Los arqueólogos ahora se plantean preguntas sobre la finalidad y el valor simbólico de la escultura para la sociedad antigua que habitaba la zona
La estatua encontrada en Bahra 1 remite a la cultura Ubaid y plantea preguntas sobre su propósito en la sociedad antigua (Adam Oleksiak/CAŚ UW/The Polish Centre of Mediterranean Archaeology University of Warsaw)
Fuente: infobae.com
En el árido desierto de Al-Subiyah, al norte de Kuwait, un hallazgo arqueológico capturó la atención de investigadores de todo el mundo.
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Durante las excavaciones en el sitio conocido como Bahra 1, un equipo conjunto de arqueólogos kuwaitíes y polacos desenterró una figura excepcional: una cabeza de arcilla de aspecto extraño, con un cráneo alargado, ojos oblicuos, nariz plana y sin boca, informó el Centro Polaco de Arqueología Mediterránea de la Universidad de Varsovia, en un comunicado oficial.
La pequeña escultura, que remite a la estética de las figuras humanas representadas en la cultura Ubaid, data de un periodo que abarca entre los años 5500 y 4900 a. C..
Bahra 1 se confirma como centro de producción de la cerámica Roja Tosca, clave en redes de intercambio del Golfo Pérsico (Adam Oleksiak/CAŚ UW/The Polish Centre of Mediterranean Archaeology University of Warsaw)
Este hallazgo ofrece un vistazo fascinante sobre los avances de una de las culturas prehistóricas más significativas de la región, pero también plantea preguntas sobre su posible propósito y significado dentro de la sociedad que la creó.
La cabeza de arcilla podría convertirse en un referente más de las figuras conocidas como “personas serpiente” o figurillas ofídicas, comunes dentro de la tradición Ubaid. Aunque en la antigüedad mesopotámica se encontraron ejemplos de este tipo de figuras en contextos funerarios y domésticos, la aparición de esta pieza en Bahra 1 es única para la región del Golfo Pérsico, lo que la convierte en un hallazgo de gran importancia.
Según Piotr Bieliński, arqueólogo y director de la expedición, explicó en el medio Euro News: “La existencia de esta estatua plantea interesantes cuestiones sobre su finalidad y su valor simbólico o animista para los pueblos de esta antigua sociedad”.
Bahra 1, un sitio que es foco de investigación desde 2009, aún revela aspectos cruciales de la vida y creencias de las sociedades neolíticas que habitaron el área, y este nuevo descubrimiento amplía significativamente la comprensión de la cultura Ubaid y su influencia en el desarrollo de las civilizaciones mesopotámicas.
La cultura Ubaid y su cerámica
La evidencia encontrada en la zona sugiere que las comunidades que habitaron la región ya estaban inmersas en una compleja red de intercambios comerciales y culturales, algo que no solo quedó reflejado en los artefactos, sino también en las estructuras de asentamiento y las prácticas productivas de la zona.
Los arqueólogos identifican la figura como parte de la tradición de las “personas serpiente” comunes en la cultura Ubaid (Adam Oleksiak/CAŚ UW/The Polish Centre of Mediterranean Archaeology University of Warsaw)
Uno de los elementos clave de este intercambio cultural es la presencia de cerámica Ubaid. Este tipo de cerámica, originaria de Mesopotamia, se encuentra junto a una cerámica local previamente desconocida: la cerámica Roja Tosca (CRW), característica del Golfo Pérsico.
Este hallazgo es crucial, ya que resuelve un misterio histórico sobre la localización de los centros de producción de esta cerámica, cuyo origen no se conocía con exactitud. Al identificar que Bahra 1 era un centro de producción de CRW, los arqueólogos comprobaron el papel activo del lugar en el establecimiento de redes de intercambio que involucraban productos materiales, conocimientos y costumbres.
Además, los hallazgos de cerámica también ofrecen detalles sobre las prácticas agrícolas y las condiciones ecológicas de la zona. La cerámica local presenta rastros de plantas silvestres, como juncos, usados en la fabricación de los recipientes. Esto sugiere que los habitantes de la zona adaptaron su producción a los recursos naturales disponibles en la región.
“Los primeros análisis han revelado rastros de plantas silvestres, en particular juncos, dentro de la cerámica producida localmente, mientras que se han encontrado restos de plantas cultivadas, incluidos cereales, como cebada y trigo, en la cerámica importada de Ubaid”, aseguró Roman Hovsepyan, arqueobotánico, según el medio científico Science Alert.
Esto indica los intercambios agrícolas entre los dos mundos y las formas en que la cultura Ubaid influyó en las prácticas productivas locales.
Los análisis demuestran usos de plantas silvestres en la producción local de cerámica, adaptando recursos naturales regionales (Adam Oleksiak/CAŚ UW/The Polish Centre of Mediterranean Archaeology University of Warsaw)
Este hallazgo de cerámica también está vinculado a la identificación de escenas de vida doméstica representadas en figuras de cerámica. Estas representaciones incluyen detalles sobre la arquitectura de la vivienda, la estructura de la sociedad y las actividades cotidianas de los habitantes del sitio.
De hecho, los análisis de la cerámica muestran que los habitantes de este yacimiento importaban productos, pero sobre todo producían elementos de la vida cotidiana con gran destreza. Esto hace que un centro productor que conecta las tradiciones locales con las influencias mesopotámicas.
En sus excavaciones, los arqueólogos identificaron varios elementos arquitectónicos que reflejan la influencia de la cultura Ubaid, como muros de ladrillo de barro y espacios compartimentados que recuerdan a las viviendas mesopotámicas.
Además, se encontraorn indicios de infraestructuras de almacenamiento, lo que refuerza aún más la idea de que Bahra 1 fue un sitio central en la red de distribución de productos que conectaba el Golfo Pérsico con el interior de Mesopotamia.