Fuente: Visión 360
En menos de una semana, entre el 11 y el 5 de marzo, tres casos de infanticidio conmocionaron a Bolivia. Según datos de la Fiscalía General del Estado, hasta la fecha son seis los crímenes de este tipo registrados, uno menos que los del año pasado en el mismo periodo.
Las víctimas son una niña de dos años, otra de uno y un menor de cuatro. Dos fueron en Santa Cruz y el tercero en un municipio rural de La Paz. Hasta el momento La Paz es el departamento con más casos, tres, seguido por Santa Cruz, con dos y Cochabamba, con uno.
El primer asesinato ocurrió la noche del sábado 1 de marzo. Se descubrió cuando un hombre de 19 años llegó a un centro de salud del municipio de Warnes, con una niña de dos años en brazos. La pequeña presentaba lesiones por golpes en la cabeza y el cuerpo, además de estar ya sin signos vitales.
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El joven, identificado como Iver S.V. informó que era el padrastro y las autoridades lo señalaron como el autor del ataque: golpeó hasta dejar sin vida a la pequeña. Confesó que tras ver que no se movía, intentó reanimarla y, como no lo consiguió, fue al centro de salud.
El fiscal Luis Alba indicó a Infobae que la infante murió por golpes “con objetos contusos”. El padrastro fue aprehendido y el Ministerio público pide que se le asigne la pena máxima, de 30 años de prisión.
El segundo caso provocó un impacto mayor en la población, debido a la violencia y la edad de los involucrados. La víctima fue una bebé de un año que no solo fue asesinada a golpes, sino también abusada sexualmente. El autor es el novio de su madre de 25 años, que tiene 16.
Ocurrió el lunes 3 de marzo, en el Plan Tres Mil de la ciudad de Santa Cruz. Al nosocomio de esta zona llegó la madre, Gina O.Z, con el cuerpo de la pequeña. Inicialmente la mujer aseguró que la aplastó accidentalmente, pero el personal médico descubrió señales de violencia en el cuerpo, causada por golpes, además de indicios de abuso sexual. Posteriormente el Ministerio Público informó a los medios que Gina intentaba encubrir a su novio, Osman J.D.O.
Según los resultados de las investigaciones, la madre contestó una llamada, dejando a la bebé bajo el cuidado de Osman, quien procedió con el abuso. El caso sigue siendo indagado.
La noche del miércoles 5 de marzo, en Caranavi (La Paz), un niño de cuatro años fue llevado a un centro de salud sin signos vitales. El médico que lo atendió informó a la Defensoría de la Niñez y Adolescencia, ya que el cuerpo mostraba heridas de violencia.
Las autoridades aprehendieron al padrastro del niño. Según las investigaciones, el hombre golpeó al pequeño en la región abdominal y le causó lesiones internas, causa de la muerte.
En los últimos años activistas y autoridades lamentaron el incremento en estos casos denunciados. Solo el año pasado, el Observatorio Boliviano de Seguridad Ciudadana y Lucha contra las Drogas y el Ministerio Público identificaron la muerte violenta de 38 niños. La mayoría de las veces la causa son heridas por golpes o asfixia.
Lo preocupante es que los responsables son las personas que debían protegerlos. El informe revela que el 67% de los asesinos son parte del entorno familiar, siendo el padre o padrastro el primer victimario.