El alza general de telas e insumos aumenta el precio de los textiles


El metro de telas se incrementó desde 160 hasta 250 e incluso 270 bolivianos en una reconocida marca de ropa; pero también suben forros, botones, cierres y otros.

Por Marco Antonio Belmonte

Operarios del taller de Leonardo Chambi. Foto: Confederación de Sastres de Bolivia
Operarios del taller de Leonardo Chambi. Foto: Confederación de Sastres de Bolivia

Fuente: Visión 360 



 

El sector de confecciones, sastrería, boutiques y alta moda cierra un año difícil y con un alza general de precios en las telas, necesarias para elaborar trajes, además de cierres, forros, botones y otros materiales que encarecen el producto final y han generado que la demanda se contraiga.

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Infografía: Diego Gonzales

La actividad de la confección es una de las que más empleo genera en La Paz y otras regiones, porque se realiza en talleres que demandan la presencia de varios operarios.

Leonardo Chambi, presidente de la Confederación de Sastres de Bolivia, sostiene que los precios de la materia prima e insumos que son necesarios para la confección de trajes y otras prendas este año se dispararon por la falta de dólares y los proveedores adquieren la divisa a un precio más alto para importar.

Como ejemplo, si usted para este fin de año ha pensado en hacerse confeccionar un terno, el metro de tela de la marca Barrington, de industria peruana, que es una de las más empleadas para elaborar trajes, le costará 250 bolivianos, cuando antes solo tenía que erogar 160 bolivianos.

El metro de tela de la marca Cardiff, de industria chilena, subió de 90 y 100 bolivianos a 140 bolivianos. “La diferencia es que Barrington tiene un 70% de poliéster y 30% lana; en cambio Cardiff es 55% lana y 45% poliéster”, explicó Chambi.

Otras telas más finas, como la española, tienen un costo de 380 bolivianos el metro, el casimir inglés 800 bolivianos, el casimir italiano 600 bolivianos. La tela de alpaca suri para abrigos subió de 420 a 455 bolivianos, mientras que la baby alpaca de 380 a 420 bolivianos.

De acuerdo con Chambi, incluso se disparó el precio del metro de tela de la India y China de 23, 28 y 30 bolivianos a 70 y 90. Por ejemplo, la tela para elaborar pantalones plomo o azul de colegio, que costaba 23 bolivianos, ahora está en 45 y 50 bolivianos.

Pero también se elevó el precio de la tela para camisas que se importa de Perú, ya que antes el metro costaba 38 bolivianos y ahora está en 60 bolivianos; y la tela más popular que es la popelina, que se trae de China, subió de 10 y 11 bolivianos a 18. Otros insumos básicos para las confecciones son los hilos (unidad de cinco mil yardas), el precio aumentó de 7 y 7,50 a 12 bolivianos; el juego de botones (chinos) se incrementó de 7,50 y 8 a 22 bolivianos y el de industria mexicana de 18 a 35 bolivianos. “Pero no hay, no están llegando botones, y lo que se encuentra es el stock que se tenía se está vendiendo”, dijo Chambi.

El trabajo en el taller de Leonardo Chambi. 

 

Esta situación y otros factores como el hecho de que ya no es una obligación usar trajes en oficinas públicas, ha provocado que la demanda de la gente para hacerse confeccionar trajes disminuya y la mayoría de los 20 mil sastres que existen en La Paz, estén sin mucho trabajo.

Solo algunos sastres de la zona 16 de Julio, en El Alto, o de la Garita de Lima, de La Paz, tienen la demanda de las fraternidades de Gran Poder, pero en general la actividad está paralizada por la crisis económica, lamentó Chambi.

“Ha subido demasiado todo, tiene que ver, dicen, con el dólar; lamentablemente en Bolivia no producimos nada, todo se importa. Se espera que algún rato el dólar vuelva a la normalidad para que bajen los costos”, subrayó Chambi.

El expresidente de la Federación de Medianas y Pequeñas Empresas (Fedemype) La Paz y representante del Comité de Defensa de la Industria Nacional, Emilio Gutiérrez, indicó que la materia prima para confeccionar pantalones, camisas, se debe traer de afuera y en general se observa un incremento de 30% a 40%, debido al alza del dólar en el mercado paralelo.

Por ejemplo, la tela más básica para confeccionar camisas subió de 10 a 14 bolivianos; la tela de jean de 20 y 25 bolivianos ahora está en 40 bolivianos y la elaboración de un buzo subió de 100 a 130 bolivianos. Los cierres de metal se incrementaron de 10 a 13 bolivianos la docena.

“Si la materia prima e insumo subió en un 30%, hay que sumar la mano de obra un 10%, en total ahora es un 40% más el costo”, sostuvo Gutiérrez.

El problema, dijo, es que un 85% de los insumos en el rubro textil se tiene que importar y en el país, solo se produce un 15% a 20% de los insumos para la confección. Además, muchas instituciones del sector público ya no cumplen con el Decreto 181, de Compro Boliviano. “Hemos protestado porque la Policía Boliviana quería importar 35.700 buzos deportivos, pero hay otras entidades estatales que prefieren comprar importado. No se protege a la industria nacional”, remarcó Gutiérrez.

