Volker Türk dijo en un comunicado que confirmó casos de ejecuciones sumarias a menores de edad en el este del país africano.
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El alto comisionado de las Naciones Unidas para los derechos humanos, Volker Turk, ofrece una rueda de prensa en Damasco, Siria. 15 de enero de 2025. REUTERS/Yamam Al Shaar
Fuente: infobae.com
El alto comisionado de Naciones Unidas para los derechos humanos acusó a los rebeldes respaldados por Ruanda que tomaron una segunda ciudad importante en el este del Congo de matar a niños y atacar hospitales y almacenes que almacenaban ayuda humanitaria.
El martes, Volker Türk dijo en un comunicado que su oficina “confirmó casos de ejecuciones sumarias de niños por parte del M23 después de que ingresaron a la ciudad de Bukavu la semana pasada. También tenemos conocimiento de que los niños estaban en posesión de armas”.
No proporcionó detalles ni se refirió a hechos específicos, pero las agencias de la ONU han acusado anteriormente tanto a las fuerzas del gobierno congoleño como a los rebeldes de reclutar niños. El Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas lanzó a principios de este mes una comisión que investigará las atrocidades, incluidas las violaciones y los asesinatos similares a “ejecuciones sumarias” cometidos por ambos lados desde principios de año.
Miembros del grupo rebelde M23 viajan en una camioneta mientras abandonan su posición para realizar patrullas en medio del conflicto con las Fuerzas Armadas de la República Democrática del Congo (REUTERS/Stringer)
El domingo, los rebeldes del M23 capturaron Bukavu, una ciudad de 1,3 millones de habitantes, tras apoderarse de Goma, a 100 kilómetros al norte, el mes pasado. Se informó de que al menos 3.000 personas murieron y miles de personas fueron desplazadas en los combates de Goma.
La madrugada del martes se recuperaron los cadáveres de más de 20 personas en Bukavu, dijo a The Associated Press François Moreillon, del Comité Internacional de la Cruz Roja.
El M23 es el más destacado de los más de 100 grupos armados que compiten por el control de los billones de dólares en riqueza mineral del este del Congo, que son fundamentales para gran parte de la tecnología mundial. Los rebeldes cuentan con el apoyo de unos 4.000 soldados de la vecina Ruanda, según expertos de la ONU.
Civiles congoleños que huyeron de Bukavu, en el este de la República Democrática del Congo, tras los enfrentamientos entre los rebeldes del M23 y las Fuerzas Armadas de la República Democrática del Congo (FARDC) (REUTERS/Stringer)
Ruanda acusa al Congo de reclutar a combatientes hutus responsables del genocidio de 1994 contra la minoría tutsi y los hutus moderados. El M23 dice que lucha para proteger a los tutsis y a los congoleños de origen ruandés de la discriminación y quiere transformar el Congo de un estado fallido en un estado moderno, aunque los críticos dicen que es un pretexto para la intervención de Ruanda.
A diferencia de 2012, cuando el M23 tomó brevemente Goma y se retiró tras la presión internacional, los analistas han dicho que los rebeldes esta vez apuntan al poder político.
Los combates que duran décadas han desplazado a más de 6 millones de personas en la región, creando la mayor crisis humanitaria del mundo.
Miembros de las Fuerzas Armadas de la República Democrática del Congo (FARDC) hacen guardia contra el grupo rebelde M23 en Lubero, provincia de Kivu del Norte de la República Democrática del Congo, el 27 de octubre de 2024. REUTERS/Djaffar Al Katanty/Foto de archivo/Foto de archivo
Acusación del presidente
El presidente del Congo, Félix Tshisekedi, criticó lo que describió como la falta de la comunidad internacional para detener la agresión de los rebeldes y las fuerzas militares de Ruanda.
“Esto plantea la cuestión de las Naciones Unidas, que para mí se ha convertido en una organización de dos niveles dependiendo de si estás entre los (países) poderosos o privilegiados o si estás entre los débiles y desfavorecidos”, señaló Tshisekedi, quien se encuentra en la Conferencia de Seguridad de Múnich en Alemania.