En las campañas electorales de las elecciones nacionales habrá un protagonista fundamental, o mejor un arma poderosa que fue usada en varios procesos electorales de Brasil, EE.UU, Rusia, Hungría, Italia, Francia, Venezuela y que ha generado resultados positivos para los que supieron usarla.
En Bolivia si bien se lo hizo en las anteriores elecciones, pero en este 2025 se hará más notorio y se constituirá en un dirimidor clave del nivel de aceptación o rechazo de los candidatos presidenciales.
El internet y las redes sociales (tik tok, Facebook, twiter, Instagram, threads) harán su presencia imponente y con una alta influencia o por lo menos visualización en el proceso electoral boliviano, tal como se lo percibe ya, calentando el ambiente electoral. Porque ahora se tratará de despertar emociones entre los potenciales votantes. Emociones de rechazo, de apoyo, y para ello el candidato hará de todo: bailará, cantará, llorará junto a una persona en desgracia, se disfrazará, comerá en los mercados, etc. Mientras más pueblo se muestre, más folklórico sea, sus posts en las redes sociales se inundarán de ME GUSTA o comentarios a favor y en contra.
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Antes que los debates políticos o el enfrentarse con ideas y propuestas, las campañas estarán orientadas en ese elemento central del ser humano: las emociones, los sentimientos, tanto de amor, de apoyo, de odios, de rechazo, de cuestionamientos. Ojo que ahora gracias al internet y las redes sociales nuestros hábitos, preferencias, opiniones, emociones, gustos se han vuelto medibles y desde el maravilloso aparato celular, el cual nos permite tener el mundo en nuestras manos, “una jaula en el bolsillo”, dice Giuliano de Empoli, el autor de El mago del Kremlin, para recibir diariamente millones de noticias, de memes, de videos, de fakenews. Según estudios de la OMS, cada día las personas dan más de 2.500 toques a su celular, que están curiosos y con bastante hambre de conocer al segundo que está pasando en el mundo o que noticias tienen de sus parientes, amigos.
Precisamente esta situación de expectativa será aprovechada al máximo por quienes estén llevando a cabo las campañas electorales, que paradójicamente, aconsejan ya no tener de asesores a comunicadores y politólogos, sino a gente experta en la expansión y masificación de los mensajes que se emitan en las redes sociales. “Si quieres avanzar en política, mi consejo es contratar físicos, no expertos en comunicación”, dijo Dominic Cummings, el que llevó exitosamente la campaña del Brexit. Si, los datos son determinantes y la lectura de los mismos. Las encuestas son un instrumento que está quedando en desuso, pero ahora tendrán que saber usar el trabajo estadístico con el objetivo de enviar un mensaje personalizado a cada votante en función de sus afinidades sociales e ideológicas. Es más eficaz y personalizado, además de tener una alta connotación política y comunicacional.
Pues señores asesores, campañistas, ahí tienen su nicho electoral enorme, de millones de personas que estarán pendientes de sus celulares, solo se trata de aprovecharlo al máximo, pero con claridad, pertinencia, oportunidad y contundencia. Los usuarios estarán prestos a apretar el dedo, liberando al máximo su libertad de expresión.
“El hecho de andar con la verdad en el bolsillo, en forma de un pequeño brillante y colorido dispositivo en el que basta con apoyar el dedo para tener todas las respuestas del mundo. Somos criaturas sociales y nuestro bienestar depende en gran medida de la aprobación de quienes nos rodean. Cada me gusta en tu post es una caricia agradable”, precisa Giuliano de Empoli, en su libro Los ingenieros del caos.
Empoli llega a dos conclusiones importantes sobre las redes sociales y las tecnologías, que deberán ser tomadas en cuenta para los asesores y candidatos: “Una máquina superpoderosa, originalmente diseñada para apuntar con una precisión increíble a cada consumidor, sus gustos y aspiraciones, ha irrumpido en política. En un principio, esta máquina no estaba diseñada para lograr objetivos políticos, sino esencialmente económicos. Facebook y otras redes sociales son plataformas publicitarias que proporcionan a las empresas herramientas extraordinariamente avanzadas para llegar a clientes. Pero, una vez creada, queda claro que esta máquina puede utilizarse con fines políticos, como de hecho ha ocurrido en los últimos años. Y, considerando que son simples motores comerciales”.
Seremos protagonistas de las campañas electorales que se convertirán en grandes guerras de software de alto nivel en todos los sentidos: noticias falsas, mensajes de odios, manipulación de la realidad, tergiversación de los hechos, poner en duda la realidad, fak news, que tendrán sus precisos objetivos, ya sea diversificar y multiplicar el apoyo del candidato, y desprestigiar y desmovilizar el apoyo al oponente. En Bolivia y en varias partes del mundo, el ejercicio de la política se ha convertido, sobre todo, en identificar y destruir al adversario. Para ello todo vale.
Esta lógica de accionar en las campañas tendrá como su sujeto histórico que estará en el centro de las decisiones, a cada uno de los hombres y mujeres, que cual soldados en una guerra con el arma lista para disparar, estarán prestos para mirar y apretar el dedo en el celular para comentar, darle Me gusta, compartir o viralizar. ¡Qué poderoso y hermoso aparatito!
Asesores, comunicadores, marketineros, politólogos ahí tienen la mesa tecnológica servida, que hay saber saborearla de la mejor manera posible y que alcance a la mayor cantidad posible de comensales-electorales.
¡A despertar pasiones y emociones!
Hernán Cabrera M.
Periodista y Lic. en Filosofía