioneta blanca que está lista con sus bidones de combustible, ya había quemado una parte de los cordones”, refirió. 

La disminución de los fuegos; sin embargo, reveló los costosos saldos para el ecosistema chiquitano que ya afrontaba una sequía debido al déficit de lluvias. “En la Amazonía, una severa sequía, sumada a los incendios forestales, ha generado una crisis que amenaza la vida humana, la biodiversidad, la seguridad alimentaria y la economía local”, alerta la WWF. 

En la Chiquitania Norte, donde se encuentra el Bosque Seco Chiquitano, la situación es alarmante, siendo los municipios más afectados Concepción, San Javier, Urubichá, Ascensión de Guarayos, San Ignacio, San Rafael. Actualmente se continuan registrando focos de calor, señala la nota de prensa. 

“Dentro de este paisaje el área de mayor afectación ha sido el Territorio Indígena Monte Verde, donde viven más de 100 comunidades indígenas con afectación directa a sus medios de vida: sus áreas de manejo forestal tanto maderables como no maderables (Cusi, Copaibo, otros), y de sus chacos de donde se provee sus alimentos, han sido en algunos casos totalmente quemados, incluyendo la destrucción de infraestructura provocando la necesidad de evacuación de comunidades enteras y familias para evitar ser alcanzados por el fuego”, refiere. 

También indica que todas las áreas de manejo forestal de las cinco comunidades (Palmarito de la Frontera, Candelaria, Madrecita, San Silvestre y San Andrés) que la WWF Bolivia viene apoyando desde hace dos años para fortalecer su gestión forestal y la conservación del jaguar (Panthera onca), a la fecha ya han sido quemados por el fuego (son mas de 17 jaguares identificados y una serie de especies de mamíferos, que eran conservados por estas áreas de aprovechamiento sostenible). 

Entre las comunidades indígenas afectadas directamente por el fuego (es decir, cuyo territorio comunal fue impactado por fuego) se citan a La Taporita, María Auxiliadora, Madrecita, Palmarito de la Frontera, El Cuchi, Bella Vista, La Esperanza, La Arboleda, Nokoborema, Santísima Trinidad, Santa Mónica, Santa Elena, 16 de Julio, San Pablo Norte, Villa Nueva, 26 de Octubre, Nueva Jerusalén y Palestina. Y entre las que se encuentran actualmente seriamente amenazada y propensas a quemarse se indican a El Regreso, Sagrado Corazón, Makanaté, Puerto San Pedro y Monte Verde; estas rodeadas actualmente por el frente de incendio del centro del territorio indígena y por el que se dirige de oeste a este proveniente desde Guarayos. 

“Como resultado, todas las actividades de proyectos de ONGs e instituciones públicas en este territorio indígena han sido suspendidas”, apunta.  

En la cuenca alta del Río Paraguay, que abarca los ecosistemas del Bosque Seco Chiquitano, Cerrado, Chaco y Pantanal, los incendios forestales han causado estragos desde junio. Los municipios más afectados incluyen Roboré, El Carmen Rivero Tórrez, San Matías, Puerto Suárez y Puerto Quijarro.  

 Esta emergencia ha tenido un impacto devastador en las comunidades locales, especialmente en las chiquitanas y ayoreas, afectando directa e indirectamente a más de 60 comunidades.  

WWF también hace referencia al impacto del humo en la población boliviana que ha generado emergencias de salud debido a la mala calidad del aire. 

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“Las ciudades, municipios y localidades de todos los departamentos de Bolivia están cubiertas por una densa capa de humo por los incendios forestales que arrasan la región. La calidad del aire ha empeorado considerablemente, afectando la salud de miles de personas, especialmente en áreas urbanas. El humo no solo reduce la visibilidad y dificulta las actividades diarias, sino que también incrementa los problemas respiratorios, lo que ha llevado a un aumento en las consultas médicas por afecciones como el asma y la bronquitis, poniendo el riesgo el futuro de la calidad de vida”, afirma. 

Municipios como Cobija (Pando) registran hace un mes calidad de aire extremadamente mala por lo que las clases presenciales en los colegios fueron interrumpidas y se recomendó a la población que use barbijos. 

El Gobierno también declaró emergencia nacional por los incendios y requirió ayuda internacional para combatir los fuegos y recibió apoyo de países vecinos como Brasil, Chile, Perú y de otras naciones. También contrató aviones y helicópteros para que realicen descargas de agua, además mediante la Fuerza Aérea está realizando la estimulación de nubes para pueda caer lluvia para aplacar las llamas. 

“Bolivia atraviesa una emergencia ambiental sin precedentes. Los incendios forestales están devastando nuestros ecosistemas y comunidades” alerta la WWF Bolivia mientras hace un llamado para apoyar a los bomberos voluntarios, organizaciones locales y comunidades afectadas.