Fuente: https://www.dw.com
La misión de cascos azules que específicamente pidió el Gobierno de transición de Haití no será posible a corto ni medio plazo por la oposición este miércoles (20.11.2024) de Rusia y China, pues su estatus de miembros permanentes les permitirá vetarla en el Consejo de Seguridad de la ONU, órgano encargado de definir y enviar las operaciones de paz.
La formación de una Misión Multinacional de Seguridad de apoyo a la policía haitiana (con carácter meramente de instructores policiales) no ha servido para mejorar la seguridad, en parte porque solo han llegado al país caribeño 400 agentes de los 2.500 previstos debido a la falta de financiación de esa misión.
Por esa razón, y tras una petición específica de las autoridades haitianas de transición, Estados Unidos y Ecuador han preparado un proyecto de resolución para transformar la MMS en una fuerza de paz clásica de cascos azules, pero se ha topado con la oposición frontal de China y Rusia, que hoy explicaron sus argumentos ante el Consejo.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
Embajador chino deja grave crisis en manos de haitianos
Primero intervino el embajador adjunto de China, Geng Shuang, quien recordó -parafraseando al secretario general, António Guterres- que una misión de mantenimiento de paz requiere que primero haya paz, algo inexistente ahora en Haití; además, resaltó que la ONU ha gastado en Haití 8.000 millones de dólares desde 1994 en misiones de paz o similares, un dinero perdido vistos los resultados.
«En último término, toca a los haitianos sacar a Haití de sus aprietos, y no hay ninguna cantidad de auxilio exterior que vaya a resolver sus problemas fundamentales», sentenció Shuang.
Al diplomático chino le sucedió el embajador adjunto de Rusia, Dmitri Poliansky, quien subrayó que, más allá de lo que diga el actual Gobierno haitiano, cuya legitimidad «está en cuestión», la idea de un retorno de cascos azules «es muy controvertida en la sociedad haitiana (y) todas las esferas de la sociedad haitiana son extremadamente cautas ante cualquier forma de injerencia extranjera».
Poliansky dijo que los haitianos «no olvidan las lamentables lecciones de la Minustah», la pasada fuerza de paz que abandonó Haití entre acusaciones de abusos sexuales y de propagar un brote de cólera que dejó miles de muertos.
Rusia ve «descarada interferencia» de EE.UU. en Haití
Otro argumento que Poliansky utilizó fue que «el papel de las fuerzas de paz es mantener la paz, no combatir el delito en zonas urbanas, ni salvar a un Estado disfuncional», subrayó.
Por último, se preguntó por el interés de EE.UU. en esa fuerza de paz, y aportó la siguiente respuesta: «Estados Unidos ve a Haití como su patrio trasero y en este siglo ha estado implicándose en una descarada interferencia» en sus asuntos.
La oposición de Rusia y China no tiene visos de cambiar a medio plazo, pues de hecho sus representantes se han negado incluso a negociar los términos de esa resolución para autorizar la fuerza de paz, según reveló ante el Consejo el representante de Ecuador.
Pandillas controlan 85% de Puerto Príncipe
El poder de las pandillas delictivas en Haití no para de crecer y en este momento controlan cerca del 85 % de la capital, Puerto Príncipe, según «ciertas estimaciones» que este lunes fueron citadas en el Consejo de Seguridad de la ONU por Miroslav Jenca, subsecretario general para Europa, Asia y las Américas en el departamento de Asuntos Políticos de la ONU.
Las bandas han empezado a atacar los lugares «de relativa seguridad» que quedaban en la capital, como el barrio de Petionville, donde se encuentran las oficinas de la ONU, embajadas y personal extranjero. Allí, un ataque registrado el pasado martes dejó «decenas de muertos», señaló.
En respuesta, grupos espontáneos de vecinos han comenzado a organizar patrullas armadas, a montar controles de carreteras no oficiales «y a tomarse la justicia por su mano», lamentó Jenca.
En las vastas áreas donde las pandillas tienen el control, la seguridad y los derechos humanos de sus habitantes están en peligro, y en especial los de las mujeres, pues los pandilleros recurren a toda forma de violencia, con frecuencia violencia sexual, para subyugar a los vecinos.
jc (efe, afp)