Entre derecha e izquierda: así cambió el tinte político de LatAm en 2024; qué esperar en 2025


El continuismo marcó tendencia en Latinoamérica este año, aunque el panorama podría cambiar tras las cuatro elecciones presidenciales que se celebrarán en 2025

La primera de cuatro elecciones en Latinoamérica se llevará a cabo en Ecuador.

 



 

 El 31 de diciembre no marcará el cierre de un ciclo electoral dinámico en América Latina. Por el contrario, pautará el comienzo de una etapa que seguramente reconfigurará el poder de la izquierda y la derecha en la región, según expertos consultados por Bloomberg Línea.

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El 2024 fue relativamente estable respecto a la continuidad de los gobiernos, salvo por un par de países en los que hubo alternancia política. Entretanto, 2025 genera incertidumbre en torno a los comicios presidenciales en Ecuador, Bolivia, Chile y Honduras, debido a que la antesala electoral no brinda mayores luces sobre lo que pueda suceder el día de las votaciones, a diferencia de otros tiempos.

Un factor que marcó la agenda política en 2024 y alrededor del que girará el debate público el año que se avecina es el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, tras una victoria contundente sobre Kamala Harris el pasado 5 de noviembre, que dejó mal libradas a las firmas encuestadoras. La razón: su política migratoria quizá genere roces con algunos países de Latam.

A continuación, qué tanto cambió el tinte político en América Latina en 2024 y qué esperar de 2025:

El cambio político en 2024 vs. el continuismo

Manuel Camilo González, politólogo e internacionalista de la Universidad Javeriana, asegura que 2024 fue el año pospandemia más estable en términos de continuidad en los gobiernos, en especial frente a 2023, que solamente registró la reelección de una fuerza política en el poder, el Partido Colorado, con Santiago Peña en Paraguay.

“Tuvimos cuatro continuidades de Gobierno muy importantes: República Dominicana, México, Venezuela y El Salvador, aunque los dos últimos casos ligados a contextos autoritarios. En Venezuela, a todas luces, hubo un fraude electoral que por ahora mantiene a Nicolás Maduro en el poder, y en El Salvador, saltarse las reglas constitucionales, permitieron a Bukele ser reelegido”.

El presidente electo de Uruguay, Yamandú Orsi, y la presidenta de México, Claudia Sheinbaum.

El continuismo fue posible a que, tras la pandemia, algunos gobiernos lograron consolidar proyectos alternativos a los tradicionales, según González.

En el caso de México, Claudia Sheinbaum, sucesora de AMLO y candidata de Morena, “casi que hizo añicos al tripartidismo tradicional”. En República Dominicana, con un nuevo partido político, Luis Abinader fue reelegido y derrotó a las fuerzas que “habían mantenido un monopolio de la representación desde 1996″.

A ello se suma Bukele en El Salvador: con su controversial lucha contra las pandillas, ganó popularidad y “fracturó el bipartidismo” político en el país.

Por otra parte, los cambios políticos se evidenciaron en Panamá, donde hubo alternancia de la izquierda a la derecha, con la salida de Laurentino Cortizo y la llegada de José Raúl Mulino, y en Uruguay, donde la victoria electoral de Yamandú Orsi posibilitará el regreso del Frente Amplio al poder, tras vencer al candidato oficialista Álvaro Delgado.

La incertidumbre política se apoderará de 2025

Ecuador

Las primeras elecciones presidenciales que seguramente cambiarán el tinte político en la región en 2025 son las de Ecuador, programadas para el 9 de febrero y en las que se inscribieron 16 aspirantes.

En el papel, los favoritos son el candidato de la centroderecha, Daniel Noboa, y la candidata del correísmo, Luisa González, pues “representan la división política” en la que está sumida el país, según Manuel Camilo González. Sin embargo, no hay una tendencia clara.

Aspectos como la crisis energética, que pudo haber reducido la popularidad del presidente Noboa, y la inseguridad, que pareció recrudecerse en 2024, podrían ser determinantes para los electores.

Honduras

El panorama tampoco es muy claro para las elecciones presidenciales que se adelantarán en Honduras el 30 de noviembre de 2025.

“El narcotráfico es un tema que golpea a la presidenta Xiomara Castro debido a las acusaciones contra uno de sus familiares —Carlos Zelaya, sobrino de su esposo, el expresidente Manuel Zelaya— y su decisión de romper el tratado de extradición Estados Unidos, que enrarece la relación entre ambos países”, comenta el experto.

En ese sentido, la precandidata del partido oficialista Libertad y Refundación, Rixi Moncada, podría estar en desventaja con el precandidato del partido tradicional Liberal, Jorge Cálix.

Bolivia

En Bolivia, González vaticina una victoria por default del oficialismo en las urnas el 19 de octubre, más allá del conflicto interno en el MAS por la división entre simpatizantes del presidente Luis Arce y Evo Morales, acrecentado en 2024.

La razón: “Pese al enfrentamiento, no hay una oposición que esté preparada, que haya formado alianzas, que unifique una sola candidatura única para pelearle a una izquierda fragmentada”.

Chile

La mala noticia para el progresismo latinoamericano es que, hasta el momento, las encuestas dan como favoritos a dos candidatos de derecha de cara a los comicios presidenciales que se realizarán el 16 de noviembre en Chile, según el internacionalista. Aunque como en toda antesala electoral, la situación podría revertirse.

“Existe un apoyo más ligado a votar hacia la derecha que hacia las formaciones izquierdistas de Gabriel Boric o Michelle Bachelet. Hacia la derecha tradicional, liderada por Evelyn Matthei en la Unión Democrática Independiente (UDI), y la extrema derecha, en cabeza de José Antonio Kast en el Partido Republicano”, agrega González.

¿Cómo será la relación de EE.UU. con Latam?

Gabriel Clavijo, internacionalista y docente investigador de la Universidad Militar de Colombia, considera que el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca va a cambiar el tono de la relación entre Estados Unidos y América Latina.

“Biden tenía una política muchísimo más centrada en las prácticas de derechos humanos y relativamente más tolerante con los migrantes, especialmente de la región”, reseña, y el segundo periodo presidencial de Trump podría delinear otra política.

A juicio del experto, el tema migratorio determinará especialmente la relación con la presidenta Claudia Sheinbaum y México, al que Trump amenazó con aranceles del 25% si no controla el flujo migratorio en la frontera con Estados Unidos.

“La relación de Estados Unidos con la región va a ser más difícil y menos consensuada. Y va a haber exigencias a otros países respecto a las cuotas de migración, como los de Centroamérica, además de Colombia y Venezuela”, agrega.

Trump - Cuba

Las tensiones podrían avivarse todavía más si Trump hace realidad su promesa de deportaciones masivas, sustenta Clavijo.

Andrés Sampayo, doctor en Estudios Políticos de la Universidad del Rosario, plantea que tras la victoria electoral de Trump es probable que en Latinoamérica surja una serie de imitadores que intenten replicar su estilo.

“Veremos una radicalización de los movimientos libertarios de extrema derecha, especialmente en países como Colombia, donde estos grupos se alinearán con los candidatos más afines a sus posturas”, señala.

Sampayo además expone la complejidad del panorama político, el año que ya está la vuelta de la esquina. “En Uruguay y México, la izquierda obtuvo victorias importantes, mientras que en Chile, aunque la votación estuvo fragmentada, la izquierda no salió del todo mal librada. Esto sugiere que en 2025 podríamos presenciar un panorama político marcado por votaciones más fragmentadas y sin un dominio contundente de ninguna facción en particular”.


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