El analista indicó que en el discurso del presidente Luis Arce, no se mencionó ni una sola palabra de cómo se afrontará los problemas económicos.
Ligia Portillo
Fuente: Red Uno
El analista Gonzalo Chávez cuestionó duramente el discurso del presidente Luis Arce, señalando la omisión de cualquier mención sobre los graves problemas económicos que enfrenta Bolivia. Según Chávez, en su intervención, Arce no abordó los principales desafíos que afectan a la población, como la escasez de combustible, la falta de divisas y los daños derivados de los 24 días de bloqueo que paralizaron el país.
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«Vimos un presidente en la calle, aislado y solo, que se ha descolado de la realidad económica», expresó Chávez. «Uno se imagina escuchar al presidente hablar sobre la crisis que viven los ciudadanos haciendo filas buscando combustible, personas que han perdido toda su producción, que no tienen insumos, que han perdido contratos… Pero se quedaron pasmados, porque no mencionó una sola palabra sobre esta tremenda crisis que estamos viviendo», añadió.
El analista subrayó la desconexión entre las preocupaciones cotidianas de la gente y los temas tratados por el mandatario. «Es una situación delicada, donde el presidente está muy alejado del país. Nos habló de lo de siempre: una industrialización que nunca llega, un producto de litio que avanza muy lentamente y la promesa del biodiesel. Hay una distancia enorme entre la realidad económica y lo que se prioriza», aseveró Chávez.
En su crítica, el analista también recordó que el país atraviesa una alta inflación cercana al 10%, una recesión económica, y un déficit fiscal, condiciones que, según él, no fueron abordadas en absoluto por el presidente en su discurso. «No hubo una sola palabra para enfrentar la crisis. El país está con una inflación cercana al 10%, recesión, déficit público, y ni una sola palabra al respecto», concluyó Chávez.
La falta de propuestas concretas para solucionar los problemas económicos más urgentes fue uno de los puntos clave de la crítica. Mientras Bolivia enfrenta un panorama complejo, la clase política sigue dividida sobre las medidas a tomar, y la población continúa en espera de respuestas claras que alivien la creciente tensión social y económica del país.