El Gobierno boliviano declaró una situación de desastre por los incendios forestales y recurrió a la ayuda internacional para aplacar las llamas.
eju.tv
Juan Carlos Véliz / La Paz
Los incendios forestales han causado una devastación nunca antes vista a los bosques de Bolivia y arrasaron al menos 10 millones de hectáreas, según cifras del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) y de organizaciones reconocidas como la Fundación Tierra.
El departamento de Santa Cruz ha sido el más afectado, seguido de Beni y La Paz. Estos incendios han arrasado con vastas áreas de bosques y pastizales, poniendo en riesgo ecosistemas vitales y la biodiversidad de estas regiones. Además, la intensa humareda puso en emergencia a casi todas las ciudades del país, particularmente a Cobija (Pando) por la mala calidad del aire.
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Los reportes presentados hasta ahora dan cuenta de que es la primera vez que Bolivia registra un daño de una magnitud extrema y es considerado como un desastre ambiental porque no sólo se trata de bosques y pastos sino animales, muchos de ellos en peligro de extinción.
En la Amazonía, se ha registrado un aumento alarmante en los focos de calor, especialmente en áreas como el Parque Departamental ANMI Iténez, donde varias comunidades han sido afectadas por incendios activos. Las regiones de Chiquitanía y el Pantanal también enfrentan una situación crítica. La Chiquitanía Norte reportó focos de calor en todos sus municipios, lo que ha afectado tanto áreas protegidas como territorios indígenas. En esta región, las comunidades han tenido que ser evacuadas debido a la amenaza de incendios y la mala calidad del aire, señala un reporte de la WWF-Bolivia.
Esta organización indica que la temporada de incendios en Bolivia ha sido una de las más catastróficas que Bolivia ha experimentado en muchos años, con un impacto sin precedentes sobre los ecosistemas, la fauna y las comunidades locales.
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Además indica que los esfuerzos de los bomberos, guardaparques y voluntarios han sido cruciales para contener las llamas y proteger las áreas más vulnerables, pero el impacto sobre la biodiversidad, es irreparable en algunos casos.
Los incendios forestales registrados hasta septiembre de 2024 han destruido más de 10,1 millones de hectáreas, superando ampliamente todos los récords históricos de los últimos años. De ese total, 5,8 millones de hectáreas (58%) corresponden a cobertura boscosa, que en mayor proporción se encuentra en los departamentos de Beni y Santa Cruz, señala un estudio de la Fundación Tierra.
El informe de quemas indica que la mayor parte del daño se concentra en los departamentos de Santa Cruz y Beni, que representan el 97% del área quemada en todo el país. En Santa Cruz, se han destruido 6.916.700 hectáreas, convirtiéndose en el epicentro del desastre. Beni, por su parte, ha perdido 2.905.900 hectáreas.
El informe preliminar indica que los incendios han afectado principalmente zonas de bosques y áreas agrícolas, destruyendo vastas extensiones que tardarán décadas, sino siglos, en recuperarse. El 58% del área quemada corresponde a bosques, mientras que el 42% restante afecta pastizales, llanuras y sabanas.
El Gobierno declaró estado de desastre nacional debido a los incendios que afectaron al país desde agosto y recurrió a la ayuda internacional a través de brigadas internacionales de bomberos, aviones y helicópteros.
Además dictó medidas como la pausa ambiental para evitar chaqueos, revirtió permisos de deforestación y agravó las penas por incendios forestales; no obstante, las medidas no fueron consideradas suficientes y las autoridades del Ejecutivo fueron blanco de críticas por una reacción tardía.