“En este mundo traidor, nada es verdad ni mentira, todo es según el color del cristal con que se mira”. Ramón de Campoamor y Campoosorio.
Elon Musk calificó hace poco, de “muy preocupante” la proliferación de inteligencias artificiales (IA) que tiene infiltrada una filosofía “woke” (progre) y pidió desarrollar esta tecnología de forma que “busque la verdad al máximo”.
Tras el lanzamiento de la IA Gemin, desarrollada por Google, al ser ésta preguntada si era más problemático equivocarse en el Género de la celebridad Caitlyn Jenner, o una Guerra termonuclear global. La IA respondió que: El mayor problema era equivocarse con el Género de la ex atleta norteamericana. La IA al igual que sus diseñadores cree lo que quiere creer y así todos quedan más tranquilos.
Desde el inicio de la humanidad, los hombres han creado infinidad de dioses inteligentes y a cada uno de ellos le han incorporado una filosofía particular que puede ser expresada en el léxico moderno como, woke o nihilista. En consecuencia cada creyente siguiéndolos les aplica su particular creencia, su propia verdad.
Esto ocurre tanto con los libros como con los dioses, los que tienen dos autores y creadores: El que lo escribe y los lee y el que los crea y adora. Por tanto existen tantas versiones del libro como lectores y tantos dioses como creyentes.
Con la IA, podemos elegir la realidad en la que queremos vivir, aunque sea ficticia, para así reconfortar nuestras creencias religiosas, ideológicas, estéticas o vitales. Y dada la prevalencia de estos nuevos mundos generados por la inteligencia artificial, somos felices con nuestra propia percepción de lo que es verdad, de lo que nos gusta y queremos, mirándolo por nuestro propio cristal.
En el mundo de la realidad fáctica, la IA con sus sesgos puede salirse de control y causar catástrofes, explosiones y pandemias impredecibles. China con la IA, acaba de desarrollar un “Comandante” para dirigir las acciones bélicas de su Ejército.
Como todo se trata de poder y riqueza, China y Rusia avanzan en la supremacía tecnológica porque con la inteligencia artificial se reconfigurará el equilibrio de poder.