Santa Cruz y Beni: el fuego condena a la fauna a morir calcinada o ser cazada

En la Chiquitania, 1.200 especies son afectadas por los incendios forestales, según un reporte de la Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano. Hay animales en peligro de extinción.
Un pequeño oso perezoso recibe atención médica en un albergue. Foto: APG
Un pequeño oso perezoso recibe atención médica en un albergue. Foto: APG
Fuente: Visión 360
Por Anahí Cazas Álvarez

En comunidades de Santa Cruz y Beni, los animales que logran escapar de los incendios se acercan a las casas o las carreteras en busca de agua y alimentos. Unos tienen buena suerte y reciben ayuda de la gente; otros se encuentran con cazadores que se aprovechan de la desgracia del bosque.

“Mientras nosotros luchábamos para apagar el fuego, por el otro lado estaban personas que llegaban para cazar y aprovecharse de los animales que se encontraban en condiciones que no podían escaparse. Los agarraban, los mataban y los llevaban a la venta. Eso se ha visto, se hizo saber y de manera inmediata lo hemos denunciado”, cuenta a Visión 360 Vivian Palomeque Irina, representante de la Central de Trabajadores Campesinos del Territorio Florida del municipio beniano de Riberalta.

Palomeque explica que para frenar la caza de los animales que escapan de los incendios que consumen el bosque, su hogar, las autoridades indígenas exigieron a la Unidad de Medio Ambiente del municipio de Riberalta que haga controles y decomisos. “De ahí logramos un poco evitar esa situación. Pero ha sido muy lamentable la pérdida de muchos animales que tenemos en nuestra selva”, dice.



“En vez de auxiliar a los animales para conservar la especie, se aprovechan para poder atraparlos y ponerlos a la venta”, reniega y explica que las personas inescrupulosas que se dedican a cazar son gente ajena a su comunidad. Sospecha que vienen de la ciudad.

En Florida, la comunidad de Palomeque, muchos animalitos, como monos, se acercan a las casas y los pobladores les dan agua y frutas. “Los cuidamos, no queremos que se extingan”, explica. A los que encuentran heridos y con quemaduras, los rescatan y los entregan a un albergue del municipio de Riberalta, que se encarga de dar atención y rehabilitar a las especies afectadas.

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En medio de llamas, los jochis pintados y colorados, los monos y el tatú son las principales víctimas de los cazadores. “Los venden en mercados, lamentablemente es bastante buscada la carne de monte”, asegura el líder indígena.

En el arduo trabajo de luchar contra el fuego, en Santa Cruz y Beni, bomberos, voluntarios y comunitarios se encuentran con escenas dolorosas.

 “Hemos encontrado animales totalmente quemados, que no pudieron escapar del fuego de gran magnitud que arrasó con el bosque. Además, muchos que trataron de escapar para salvar sus vidas, pero caían en manos de gente que aprovecha la desgracia para cazar”, dice a Visión 360 Wilber Melgar, secretario ejecutivo de la Central Campesina Territorio IVON, que también está en el municipio beniano de Riberalta.

En los últimos días, en el departamento de Santa Cruz, en la Chiquitania, en comunidades del municipio de San Matías, bomberos, voluntarios y policías encontraron animales totalmente carbonizados, entre osos perezosos, monos, parabas y aves.

En medio de las cenizas, la humareda y las llamas, también están animales heridos, deshidratados y con quemaduras. Por ejemplo, el miércoles, el jefe de Personal de la Policía Forestal y Preservación del Medio Ambiente (Pofoma), Franco Balboa, informó que rescataron 75 animales, entre osos perezosos, tortugas y monos.

“Hay bastantes animales heridos que han sido trasladados por la Gobernación de Santa Cruz, donde son atendidos por veterinarios zootecnistas especialistas en el tema”, explica.

El efectivo policial se refiere al Centro de Atención y Derivación de Fauna Silvestre en Bolivia (CAD). Este espacio se ha convertido en hospital para atender a los animales afectados por los incendios. Muchos llegan con cuadros severos de deshidratación o desnutrición; otros registran quemaduras fuertes, que en varios casos son de difícil tratamiento.

Pero, los incendios no solo dejan heridas físicas en los animales, también los obligan a dejar su bosque, su hogar. A esta situación se suma que se quedan sin alimentos ni agua.

En el bosque chiquitano hay alrededor de 1.200 especies de vertebrados que son afectadas por los incendios forestales, de acuerdo con un informe de la Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano (FCBC). Desde hace varios años, esta institución realiza un monitoreo del impacto de los incendios a niveles de los ecosistemas y de las especies.

De las 1.200 especies de vertebrados afectados por el fuego, unas son endémicas, otras están en peligro de extinción y otras son amenazadas.

Todas estas especies se encuentran justamente en los sitios donde se registran los incendios forestales. Según Oswaldo Maillard, responsable del Observatorio del Bosque Seco Chiquitano de la FCBC, en lo que va del año, se calcula que alrededor de tres millones de hectáreas se quemaron en el departamento de Santa Cruz.

“Principalmente lo que se ha quemado en Santa Cruz es el bosque chiquitano, que justamente es el hogar de estas especies. Aunque no tenemos cuantificado cuántas especies han muerto y cuántas están heridas -es un trabajo que están haciendo las personas que se encuentran en el campo-, estimamos que ha afectado esa cantidad de especies, 1.200 especies de vertebrados, viendo la extensión de los incendios” , explica Maillard a Visión 360.

De acuerdo con Maillard, las especies han sido afectadas por el fuego de diferentes maneras; por ejemplo, porque su hábitat se quemó. “No estamos seguros de cuántos han muerto o cuántos han quedado heridos, pero por las estimaciones creemos que (los incendios) han impactado esa cantidad de especies”, dice.

Millard explica que de las 1.200 especies, al menos 50 están en la lista roja de especies de interés para la conservación. El tigre y la paraba, además de diferentes especies de ranas y monos, entre otros, están entre los más afectados.

Según Vincent Vos, del Instituto de Investigaciones Forestales de la Amazonia, de la Universidad Autónoma de Beni José Ballivián, una referencia que puede ayudar a identificar el impacto de los incendios en la fauna es un estudio de la Universidad Mayor de San Andrés (Umsa) .

Este análisis se refiere, explica el especialista, a que en 2019 se quemaron más de dos millones de hectáreas de bosque chiquitano en Bolivia y de esa cifra se estima que el número de mamíferos muertos por fuego fue de casi seis millones.

“Este año tenemos una superficie mayor de hectáreas quemadas, cinco millones”, dice y calcula que la cifra puede llegar a “10 millones de animales muertos”.