Lic Ruben Suárez
Observamos con gran preocupación la decisión del presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, de intentar interferir en la participación de la selección Sub-20 de fútbol en el próximo Sudamericano.
Este acto constituye una intromisión política injustificada en el ámbito deportivo, atentando contra un logro que debería ser motivo de orgullo nacional: el título de campeonas mundiales.
Cabe recordar que el fútbol es una actividad privada y no estatal, con plena autonomía para decidir sobre su participación en competencias internacionales. Prohibir a la selección su presencia en un torneo internacional es una actitud repudiable que no representa al pueblo uruguayo.
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En este sentido, reafirmamos nuestro compromiso con el deporte como expresión de unidad y orgullo nacional.
El presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol, Ignacio Alonso, expresó claramente el enfoque que debe prevalecer:
“A nosotros el tema político no nos interesa. Puede estar lloviendo, puede estar un presidente o puede estar otro; puede haber manifestaciones, pero a nosotros no nos interesa el tema político.
No estamos haciendo ninguna gestión para no ir ni la vamos a hacer. Si hay seguridad, que es lo único que nos interesa, vamos. La organización lo que nos está diciendo es que la hay. Somos el campeón mundial vigente. Queremos ganar el torneo y clasificar al Mundial. Lo nuestro es el fútbol”.
Respaldamos estas palabras y las hacemos nuestras, reafirmando que el único enfoque de los deportistas y la dirigencia debe ser la competencia y el desarrollo del fútbol.
Por otro lado, lamentamos que el gobierno uruguayo, bajo la dirección de Lacalle Pou, continúe involucrándose en situaciones de injerencia política, tanto en el plano nacional como internacional. La reciente participación del canciller Omar Paganini en actividades políticas contra
Venezuela en Panamá es una muestra de subordinación a los intereses de los Estados Unidos, en un contexto donde se busca presionar al régimen de Nicolás Maduro.
Las declaraciones del canciller Paganini en torno a estos eventos reflejan una postura servil:
“Es una actividad más en un contexto de aumentar la presión en una fecha crítica que es el 10 de enero, cuando el dictador se va a juramentar en forma ilegítima. Entonces se hicieron
una serie de actividades a niveles de presidentes y de cancilleres para aumentar la presión al régimen. Por supuesto que tienen que haber muchas otras cosas para que la situación cambie”.
Este accionar, caracterizado por la injerencia política y el alineamiento con intereses extranjeros, resulta profundamente preocupante, especialmente cuando ahora también afecta el deporte. Repudiamos estas actitudes neofascistas y reafirmamos que el gobierno de Lacalle Pou no representa la voluntad del pueblo uruguayo.
Atentamente,
Red Contacto Sur
—Enero 2025