La “Quebrada Maldita”: el camino de la muerte sigue cobrando vidas


Potosí. Al menos tres trágicos desenlaces fueron los más consternadores en el descenso de 15 kilómetros al municipio de Yocalla.

La “Quebrada Maldita”: el camino de la muerte sigue cobrando vidas

El camión casi quedó totalmente desintegrado, en 2008.

 



Fuente: https://elpotosi.net

La bajada a Yocalla, considerada como la “Quebrada Maldita”, es un trayecto donde la muerte acecha en cada curva y contra curva. Desde que era un sendero de tierra hasta su actual pavimentación, esta ruta ha cobrado innumerables vidas, dejando un rastro de tragedia, llanto y desesperación en Potosí.

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El trayecto comienza en Kinsa Cruces (Tres Cruces), en la cima del barranco. Allí, los transportistas, temerosos del destino, realizan rituales para implorar protección: cigarrillos, hojas de coca y alcohol son ofrendas desesperadas en su intento de engañar a la muerte. Pero nada detiene el destino fatal que aguarda en sus traicioneras curvas y pendientes.

El descenso de 15 kilómetros culmina en el escalofriante puente “El Diablo”, una estructura envuelta en supersticiones. Según la leyenda potosina, esa obra fue levantada mediante un pacto con Satanás. Bajo su sombra fluye el Pilcomayo, un testigo mudo de incontables tragedias.

A lo largo de ese camino se alzan decenas de apachetas o “capillas de almas”, pequeños altares que narran en silencio la muerte de quienes nunca llegaron a su destino. Cada cruz, cada ofrenda es un grito congelado en el tiempo.

Las peores tragedias quedaron grabadas en la memoria de los sobrevivientes. En 1983, un bus lleno de pasajeros intentó subir la cuesta, pero un fallo mecánico lo hizo retroceder sin control. Se despeñó al abismo, cobrando la vida de 15 personas. Raúl Alcoba, exsecretario ejecutivo de la Federación Sindical de Choferes 1ro de Mayo, recuerda la escena con horror: “Todo Potosí lloró a sus muertos”.

Sin embargo, la peor de todas las tragedias se desató el 9 de julio de 2008. Aquel día, un camión Volvo F-10 con placa 519-ZPY, abarrotado de pasajeros, se precipitó 330 metros al vacío. El impacto fue brutal, y el silencio de la quebrada se rompió con los alaridos desgarradores de quienes quedaron atrapados entre los fierros retorcidos. 60 personas murieron en el peor accidente vial de la historia de Potosí.


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