Los agresores suelen ser familiares cercanos, incluyendo padres, padrastros y, en algunos casos, hermanos. En 2024, el 58 por ciento de los infanticidios fueron perpetrados por quienes tenían la responsabilidad de cuidarlos.
Seis niños menores de cinco años murieron a manos de sus padres o padrastros en Bolivia en los primeros tres meses del año, hasta el 6 de marzo, de acuerdo con datos del Ministerio Público.
En los últimos cinco años, se registraron 198 infanticidios, según datos del Observatorio Boliviano de Seguridad Ciudadana y Lucha contra las Drogas. En 2020, durante la cuarentena por la pandemia del covid, hubo la mayor cantidad de casos: 51; y 2023 fue el año con menos casos: 25. (Ver infografía)
Este año, sólo en una semana, hubo tres infanticidios, entre el 1 y el 5 de marzo: el de una niña de dos años, otro de una niña de un año y de un menor de cuatro. Dos fueron en Santa Cruz y el tercero en La Paz.
En los tres casos, las pequeñas víctimas fueron golpeadas por sus padres o padrastros y llevados a centros de salud donde llegaron sin vida.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
En el primero, una bebé de un año fue golpeada y violada por el novio de su madre, un adolescente de 16 años. La progenitora que quiso encubrir el delito fue detenida junto con el infanticida.
En el segundo, un niño de cuatro años fue asesinado por su padrastro en el municipio paceño de Caranavi. El hombre lo mató a patadas en ausencia de su madre, quien estaba internada en un hospital de la La Paz, debido a un parto adelantado.
En el tercero, una niña de dos años fue golpeada por su padrastro de 19 años. Tras ver que la niña no se movía,el hombre intentó reanimarla y la trasladó hasta un centro médico. La Fiscalía informó que murió por golpes “con objetos contusos”.
La mayoría de las víctimas es menor de cinco años, siendo el departamento de La Paz el que reporta la mayor incidencia de estos crímenes.
La principal causa de muerte identificada por el Observatorio fue la asfixia, que ocurrió en el 42 por ciento de las víctimas, seguida por golpes con un 26,32 por ciento. Le siguen las muertes por intoxicación con sustancias como raticida, las causadas por heridas de arma blanca, por arma de fuego y por quemaduras.
Agresores cercanos
Los agresores suelen ser familiares cercanos, incluyendo padres, padrastros y, en algunos casos, hermanos. En 2024, el 58 por ciento de los infanticidios fueron perpetrados por quienes tenían la responsabilidad de cuidarlos.
El Observatorio reportó que de los 33 casos abiertos ante la justicia, solo 18 por ciento llegó a sentencia y los demás estaban en distintas fases del proceso penal.
Para la psicóloga Ilosva Miranda, las cifras de infanticidio en Bolivia reflejan la violencia intrafamiliar y la extrema vulnerabilidad de los menores en entornos que deberían ser seguros.
Señaló que la mayoría de los infanticidas provienen de hogares disfuncionales, donde se naturalizó la violencia en general.
La prevención de la violencia, incluido el infanticidio, requiere cambiar las normas sociales que normalizan el uso de la violencia contra mujeres y niñas, niños y adolescentes.
Miranda mencionó la importancia de la educación desde los primeros años para establecer límites y comprender lo que está bien y lo que está mal. “Muchas veces los padres sienten que sus hijos son un obstáculo para continuar con su vida; cuando ellos deben asumir un rol protector con los menores”.
Señaló la importancia de encarar un enfoque integral que aborde las causas y promueva un entorno seguro y protector para la niñez y adolescencia. Esto incluye medidas que fortalezcan el acceso a los servicios de salud mental y apoyo psicosocial, que promuevan la educación y sensibilización, que fortalezcan las redes de apoyo comunitario e intervengan a tiempo en situaciones de riesgo.
Los infanticidios son una problemática compleja que requiere una respuesta integral y coordinada entre las autoridades, las organizaciones sociales y la comunidad en general para garantizar la protección y bienestar de la niñez y adolescencia en el país, subrayó.
6 casos
De acuerdo con datos del Ministerio Público, hasta el 6 de marzo, se registraron seis casos de feminicidios.
Urgen redes de apoyo para los niños y niñas
La abogada Leonor Oviedo señaló que las causas que contribuyen al aumento de los infanticidios en Bolivia son diversas, muchos niños viven en familias donde no existen redes de apoyo, ya sea por la falta de instituciones comunitarias o de servicios sociales que ofrezcan asistencia y protección. Sin apoyo adecuado, los menores se encuentran en situaciones de vulnerabilidad extrema.
En algunos sectores de la sociedad boliviana, existen creencias y normas sociales que normalizan la violencia como una forma de disciplina o de resolver conflictos. Estas ideas pueden llevar a que los agresores no perciban la gravedad de sus acciones.
Las normas patriarcales también juegan un papel importante, el control sobre las mujeres y los niños a través de la violencia es un reflejo de la violencia estructural que afecta a toda la sociedad. Las mujeres en situaciones de violencia de pareja, en algunos casos, no logran escapar de estas relaciones y, lamentablemente, los niños también se convierten en víctimas.
Hace falta una adecuada educación sobre los derechos de los niños, la violencia intrafamiliar y las consecuencias legales del abuso infantil.