Régimen populista cocalero, economía y cultura ecocida

Ver las cosas desde otra perspectiva no es lo común. Dudar y cuestionar es la fuente del conocimiento y el cambio”. Pukymon.

Economía productiva desde la perspectiva del pueblo.

La gente honesta necesita trabajar y generar ingresos para cubrir sus necesidades y las de su familia, y para hacerlo requiere un ambiente de seguridad, de previsibilidad. Necesita que sus bienes, su propiedad y su persona sean respetados; que él y los productos de su trabajo puedan trasladarse libremente. No queremos bloqueos, asaltos de propiedades, quemas de tierras y bosques.
Que se pueda producir y vender libremente bienes y servicios que no sean ilegales, vale decir, aquellos que no afecten a la vida y salud de las personas, como las drogas.

Los intelectuales y políticos andinos, desde siempre y desde la sede del Gobierno, han defendido a capa y espada el modelo centralista, rentista, monoproductor y primario exportador, base del sistema político que ha sido el sustento de las élites andinas, no del pueblo trabajador. El mismo modelo continúa ahora con coca.



Todo es economía y en esta actual pugna por el liderazgo masista, salen los trapitos al sol. El Ministro de Gobierno de Lucho, Carlos Eduardo del Castillo, se refirió a la marcha liderada por Evo desde Caracollo a La Paz, y afirmó que el cocalero: “No perdona que el Gobierno de Luis Arce haya destruido más de 3.500 fábricas de pasta base de cocaína”. Eso es mucha plata y ellos lo saben:
“Si no hay coca y fábricas, no hay dólares”.

El ecocidio masista

La vegetación son los pulmones de nuestro planeta,  limpian el aire y regulan el clima y como inhaladores de carbono, contribuyen al equilibrio de la vida. Los árboles y el resto de la vegetación liberan vapor de agua a la atmósfera a través de la evapotranspiración y posibilitan lluvias.
Con la deforestación y las quemas se altera este equilibrio, se reducen las lluvias y se producen las sequías.

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La actual “Guerra del Fuego”, como expresa Emilio Martínez, los incendios en Santa Cruz se desarrollan en un 79% en tierras fiscales. Es la continuación e intensificación de ese proceso de toma de tierras, ahora con los “Interculturales” como protagonistas principales y convertidos en una suerte de Milicias del fuego.

Los Interculturales avasalladores e incendiarios tienen el aval del gobierno y están respaldados por las leyes incendiarias aprobadas por el régimen del MAS. Es más, tanto el INRA como la Administradora de Bosques y Tierras, el Ministerio de agricultura y otras instancias de gobierno han ocultado los hechos y culpan de los incendios a los ganaderos y agricultores,Vale mencionar que el Gobierno del MAS, nunca ha querido declarar Desastre Ambiental y aceptar que lleguen Brigadas de Ayuda Internacional para combatir los incendios en la Chiquitania. Ellos temen que se confirme que el fuego, que ha consumido más de siete millones de hectáreas, no solo es provocado, sino que responde a una planificación sistemática de sectores que reciben protección del régimen para cometer semejante ecocidio.

Los masistas como buenos negociantes y comerciantes quieren convertir los bosques, los Parques, Áreas Protegidas y las Reservas forestales en plantaciones de coca y en fosas de maceración de cocaína.

Las quemas de bosques, son un negocio masista.

El MAS luego que termino con las reservas de gas y se gastó los dólares producto de su exportación, se dedicó a ofrecer tierras en el oriente a sus bases como su botín, especialmente a los interculturales. Estas tierras son para hacer negocios, para venderlas y para sembrar coca.

El ministro de Medio Ambiente y Agua, Alan Lisperguer, explica que existen organizaciones que realizan estas quemas con el objetivo de traficar tierras y también para pedir viviendas sociales y beneficiarse con la ayuda humanitaria, en zonas donde había casas en condiciones precarias.

Para los expertos de la Fundación Tierra, es fundamental tener una Ley contra los incendios forestales antes de mayo de 2025 y abrogar todas las “Leyes incendiarias”. Un problema urgente por resolver, señala el documento, es “la presencia indiscriminada y la rápida multiplicación de monocultivos en bosques que deben estar explícitamente excluidos de las zonas de ampliación de la frontera agrícola”.Evo en su pugna con el Lucho, le da vuelta a la tortilla, se victimiza y dice que el Lucho: “No sabe nada”, por eso dictó una Pausa ambiental y prohibió la realización de quemas para habilitar tierras para el cultivo. “Si no chaqueamos (…) qué vamos a comer (…) que nos regale comida pues”.

Este año 2024, los extensos incendios forestales impulsados por el negocio de las tierras y de la coca destruyeron 10 millones de hectáreas. Están acabando con los bosques, sobre todo en la Amazonia, tenemos un ecocidio, calores, fuego, humo, sequía y desertificación. Habrá poca agua potable en pueblos y ciudades para nosotros y en el campo para la ganadería y la agricultura. Es el Legado Intercultural, Ecocida y Genocida del Estado Plurinacional, el que continuara mientras lo permitamos.

Aunque sabemos que la única forma de salir adelante como sociedad y como país, es cambiar de receta estatista, centralista, populista, ecocida, cocalera y también cambiar a los cocineros, los partidos de Oposición no se manifiestan, no existen.