El papa celebra una gran misa en su histórica visita a la isla francesa de Córcega


El papa Francisco terminó el domingo con una inmensa misa en Córcega, la primera visita de un sumo pontífice a esta isla francesa del Mediterráneo desde donde pidió por la paz en «todo Oriente Medio» y para los pueblos de Ucrania y Rusia.

El papa Francisco hace la señal de la cruz al finalizar el Angelus en la catedral de Nuestra señora de la Asunción en Ajaccio, Córcega el 15 de diciembre de 2024.
El papa Francisco hace la señal de la cruz al finalizar el Angelus en la catedral de Nuestra señora de la Asunción en Ajaccio, Córcega el 15 de diciembre de 2024. © Tiziana FABI / AFP
 

 

Fuente: rfi.fr



Ajaccio (Francia) (AFP) – Una semana después de la pomposa reapertura de Notre Dame de París a la que declinó asistir, el jesuita argentino llegó a Ajaccio para una visita de unas horas.

El pontífice argentino, en silla de ruedas, todavía con un hematoma en la cara debido a una caída al salir de la cama hace unos días, pronunció su homilía ante una multitud de 9.000 fieles, obispos y miembros de cofradías.

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Una fuente de seguridad indicó que cerca de 17.400 personas siguieron la misa en el lugar, pero también en las gigantescas pantallas desplegadas en la ciudad.

Un 80% de los 350.000 habitantes de Córcega es católica, según el Vaticano. Algunos de ellos, madrugaron para poder ver al papa.

Karine Nicolai, de 50 años, se levantó a las 04H00 de la mañana para tomar un tren. «¡Es fantástico, de verdad, nunca vino a Córcega! […] ¡Es histórico!», dijo a AFPTV.

En un discurso ante la catedral antes de celebrar la misa, Francisco hizo un llamado para la paz.

«Paz para Palestina, para Israel, para Líbano, para Siria, para todo Oriente Medio», dijo, así como para los ucranianos y los rusos. «La guerra es siempre una derrota», insistió el pontífice.

El papa emprendió el regreso a Roma visiblemente cansado y canceló su habitual conferencia de prensa en el avión, por primera vez desde el inicio de su pontificado en 2013.

Una laicidad dinámica

El pontífice, a punto de cumplir 88 años, también participó en la clausura del congreso sobre «La religiosidad popular en el Mediterráneo».

El papa Francisco en Ajaccio, en Córcega, el 15 de diciembre de 2024
El papa Francisco en Ajaccio, en Córcega, el 15 de diciembre de 2024 © Pascal POCHARD-CASABIANCA / AFP

En él, abogó por «un concepto de laicidad que no sea estático y rígido, sino evolutivo y dinámico».

Una laicidad «capaz de adaptarse a situaciones diversas o inesperadas, y de promover la colaboración constante entre las autoridades civiles y eclesiásticas para el bien de toda la colectividad, permaneciendo cada uno dentro de los límites de sus propias competencias y espacio», dijo ante religiosos y teólogos.

El jesuita argentino advirtió asimismo del «riesgo» que «la piedad popular sea utilizada o instrumentalizada por grupos que pretenden fortalecer su propia identidad de manera polémica, alimentando particularismos, antagonismos y posturas o actitudes excluyentes», en un mensaje que podría ir dirigido a los nacionalistas corsos.

En Córcega, un nuevo movimiento nacionalista de extrema derecha, Mossa Palatina, defiende «la supremacía del catolicismo» y asegura que «Córcega nunca será Lampedusa», la isla italiana donde llegan innumerables migrantes que han cruzado el Mediterráneo.

Este discurso se opone totalmente al del papa, que siempre se ha expresado a favor de la acogida de migrantes.

Reunión con Macron

Antes de tomar el avión de regreso a la Santa Sede, Francisco se reunió con el presidente francés, Emmanuel Macron, en el aeropuerto. «Es un gran honor para la ciudad de Ajaccio, para Córcega y para Francia recibirlo», le dijo el jefe de Estado.

Macron también le regaló el libro oficial de la restauración de la catedral de Notre Dame, llamado «Reconstruir Notre Dame de París».

El papa Francisco en Ajaccio, en la isla francesa de Córcega, el 15 de diciembre de 2024
El papa Francisco en Ajaccio, en la isla francesa de Córcega, el 15 de diciembre de 2024 © Tiziana FABI / AFP

La visita de Francisco, la primera de un papa a Córcega, tuvo lugar una semana después de la reapertura de la catedral de Notre Dame de París, luego de cinco años de un devastador incendio.

Francisco declinó la invitación oficial de Macron para asistir a esas celebraciones.

Ante la sorpresa generada por este viaje, varios obispos franceses señalaron el apego del papa a las «periferias» de la Iglesia y las limitaciones de su agenda en Roma.

El sumo pontífice fue invitado a Córcega por el cardenal francoespañol François-Xavier Bustillo, obispo de Ajaccio.

El papa «en breve cumplirá 88 años y tiene problemas de movilidad, pero la cabeza y el espíritu ahí están», dijo Bustillo recientemente a AFP sobre la visita del pontífice.

El papa Francisco a su llegada al aeropuerto de Ajaccio, en la isla francesa de Córcega, el 15 de diciembre de 2024
El papa Francisco a su llegada al aeropuerto de Ajaccio, en la isla francesa de Córcega, el 15 de diciembre de 2024 © Tiziana FABI / AFP

«Y en una época en la que hay una tendencia a apartarse, el papa se da hasta el final. Es un hermoso modelo de vida», agregó.

El jefe de la Iglesia católica ya realizó dos visitas en territorio francés desde el inicio de su pontificado en 2013: una en Estrasburgo en 2014 y otra en Marsella en septiembre de 2023, pero nunca efectuó una visita de Estado.


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