A una semana de la emergencia en Bajo Llojeta, vecinos y ediles aún trabajan para retirar el lodo y comparten una olla común

La Paz. En medio del incansable trabajo, la solidaridad está presente. Los vecinos preparan una “olla común” para alimentar a los obreros y voluntarios que se suman a las tareas de limpieza.

Juan Carlos Barrionuevo
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[Foto Juan Carlos Barrionuevo – UNITEL.] / Los vecinos de Bajo Llojeta limpian parte del lodo que queda en la zona de emergencia.

Fuente: Unitel



Han pasado siete días desde que una mazamorra sorprendió a los vecinos de las urbanizaciones Santa Cecilia y El Prado en Bajo Llojeta, en la ciudad de La Paz.

En medio del incansable trabajo, la solidaridad está presente. Los vecinos preparan una “olla común” para alimentar a los obreros y voluntarios que se suman a las tareas de limpieza.

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La mazamorra dejó a más de 40 viviendas bajo el lodo. La noche del pasado sábado 23 de noviembre la tragedia llegó a la zona. Camila Peyton, una niña de cinco años de edad que había llegado a la casa de su tía junto con su familia murió sepultada por el barro.

Los vecinos no han perdido la esperanza de que la situación mejore y puedan volver a sus viviendas, sin embargo, la Alcaldía de La Paz notificó a más de 30 propietarios de viviendas.

Este sábado los vecinos y dos maquinarias de la municipalidad limpian aún el material de arrastre que ha quedado. Algunas tienen lodo en la planta baja, es la muestra de la magnitud de la emergencia.

El secretario municipal de Resiliencia y Gestión de Vulnerabilidades (SMRGV), Juan Pablo Palma, destacó que todavía hay mucho trabajo por ejecutar, al margen de la “evacuación de lodo”.

Hasta el jueves la altura del material acumulado se redujo en cuatro metros, situación que permitió que algunas familias puedan retirar sus bienes de sus casas, dado que existe estabilidad en las viviendas, informó la municipalidad.

No obstante, la situación de emergencia persiste. Las lluvias no van a parar hasta el próximo año y el temor por una nueva mazamorra no ha desaparecido.

Las familias que lo perdieron todo están refugiadas en albergues, otros se alojaron con algunos familiares, pero hay un grupo de personas que se resisten a dejar sus hogares que con tanto esfuerzo han construido.

“Por supuesto continuamos con el albergue, con la atención 24 horas del centro médico, con personal de equipo social conversando, explicando a la gente la importancia de estar preparados en caso que sea necesaria una evacuación en el sector y ojalá que no se manifieste ningún otro movimiento de tierra o un deslizamiento o movimiento de masa”, añadió.

Olla común

Mientras los obreros trabajan retirando el lodo, otro grupo de vecinos de las viviendas afectadas por la mazamorra en Bajo Llojeta preparan una olla común.

Para esta jornada preparan 100 platos de comida. Sin embargo, piden más ayuda puesto que aseguran que no cuentan con suficiente alimento.

Todos sus enseres quedaron bajo el lodo que ingreso a las viviendas el pasado sábado.