La propuesta de liberar la importación y comercialización de carburante surgió como una alternativa a la escasez de los productos en Bolivia.
eju.tv / Video: Red Uno
Juan Carlos Véliz / La Paz
La gerente general de Asosur Santa Cruz, Susy Dorado, manifestó que los surtidores privados de esa región tienen la capacidad de importar, almacenar y comercializar combustibles si se autoriza la libre importación como una salida a la escasez de los líquidos en Bolivia.
“Por supuesto que sí, a diferencia de los otros departamentos Santa Cruz cuenta con tres plantas de almacenaje privadas. Entonces capacidad para almacenaje si existe, en Santa Cruz tenemos tres plantas privadas a parte de la que tiene YPFB Logística”, respondió cuando fue consultada en la red Uno si el sector privado tiene la capacidad para importar.
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“Hemos analizado esa posibilidad pero le reitero que tenemos que cumplir la normativa que no nos permite realizarlo, pero cumplimos absolutamente con todos los requisitos que necesariamente nos permitiría importar el producto al sector privado y comercializar a las estaciones de servicio”, precisó.
Actualmente la normativa legal establece que la empresa estatal YPFB es la única autorizada para importar y comercializar carburantes mientras las estaciones de servicio participan en la cadena como comercializadores finales.
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Sin embargo, ante los continuos desabastecimientos de gasolina y diésel, surgieron propuestas como la realizada por el exministro de hidrocarburos y experto Álvaro Ríos, quien planteó la liberación de la importación y comercialización como una medida urgente para evitar una crisis energética en el país como consecuencia de la escasez de divisas que impiden al Estado cumplir con la compra de la suficiente cantidad de líquidos.
“Yacimientos en Santa Cruz sólo cuenta con dos estaciones de servicio mientras que el resto, vale decir un 98% de las estaciones del departamento de Santa Cruz son privadas”, precisó Dorado.
Recientemente el Gobierno modificó la normativa y permitió la libre importación para consumo propio, es decir las empresas pueden importar diésel o gasolina para sus actividades, pero no pueden comercializar en el mercado.