Santa Cruz: Inseguridad se apodera del centro y la presencia policial se hace extrañar


Hay un puesto de control en el parque EL Arenal donde trabajan tres policías, pero en ese sitio entran solo dos personas. Tienen muchas limitaciones. Desde La Paz aseguran que habrá un plan de seguridad

Fuente: eldeber.com.bo

Hay vecinos en centro de Santa Cruz de la Sierra que conviven con la inseguridad. Muchos de ellos dicen que solo ven a los policías cuando remolcan a los vehículos tras alguna infracción como parquearse en lugares indebidos. Además, cuando uno recorre las calles del Casco Viejo también respira un aire de abandono; esto por los negocios cerrados o en ruinas. A solo dos pasos de la Plaza 24 de Septiembre, hay casonas que se están cayendo a pedacitos.



Un equipo periodístico de EL DEBER anduvo por las calles del corazón de la ciudad durante dos días y recogió esa preocupación, así como otros datos que manejan los vecinos y las autoridades. Por ejemplo: Hace 100 años en el primer anillo había 18.000 habitantes; la ciudad creció y para la década de los años 90 la cifra para esa zona de la ciudad era de 100.000. Para este año, los habitantes son menos, muchos menos. Según los datos aún no oficiales que manejan las juntas de vecinos, en el Casco Viejo habitan 18.000 personas como hace 100 años. Esta información se podrá refrendar en febrero cuando el INE entregue toda la base de datos del censo.

 

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En los últimos años, miles de ciudadanos optaron por dejar el corazón cruceño para cambiarlo por urbanizaciones y condominios más protegidos, aseguran vecinos que sienten que la inseguridad y el abandono son los dos factores que más afectan a esta zona, tan cargada de historia e identidad del espíritu camba.

“Solo vemos a algunos policías que circulan a veces con sus vehículos para remolcar motorizados mal estacionados y solo para cobrarles multas”, dijo un vecino.

Jorge Guido Landívar Vargas, del Comité Impulsor de Seguridad Ciudadana del Casco Viejo identificó los sitios de mayor riesgo. Se trata de la zona del mercado Los Pozos, el Parque de El Arenal, la exterminal de buses, así como la zona donde están los hospitales.

La calle Barrón, por ejemplo, es frecuentada por productores que llegan para aprovisionarse de insumos agrícolas, pero también de antisociales que han protagonizado varios asaltos a estos ciudadanos, varios de ellos menonitas.

“Esta es una zona roja; es un peligro. Cada día, los asaltantes disimulan, caminan entre tres y cometen robos. Se ocultan en muchos alojamientos que hay por esta zona y planifican sus asaltos y robos. La verdad, da miedo y por eso miramos y nos quedamos callados, porque tenemos miedo a las represalias, ellos atacan cualquier momento”, dijo el dueño de la tienda de insumos agrícolas.

Lamentó la falta de seguridad. “Vemos policías de tránsito que solo pasan con un camión para remolcar vehículos que están mal estacionados en la calle y les sacan multas, solo para eso vienen”.

En la zona de Los Pozos ya por la calle Suárez Arana cerca al Cupesí, ahí trabaja años un zapatero.

“Aparecen de un momento a otro, entre tres y cuatro, uno no se da cuenta, pero corren rápido, roban celulares y objetos. Nadie se mete a hacer nada porque la gente tiene miedo a las represalias”, relató el trabajador a este rotativo.

Cambistas que se arriesgan

En la Suárez Arana y Campero, frente al tradicional Cupesí, hace dos semanas fue herido de bala el cambista Samuel Campos, quien perdió la vida tras recibir varios impactos con arma de fuego. El sillón donde se sentaba a ofrecer dólares durante 30 años ya no está, solo su fotografía pegada en el poste donde se apoyaba mientras trabajaba con las divisas. Delincuentes le dispararon; le arrebataron su bolso con casi Bs 200.000.

“Quedamos tres y junto a don Samuel hemos trabajado 30 años en este lugar. Es muy peligroso, no nos queda más que seguir, pero con más cuidado y estamos con miedo. No hay patrullajes, es lamentable, todos los días hay asaltos, robos y parece que no les conviene patrullar por el centro, por eso estamos olvidados”, relató uno de los librecambistas.

Landívar dijo que el decaimiento de población es notoria. “La gente se va a vivir a otros lados”

En muchas de las residencias y casonas que están por el centro solo quedaron los abuelos. Algunos, para sobrevivir y pagar impuestos, alquilan sus viviendas que se convierten en discotecas y bares. Además, la cantidad de personas en situación de calle es cada vez más notoria, especialmente en inmediaciones de la plaza.

De acuerdo con datos recopilados por el Comité Impulsor de la Seguridad Ciudadana, a través del Casco Viajo circulan 140 líneas de micros, pero no hay señalizaciones ni paraderos que pueden ayudar a organizar mejor el servicio y los controles para evitar que se comentan delitos en esta zona. Además, no hay puestos policiales para ayudar a los turistas. “La cara de toda ciudad, de su historia, es en su centro histórico”, dijo.

