Me dejó un sabor amargo el acuerdo de las agrupaciones políticas «democráticas» con el Gobierno y el Órgano Electoral, y es que, si no caracterizas a tu adversario político, o enemigo político, como lo ha definido el MAS estás condenado a la derrota.
Para retornar a la democracia a finales de la década del 70, los representantes de la generación de la democracia, expresada en el MIR, negociábamos con la dictadura militar, pero solo teníamos un objetivo derrotarlos y recuperar la libertad para el pueblo boliviano, cosa que logramos no sin antes dejar a muchos compañeros muertos, muchos exiliados y otros proscritos, pero vencimos, y nunca nos olvidamos de nuestros compañeros presos, de pedir el retorno de los exiliados y el cese de la represión
Ayer la oposición funcional, le hizo un gran favor a la dictadura, le lavó la cara ante la comunidad internacional.
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El sabor amargo fue porque no escuché a nadie reclamar sobre los presos políticos, y allí estaban sentados muchos colaboradores de Jeanine Añez, nadie, ni los de su propio partido reclamaron por Luis Fernando Camacho, por Pumari, nadie se acordó que en Bolivia existen militares presos por cumplir órdenes del político, que existen más de 12.000 exiliados que no pueden retornar a su país, se olvidaron que no puede haber democracia con presos ni exiliados, sin división de poderes, sin respeto al voto popular, con un fraude sistémico que no solo está en el papel del Órgano Electoral, sino en las leyes que ha aprobado el MAS durante sus últimos años.
Lo triste es que estaban las víctimas frente a su verdugo y nadie tuvo la decencia de reclamar por la justicia y su libertad, estaban ahí los que fueron a visitarlo a Camacho y a Jeanine, no por solidaridad, sino para pedirle su apoyo, qué decepción.
Como extrañé esos acuerdos que consolidaron la democracia representativa y modernizaron el estado el año 1992 bajo la presidencia de Jaime Paz, que dieron transparencia electoral, políticas de Estado económicas y energéticas, políticas antidroga y otros compromisos entre líderes serios, esos eran hombres de Estado con un presidente democrático y con visión de largo plazo.
Da la impresión que al estar tan cerca la campaña electoral, todos se han desesperado por ser candidatos, sin pensar en que lo que quiere el pueblo, lo que siente la gente, está lejos de las ambiciones y egos de nuestros dirigentes que están dando al mundo y a la sociedad una imagen de una «normalidad democrática» que no existe en nuestro país.
¡Volveremos y venceremos! ¡Viva Bolivia libre!