El otro problema que golpea a los microempresarios es el contrabando y la internación de ropa usada; hay prendas desde 10 bolivianos y frente a eso la producción nacional de calidad no puede competir.

Diseños de moda

El diseñador de moda John Pacheco sostuvo que la industria de la moda y costura abarca diferentes subáreas que incluyen la sastrería masculina, femenina, la confección de vestidos de gala, modistas e incluso el diseño de vestuario folklórico, pero la crisis económica ha golpeado a todas las actividades.

Además, hoy en día, ha disminuido la demanda, las telas han sufrido un incremento de entre 10%, 20% hasta un 50%.

Contó que, por ejemplo, el metro de tela Barrington con factura, de acuerdo con el lugar, subió de 180 a 270 bolivianos.

Los mismo ocurre con otras marcas de casimires, con los forros, botones y otros insumos. El otro problema con el que tropiezan los confeccionistas, diseñadores es que algunos productos como por ejemplo el cierre invisible ya no llega en color negro. “Posiblemente todo esto es por la carencia de dólares que afecta a toda la economía”, puntualizó.

Según Pacheco, el uso de ternos en el sector público, ministerios, dejó de ser una obligación desde 2006, pero a nivel privado hoy en día tampoco hay demanda, debido a la situación económica del país; incluso en las entidades financieras, antes se encargaba la confección de cuatro trajes, pero hoy eso ya no existe.

Explicó que la confección de un terno para varón puede costar 600 bolivianos y de un traje de oficina para dama, 400 bolivianos; aunque con un diseñador de amplia experiencia el precio sube a 1.200 bolivianos (varón) y 800 bolivianos (dama).

“Con el alza de los precios de telas y otros materiales, se tendría que ajustar el precio de los trajes, pero tampoco se podría subir mucho; la gente no lo aceptaría porque hay una contracción de la economía, hay menos dinero en el bolsillo y no podrían pagar precios más altos por un traje”, observó.

Desde hace más de un año con la caída de las Reservas Internacionales Netas (RIN), el país enfrenta una aguda escasez de dólares. Esta situación afectó a la importación en general de diferentes mercaderías, como en este caso las telas, para la confección de trajes y otras prendas.

Esto porque las comisiones de transferencia en los bancos también aumentaron y se debe conseguir la divisa en el mercado paralelo a mayor precio.

Las ventas caerán 20%

Bolivia exportó el año pasado textiles y confecciones por valor de 25 millones de dólares, pero este año se estima que las ventas caerán en un 20%, informó el gerente del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (Ibce), Gary Rodríguez.

Luego de la crisis sanitaria de la pandemia de coronavirus, la actividad se recuperó y en 2021 se exportaron más de 15 millones de dólares, principalmente a los mercados de México, Estados Unidos, Brasil y Colombia.

“Sin embargo, en 2022 y 2023, Bolivia llegó a exportar casi 25 millones de dólares, un 67% más, sobre todo cascos sin forma, enviados a México donde se elaboran sombreros de charro. Los otros mercados son Brasil y Colombia”, subrayó.

Hasta septiembre de este año, las ventas ascienden a 14 millones de dólares, pero si se compara con el año pasado, se estima una caída de 20%, añadió Rodríguez.

Los trabajadores textiles también se movilizaron por el alza de precios y la falta de políticas que apoyen a la producción boliviana. Foto: Abi 

 

El gerente del Ibce recordó que el sector textil fue muy importante en el pasado, pero al cerrarse el mercado de Estados Unidos y las ventajas que ofrecía con arancel cero el ATPDEA y expulsarse en 2008 al embajador norteamericano Philipp Golberg, la principal empresa del sector, Ametex, tuvo que dejar de operar al no abrirse nuevas oportunidades comerciales.

Hacia adelante, las oportunidades comerciales para el sector textil dependen de contar con la apertura de buenos mercados o la promoción que se pueda hacer en diferentes países con los que se cuenta con acuerdos bilaterales o la ayuda de otros países.

Bolivia exporta prendas de vestir sintéticas para bebés, mujeres, niñas, sombreros, camisas de fibras sintéticas, blusas, trajes, ternos, abrigos y pantalones.

Además de chales, pañuelos de cuello, bufandas, vestidos de fibras sintéticas, faldas, sacos de lana o pelo fino, sacos de algodón para damas y varones.  También trajes sastre, sacos, guantes, entre otros textiles.

La confección

Divisas. El diseñador John Pacheco sostuvo que muchas telas ya no llegan a Bolivia porque no hay disponibilidad de dólares y las tiendas solo venden el stock que tenían.

Oferta. La Garita de Lima en La Paz o la 16 de Julio en El Alto concentran la actividad de talleres de sastrería y confecciones.

Moda. Las festividades, como el Gran Poder, generan demanda y actividad para la sastrería.


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