Fuente: vision360.bo
Las últimas lluvias que cayeron en Bolivia consiguieron que los incendios forestales que se producen en Santa Cruz, la mayor región del país y la más afectada por ese desastre, se redujeron en un 70 %, indicó este domingo el ministro de Defensa, Edmundo Novillo.
El ministro señaló a los medios que los 76 incendios que estaban registrados en el departamento de Santa Cruz se redujeron en un 70 %, mientras que un 90 % de los fuegos que se reportaron en la región amazónica de Beni «están controlados» después de las últimas precipitaciones.
«El mapa de los incendios se ha modificado (…), las lluvias han paliado (los incendios) y nos han ayudado», agregó.
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Novillo dijo que aún no se puede establecer un informe final, puesto que en varias de las regiones afectadas por las quemas aún llueve, por lo que un balance más preciso se dará más adelante.
El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) pronosticó para este fin de semana la llegada de un frente frío con lluvias, mismas que se produjeron principalmente en las poblaciones de la Chiquitania, que fueron algunas de las más golpeadas.
El Ministro de Defensa indicó que a esto se suman las labores de «estimulación de nubes» desde el aire que se efectuaron hace unos días en los municipios de Concepción y Urubichá, y que tuvieron buenos resultados.
En algunos videos que se difundieron en las redes sociales se observó a los grupos de bomberos y voluntarios desplegados en las zonas afectadas que festejaban por la caída de la lluvia.
Asimismo, el ministro informó sobre la contratación de un avión cisterna canadiense con una capacidad de descarga de 11.300 litros de agua para los siguientes días y cuyo alquiler costará 1,8 millones de dólares.
Novillo precisó que el avión canadiense «es uno de los pocos» que se han podido encontrar con disponibilidad para llegar a Bolivia en un corto tiempo debido a que otros trabajan en incendios que se producen en Australia y Estados Unidos.
El ministro también indicó que la llegada de la nave se sumará a otras de menor capacidad que operan en Bolivia, de manera que el país esté en condiciones para afrontar el periodo seco y el riesgo de incendios que se prevé sea hasta octubre.
En la víspera, el presidente boliviano, Luis Arce, anunció que su Gobierno otorgará «incentivos financieros» para que los productores de alimentos trabajen de manera sostenible, aunque no detalló en qué consisten esas medidas.
Los incendios forestales en Bolivia se deben al descontrol de las quemas autorizadas o ‘chaqueos’, que son una práctica agrícola para preparar los terrenos para la siembra, la crianza de ganado y la ampliación de la frontera agrícola o desmonte.
En lo que va del año, los incendios han devastado unas 3,8 millones de hectáreas de bosques y pastizales, según la información oficial.
Los incendios también provocaron que varias de las ciudades más importantes de Bolivia, como Santa Cruz, La Paz, Cochabamba, Trinidad y la norteña Cobija, presenten una densa capa de humo con reportes de calidad de aire «muy mala», afectaciones a la fauna y comunidades desplazadas por el desastre.
Hace una semana Bolivia declaró la «emergencia nacional» por los incendios, lo que abrió al país a la ayuda internacional, mientras que unos días después ordenó una «pausa ambiental indefinida».
Bolivia sufre una de las peores crisis ambientales de los últimos años, después de que en 2019 se registraron 5,3 millones de hectáreas de bosques y pastizales devastados por los incendios.