“En El Arenal y la exterminal hay puestos chicos de policías, pero solo son centros de extorsión”, dijo Guido Landívar y recordó que hace cuatro años se formó el comité impulsor de Seguridad Ciudadana, pero no tuvo el apoyo de las autoridades del municipio.

Otros datos. En el centro hay parqueos para unos 8.000 vehículos. Hay 280 faroles luminarias, pero se aumentarán a 200 más con el apoyo de CRE, de acuerdo con las gestiones de los vecinos.

Desde la Policía Departamental explicaron que está en marcha la ejecución de un plan de seguridad integral, pero en coordinación con autoridades nacionales que tienen sus oficinas en La Paz.

De hecho, el comandante general de la Policía, Augusto Russo, indicó que se trata del plan ‘Por una Navidad segura y en familia’, que movilizará a 40.000 agentes en todo el país. En todo el Departamento de Santa Cruz existen 4.000 uniformados destinados.

En todo caso, el plan entró en vigencia el 2 de diciembre y se mantendrá hasta el 6 de enero de 2025. “En diferentes turnos, servicios y modalidades, van a estar casi 40.000 efectivos de la Policía; esto quiere decir que las ciudades capitales, las ciudades intermedias y el área rural, van a estar con presencia policial hasta la celebración del Día de Reyes del siguiente año” señaló Russo.

En Santa Cruz se cubrirán todas las zonas que también contempla el Casco Viejo. El fin es evitar hechos delictivos y dar seguridad a la sociedad en estas fiestas.

Por asaltos y robos, muchos se ven obligados a cerrar tiendas en pleno corazón del casco viejo

Cada vez los centros de ventas de diversos productos, así como alimenticios, se van cerrando en la zona del Casco Viejo.

Igual que en otras zonas, el denominador común es el abandono de la Policía, no hay presencia policial y la inseguridad se apodera y causa miedo.

En un recorrido, El DEBER halló en la calle Libertad a vecinos que aseguran que hay un abandono total por lo que la inseguridad crece y que cada día preocupa más.

Sobre la calle Libertad, hacia la Plaza principal 24 de Septiembre el panorama es preocupante. En una casa instalaron una óptica.

Su propietario reconoció que los asaltos son permanentes. “Lo más grave es después de las 19 horas, las calles quedan vacías, además oscuras porque algunas luminarias están fregadas. Aparecen en grupos y asaltan a transeúntes, se entran a las casas y no hay policías. “Los policías solo pasan con sus remolques para llevarse vehículos que están mal parqueados y sacarles multa”.

El dueño de la óptica contó que al lado unos ciudadanos emprendedores instalaron una tienda de fajas para hombres y mujeres. Son fajas especiales para terapias. La tienda estaba siendo bien visitada por ciudadanos cuando un día por la noche se entraron ladrones asaltantes. Se lo llevaron todo. Cuando el dueño se enteró se lamentó pues durante el robo lo perdió todo lo que había invertido. “Eran emprendedores, les costó mucho y perdieron todo lo que habían invertido con tanto esfuerzo.

No les quedó otra que cerrar la tienda, una pena”; dijo el hombre. Como estas muchas se vieron afectadas por permanentes asaltos y robos y tuvieron que cerrar.

Otros pocos vecinos claman urgente patrullajes policiales porque la zona es muy visitada por turistas extranjeros y nacionales.

En un puesto del parque El Arenal hay tres policías que patrullan y aseguran que hacen lo que pueden

EL DEBER llegó al puesto policial que funciona en el parque El Arenal. Es un cuartito reducido. En realidad esa no es una oficina, pues solo entran dos personas y no cuenta con los medios, no hay espacio para los enseres, peor para atender a personas.

Los efectivos que prestan su servicio allí revelaron sus limitaciones mientras se comunicaban por radio.

Solo trabajan tres policias por turno al día. Dos salen a patrullar en pareja y uno se queda en la oficina, pues es quien recibe reclamos en el lugar, además de atender los requerimientos de llamadas de urgencia a través de la radio.

“Aquí hacemos lo que podemos. Solo trabajamos tres, y a veces hacemos ronda entre dos hasta el segundo anillo porque la gente llama y reclama. No tenemos los medios, hay poca iluminación”, dijo un agente.

Otro afirmó que, cuando se requiere, los policías salen de inmediato pero son pocos para una zona muy riesgosa, poblada; llena de comercio y gente que transita de día y noche. “En este lugar de El Arenal, tendrían que estar los gendarmes de la Alcaldía, pero no vienen y hay gente que destruye hasta este lugar turístico”, dijo el policía.

El puesto de El Arenal lleva más de 20 años y no hay mejoras por parte de la Alcaldía.

 


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