El proyecto de industrialización de litio en Bolivia comenzó con la implementación de piscinas de evaporación, que según la empresa estatal, no dio resultados.
eju.tv
Juan Carlos Véliz y ABI / La Paz
El presidente de Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB), Omar Alarcón, defendió que la tecnología de Extracción Directa del Litio (EDL) permitirá el aprovechamiento del 80% del litio, frente al 10% que logran las piscinas de evaporación.
“Hay dos estrategias muy importantes que se han encarado en Bolivia para el proceso de industrialización. Uno, desde el 2006 hasta el 2020, que básicamente son unos 14 años, por lo menos, de una estrategia que se ha querido implementar con una tecnología que cada vez es más obsoleta, que es la tecnología por piscinas. Esta tecnología por piscinas indica y muestra en sus resultados un porcentaje de aprovechamiento de litio de menos del 10%”, explicó ayer en una entrevista con Bolivia Tv.
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La tecnología EDL es un proceso que permite obtener litio de las salmueras de los acuíferos de manera ecológica y eficiente mientras que las piscinas de evaporación son una tecnología tradicional para extraer litio de la salmuera.
En el primer caso, se extrae la salmuera del acuífero y se bombea a una unidad de procesamiento, se utiliza una resina o material de adsorción para extraer el litio, se elimina el material adsorbido con agua para crear un eluido de litio, se concentra el eluido mediante ósmosis inversa y evaporación mecánica y se utilizan los procesos industriales habituales para producir litio apto para baterías.
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Bolivia puso en marcha la industrialización del litio como una alternativa económica debido a que tiene una de las mayores reservas de ese material en el planeta. El primer paso que dio fue con la implementación de piscinas de evaporación en el gobierno de Evo Morales.
Según Alarcón, esta forma de obtención del carbonato de litio funcionó en países como Chile, donde las lluvias no son constantes, en cambio en el salar de Uyuni hay temporadas, principalmente entre enero y marzo, donde la zona se inunda y no solo impide el trabajo de los técnicos, sino que “corta el proceso de obtención de materia prima” y se pierde el trabajo de “todos los meses anteriores”.
“Ese proceso industrializador está vigente en el país y está mostrando los resultados donde básicamente no elevan la cantidad de carbonato de litio que nosotros podemos producir”, afirmó.
Ante esa situación, el Gobierno nacional optó por la tecnología EDL y hasta la fecha firmó dos contratos: una con Uranium One Group (Rusia) y la otra con CBC (China) para la instalación de tres plantas industriales de producción de carbonato de litio grado batería.
De acuerdo con YLB, las plantas industriales serán emplazadas al sur del Salar de Uyuni (Potosí).
La firma rusa Uranium One Group, Joint-Stock Company Sucursal Bolivia, implementará una planta industrial para la producción de 14.000 toneladas métricas por año (tm/a) de carbonato de litio, en tres fases, con una inversión de más de $us 975 millones.
Mientras que el consorcio chino CBC implementará dos plantas industriales, cada una en dos fases, una con capacidad de 25.000 tm/a y otra de 10.000 tm/a, con una inversión de $us 1.030 millones.
YLB asumirá el control de las plantas sólo cuando ambas firmas demuestren que las pruebas de rendimiento alcanzan un 100%.
Cuando las industrias con tecnología EDL estén en operaciones sólo se requerirá “agarrar la salmuera directamente del pozo y llevarlo a la planta industrial, en la cual en solamente horas conseguimos la materia prima disponible para poder incrementar nuestros niveles de producción”, explicó Alarcón.
Se trata de una tecnología muy avanzada que consume mucho menos agua en relación a otros procesos tecnológicos, energía también, y puede producir mayores cantidades de carbonato de litio en un menor tiempo. Tiene un porcentaje de rendimiento de más del 80%, que incluso ese dato está en los contratos, porque ellos tienen que recuperar más del 80% de litio en estos procesos productivos”, insistió.
Los dos contratos se encuentran en la Asamblea Legislativa para su aprobación.