“El Gobierno (especialmente el populista) no es la solución al problema. El Gobierno es el problema”. Ronald Reagan.
Afirman los comunistas y populistas tradicionales, que el capitalismo y su modelo de producción por su misma esencia provoca desigualdades. Consideran que estas desigualdades se producen porque el empresario se adueña de la plusvalía generada por el trabajador y esto es algo que debe ser eliminado con la revolución del proletariado, al restringir la propiedad privada.
Sin propiedad todos seremos felices y los Jefes masistas disfrutando de los bienes del Estado.
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Algo positivo de los bolivianos y de los masistas de raigambre populista, es que ellos son activos trabajadores cuentapropistas, capitalistas y bastante pragmáticos. Ellos son negociantes y acullicadores.
Lo malo es que estos masistas mayormente se enfocan en los negocios de la coca y cuando están en el Gobierno se gastan las reservas, los ahorros del Estado y lo endeudan para tener más plata.
Los liberales no se andan con promesas, ellos saben y lo dicen, que ningún sistema o estructura social puede resolver el problema de la pobreza, como por arte de magia y de la coca, sin contar con una constelación de principios y virtudes:
Lo Primero es contar con un sistema y modelo económico adecuado, el que es una condición necesaria, pero no suficiente para el progreso económico, que siempre dependerá en última instancia de la actuación del individuo.
En suma, amor al trabajo bien hecho y superando los riesgos. Trabajo productivo, propiedad privada, libertad, competencia, orden, honestidad, iniciativa, ahorro, espíritu de servicio, cumplimiento de la palabra y de las normas, audacia.
Esta actitud no les cae muy bien a los que quieren vivir de la manga y se ilusionan con las promesas del vivir bien sin trabajar. Vimos esos Pijoprogres woke, los que piensan que repartiendo dinero se acaba con la pobreza y regalando diplomas, con la ignorancia.
Escuchemos lo que nos enseña Ayn Rand en su libro “La virtud del egoísmo”:
“Robarle el fruto de su trabajo a quien se lo ha ganado para dárselo a quien no se lo ha ganado, en lugar de aliviar el sufrimiento generan nuevos problemas como resentimiento y falta de seguridad jurídica de una parte y falta de incentivos y dependencia de la otra parte. Esto desemboca en una disminución del bienestar general.
Cuando se fuerza al hombre a actuar sin recompensa, se lo convierte en un esclavo; y cuando se recompensa a alguien sin esfuerzo, se lo convierte en un parásito”.
Notas sobre la economía y los negocios masistas para que lo entendamos todos.
La actividad empresarial, fruto del trabajo y la iniciativa, actúa en el proceso productivo con cuatro grandes factores:
Tierra: Los recursos naturales.
Trabajo: El esfuerzo laboral.
Capital: Conjunto de bienes y recursos financieros que se utilizan para producir bienes y servicios.
Capacidad empresarial: Organización/conocimiento y la habilidad para organizar los otros tres recursos y generar valor.
De estos factores depende, la producción, y por ende también la renta y el gasto de cualquier empresa humana.
El Empresario, el emprendedor capitalista, invierte recursos económicos, tiempo, trabajo y se arriesga en procura de una producción exitosa y de buenas ganancias. En consecuencia lo que una Empresa privada que quiera trabajar con el Litio, lo primero que tiene que hacer es negociar y pagar por el recurso natural, vale decir las sales del Salar de Uyuni que son del Estado boliviano y luego pagar los impuestos a las utilidades, respetando las leyes y protegiendo el medio ambiente.
Por lo contrario, los contratos para la explotación del Litio que firmo el MAS, es el ejemplo más claro del entreguismo y de los negocios del Gobierno masista. Un pésimo negocio para el país y más que excelente para los rusos y chinos que no arriesgan nada. Seguro que los masistas, que ya se van, llevaran para sus vacaciones en Miami una buena tajada de las comisiones.
Nos explica el Economista Gonzalo Chávez: “El contrato entre YLB y Uranium One de Rusia es como si Bolivia fuera el dueño de una vaca lechera, pero le entregara la vaca al vecino para que la ordeñe, venda la leche, decida el precio y luego nos diga si queda algo para nosotros. Eso sí, ¡nosotros pagamos la comida de la vaca y la limpieza del establo!”.
Fuente: ovidioroca.wordpress.com