Está conformándose un bloque de unidad integrado por Carlos Mesa, Samuel Doria Medina, Jorge Tuto Quiroga, Luis Fernando Camacho, Vicente Cuellar y Amparo Ballivián. Reconociendo el valor que tiene construir un esfuerzo tan complicado, aparecen reflexiones imprescindibles.
La palabra que se repite, es «unidad» y para ello se firman documentos, se emiten declaraciones, se difunden fotografías, mientras no podemos olvidar que la dificultad continuará al existir 19 nombres que aspiran ser candidatos. Esa es la importancia del renunciamiento de Rubén Costas, quien ahora tiene la posibilidad de cumplir una tarea de acercamiento al estar liberado de la presión por la candidatura. El jefe del MNR Johnny Torres podría sumarse también a esa tarea al haber anunciado su aspiración de continuar en la alcaldía de Tarija y Luis Fernando Camacho, cumpliría la condición por el estado de privación de libertad en el que se encuentra.
¿Cuáles pueden ser los mecanismos para designar los candidatos? El de mayor legitimidad tendría que ser la responsabilidad y madurez de ellos mismos que en un súbito arrebato de lucidez y discernimiento (como decía Adalberto Kuajara), cada uno y en consenso con sus pares, reconozca el peso específico de sus legítimos intereses y pretensiones, y acepte un espacio idóneo en el sistema de representación en el parlamento, como autoridades territoriales o eventualmente, en el ejecutivo como parte de una búsqueda de los mejores. ¿Es posible esperar una solución como esta? Por lo que estamos viendo, la respuesta es negativa, y por eso se buscan otros procedimientos.
Si se aplicara un sistema de elecciones primarias, ¿quién podría garantizar que no gane un candidato de la oposición elegido por el voto de la militancia del oficialismo? El ensayo que realizó el Bunker ha dejado en evidencia esa posibilidad. Más allá de la validez teórica que tiene la propuesta y el entusiasmo de sus proponentes, si consideramos el tiempo, la organización, los recursos, los criterios divergentes, se hace prácticamente imposible su realización y parece necesario escuchar una palabra sincera en ese sentido.
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La realización de una encuesta con un diseño que trabajen todos los equipos de estrategia política de los candidatos y responda a la expectativa ciudadana, parece ser técnicamente posible. Existen preguntas que necesitan respuestas previas para que se mantenga la transparencia. ¿Cómo se elegirá la empresa que la aplicará? ¿Cuál será la dimensión de la encuesta, en número y lugares? ¿Quién pondrá los recursos, además de los que ha ofrecido Marcelo Claure? ¿En ella estarán incluidos los candidatos de oposición, o solamente quienes se comprometan con su resultado? ¿Cuál sería el procedimiento que seguiría la conformación de una candidatura de unidad en el armado de la propuesta y organización, una vez esté resuelto y ejecutado el método elegido para que no sea repartija? ¿Cuáles son los compromisos de los candidatos no favorecidos por la encuesta?
Es necesario una reflexión a los precandidatos, pues al firmar adhesiones, abrir la posibilidad de trabajar en unidad, no deben olvidar que están usando la credibilidad de una sociedad desconfiada legítimamente, que necesita creer que las acciones son sinceras, y de verdad ellos están convencidos de que no le pueden fallar a la gente y a la democracia.
Esta secuencia lógica de inquietudes y dudas plantea otras preguntas: ¿y qué pasaría si no logran ponerse de acuerdo y el esfuerzo unitario concluye igual que las experiencias de las elecciones anteriores? ¿Hay un Plan B? Recordemos que existe posiciones que parece no se modificarán en uso de su derecho ciudadano, y de manera rotunda han dicho que no creen en este esfuerzo y no se sumarán a él, Manfred Reyes Villa, Branko Marinkovic, Chi Hyun Chung. O quienes todavía no han tomado una posición pública: Rodrigo Paz Pereira, Johnny Torres, Johnny Fernández. El cronograma electoral ha definido que en 90 días deben conformarse alianzas y ya deberán estar definidos los candidatos.
Debemos estar alertas para que no jueguen con nosotros al significar este proceso mucho más que una candidatura. Tenemos derecho de exigirle a los 19 candidatos que pretenden gobernarnos, que, por esta vez, estén a la altura de las exigencias. Y nosotros, para reaccionar y defender nuestra democracia.