Bolivia, en el fondo de América Latina en economía y democracia


El MAS y su último presidente se han encargado de derruir la democracia y la economía. Esta es la conclusión del Latinobarómetro, un medidor de la democracia y la economía en América Latina. Tomaron 19.214 entrevistas en 17 países de América Latina (Nicaragua quedó fuera).

Es imprescindible comenzar con el dato esperanzador del continente: los latinoamericanos han recuperado el optimismo en 2024. “De acuerdo con la encuesta, el 52% de las personas entrevistadas en los 17 países cree que su situación económica y la de su familia será “mucho mejor” o “un poco mejor” en los próximos doce meses, aumentando cinco puntos porcentuales desde el 47% en 2023. Este es el porcentaje de promedio regional más alto registrado desde el inicio del estudio en 1995, y supera por un punto porcentual el 51% de optimismo que se observó en 2013, el año que era el más alto hasta ahora. Si se descartan 2024 , 2013 y 2015, en ninguna de las otras 21 mediciones de Latinobarómetro se alcanzó el 50% de optimismo económico, que tuvo su nivel más bajo, del 24%, en 1996”.



República Dominicana, Panamá y Paraguay se sitúan en la cúspide con porcentajes de 74, 74 y 67 por ciento y en la cola están Chile y Bolivia con el 30% y el 37%. El informe pregunta sobre cómo percibimos la situación económica del país y Uruguay lidera con el 33% y Bolivia está a la cola con el 2%, o sea es una percepción absolutamente negativa con sólo dos bolivianos de cada cien creyendo que la situación económica es buena. Asimismo, cuando se pregunta sobre la “situación económica del futuro” volvemos a la peor posición: Panamá se encuentra a la cabeza con el 73% –creen que les irá mejor– y Bolivia sólo con el 6%, lo que supone que sólo seis de cada 100 bolivianos creen que la economía mejorará.

Tras esos devastadores indicadores que miden la “destreza” de nuestro economista-presidente, es crucial advertir sobre un indicador verdaderamente llamativo. “¿Usted considera que la delincuencia es un problema central del país?”. Ecuador, Chile, Uruguay y Perú están entre el 49% y el 30%. ¿Y nuestra Bolivia? Sólo el 1% cree la delincuencia es un problema. ¿Grave? Tremendo: la quema de la Chiquitania, el crecimiento del Chapare cocalero, el contrabando exacerbado, la exportación de “árboles ilegales” con su consecuente deforestación, el 85% de ilegalidad en los permisos ecológicos para la actividad minera, la penetración de la “oligarquía del oro” destruyendo áreas verdes. Es pavoroso. Junto a la inacción policial y, por ende, a la solidificación de “señores de la guerra” que se van acomodando en esos territorios. ¿Por qué no lo percibimos? Porque esos hampones funcionan fuera de las ciudades y, más bien, inyectan dólares a la economía. ¿Qué quiero enfatizar con la reflexión sobre este dato? Pues que vivimos en una burbuja. Ese 1% lejos de ser generador de optimismo, es una muestra del secretismo a ultranza con que se movieron las fichas.

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Sí, la “satisfacción con la vida”. Nuevamente, estamos en la cola con el 55% frente a Costa Rica, Uruguay y Guatemala que rasguñan el 90%. La “imagen del progreso de 1995 a 2024” nuevamente nos arroja al peor sitial: el Salvador está a la cabeza con el 72% y Bolivia con el 5%. El “avance de su familia en los últimos 10 años” vuelve a someternos al lugar más bajo junto a Venezuela con 48% y 47% respectivamente, frente a Costa Rica o República Dominicana con el 73% y el 71%.

¿Y los latinoamericanos y bolivianos queremos algún cambio? Esta pregunta es esencial. Hay tres maneras de responder: se requieren “cambios pequeños”; se requieren “cambios profundos” y se necesitan “cambios radicales”. Panamá o el Salvador están en la primera categoría; Argentina y Chile quieren “cambios profundos” y Venezuela, Nicaragua, Perú y Bolivia quieren “cambios radicales”. ¿Preocupante? Sin duda. Pone en evidencia que la democracia electoral no es suficiente para derrotar a los ineptos que hoy nos gobiernan.

¿Y sobre el apoyo a la misma democracia? La pregunta es contundente: “¿es preferible un régimen autoritario a uno democrático?”, se ve que tres países del continente han empeorado su visión y creen que un régimen autoritario podría ser viable. ¿Cuáles son esos países? Brasil, Bolivia y Perú con el -1%, el -4% y el -6%. Son los únicos tres que han desmejorado alineándose con esa posibilidad. Asimismo, al preguntar: “en una escala del 1 al 10 le pedimos evaluar cuán democrático es el país”, Bolivia y Venezuela ocupan las posiciones del fondo con 4,9 y 4,1 frente a Uruguay o Costa Rica con el 7,6 y 7,3 liderando el ranking. Finalmente, al preguntar sobre si “la democracia puede tener problema, pero es el mejor sistema de gobierno”, Bolivia nuevamente destaca como el peor con el 47% (el único por debajo del 50%, teniendo a Perú u Honduras con el 52 y el 54%, e incluso a ¡Venezuela!, con el 74%) frente a Argentina y Uruguay con el 87% y el 83%.

En suma, siempre hay voces pringadas de militancia, conveniencia o mera estupidez que piensan que se critica por maldad, ser de derecha, ser antimasista. No. Se critica porque los datos saltan a la vista. ¿Qué nos dicen esos datos? Bolivia está en el peor lugar en percepción ciudadana sobre la economía y la política. Esa es la herencia en que nos deja el MAS y su tropa de corifeos.


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