Las declaraciones del experto se dan luego que un medio de comunicación de Chile publicó que Bolivia ocupa el tercer lugar en cuanto a índice de pobreza en Sudamérica con el 36,3%, el primer lugar es ocupado por Argentina con el 52,9%, seguido por Venezuela con el 51,9%.
eju.tv
Lidia Mamani / La Paz
En el país se calcula que hay alrededor de 4,1 millones de bolivianos que están en situación de pobreza, con base a la cantidad total que se cuantificó en el Censo de Población y Vivienda 2024, de más de 11,3 millones de ciudadanos y los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), que señala que en Bolivia el 36,4% vive en condiciones de pobreza, afirmó este miércoles el presidente del Colegio de Economistas de Tarija, Fernando Romero.
“Si bien la población, con base a los datos del Censo 2024, fue de 11,3 millones de habitantes, respetando lo que dice el Gobierno que tenemos una población pobre del 36,4%, significa que existe aproximadamente más de 4,1 millones de pobres en todo el país. Otro dato que les doy es que al 2012, las personas con necesidades insatisfechas, eran el 44,9% y si a eso se suma el tema inflacionario, el tema de la pobreza es estructural y multidimensional”, afirmó en contacto con eju.tv.
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Las declaraciones del experto se dan luego que un medio de comunicación de Chile publicó que Bolivia ocupa el tercer lugar en cuanto a índice de pobreza en Sudamérica con el 36,3%, el primer lugar es ocupado por Argentina con el 52,9%, seguido por Venezuela con el 51,9%.
En criterio de Romero, cuatro de cada diez bolivianos viven en condición de pobreza. Estos datos reflejan una realidad económica crítica, marcada por múltiples factores que agravan la situación social y política del país. Agregó que, desde la pandemia, la tendencia a un incremento en la pobreza se ha intensificado, un hecho que espera se confirme con la nueva encuesta de hogares.
El experto señala que las medidas implementadas por el Gobierno son parciales y considera que el origen del problema radica en la crisis fiscal que atraviesa el país, resultado de un gasto público sostenido durante 11 años consecutivos, lo cual ha afectado la disponibilidad de dólares en el mercado interno y que se refleja en precios elevados tanto de los alimentos producidos en el país como de los productos importados.
Ante este panorama, aconseja a la población a que no espere soluciones de parte del Gobierno ni del sector privado, sino que adopte una estrategia de finanza familiar responsable, tomando en cuenta que se vienen los meses más inflacionarios del año, ajustando sus gastos para hacer frente a las dificultades económicas que se avecinan en los siguientes meses.