Se acabó el populismo     


Mgr. Fernando Berríos Ayala / Politólogo

A propósito de gobiernos populistas, los últimos 20 a 25 años e incluso a través de la historia, el populismo siempre fracasó y la democracia liberal, a largo plazo, siempre triunfó. El populismo perdió porque siempre respondió a necesidades de corto plazo, pero llevó a los países al desastre o a la decadencia en el largo plazo. Ejemplos sobran: Mussolini, Hitler, Franco, Perón, Castro, Chávez/Maduro, Trump, Bolsonaro, Menem, los Kirchner, Evo/Lucho. La democracia en la política y capitalismo en la economía, liberalmente, creó a largo plazo prosperidad, bajó índices de pobreza y alargó el promedio de vida de 35 años a 75 años actualmente. China encontró bienestar a largo plazo apegada al capitalismo. Europa, Japón y Corea no fueron menos cuando abrazaron una democracia liberal basada en un capitalismo asociado a un estado de bienestar.



El populismo en Bolivia es un modelo reactivo: reacciona contra lo que considera que le hicieron antes y por eso es normal que viva atado al pasado cuando reclama: “Yo soy fruto de lo que me hicieron» contra «yo soy por lo que decido” impulsado por la filosofía liberal. Se hizo común en el país culpar a todos, en especial al “colonialismo” y al “imperio” por lo que les “ocurrió” desde la fundación de la Republica; entonces, la propuesta populista está condicionada a esa melancolía de victimización. En cambio, la ideología liberal propone nuevos caminos, no en contra, sino a favor y a la medida de los hombres, respira prosperidad, libertad y paz, no es una ilusión. No vamos a negar que la democracia liberal y el capitalismo han fallado muchas veces en representar bien a la sociedad, no se puede ignorar que uno de sus grandes fallos fueron los que dieron lugar al populismo de los siglos XX y XXI, no porque el populismo sea mejor, sino porque la filosofía liberal no tuvo la capacidad de sostenerse en el tiempo. El tiempo cíclico de la democracia muestra ahora el fracaso del populismo en estos últimos 20 años, obliga a buscar una democracia más representativa. La falla del sistema liberal dio lugar al gobierno del MAS, pero instalar el populismo como si fuera una solución, nos ha lleva al desastre. En el largo plazo la solución es mejorar el régimen liberal. Por eso es tan importante vencer al populismo para rediseñar la democracia y para que la nación no se vuelva inviable. Es fundamental no permitir fallos en la democracia de nuevo.

Es mentira que el populismo integre a los excluidos del sistema político, el MAS ha implantado un sistema basado únicamente en el personalismo político (Evo/Lucho) unido a la dictadura de las mayorías afines, las instituciones formales y las representaciones populares e indígenas incluso por encima de la ley. Ha demostrado que le es esencial la corrupción entre un Estado cooptado ideológicamente, un empresariado prebendal, mafias sindicales, movimientos sociales corporativos y grupos de choque. En los hechos pareciera que prefiere una sociedad sin normas, caótica, sin rumbo. El populismo masista ha creado de esta manera su propia oligarquía político-empresarial-sindical-social en las sombras.

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Hasta ahora entendimos porque el gobierno del MAS nunca pudo ser verdaderamente hegemónico: necesita de un enemigo, vive culpando de sus fracasos a cualquiera y busca chivos expiatorios, esto le impide superación y claridad de gobierno. Jamás intento aprender y menos adaptarse a la realidad, es imprescindible crear enemigos por su propia necesidad, la lealtad es más importante que la idoneidad para ocupar un cargo. La lucha contra el enemigo es más importante que hacer bien las cosas. Si el enemigo desaparece, pierde su razón de ser y por eso tiene necesidad de crearlos constantemente. Si el pueblo prosperase libremente, se crearía una clase media autónoma, que no es “pueblo”, es el fin del populismo masista y por lo tanto este populismo debe dejar de existir. Cuando… ahora es cuando….

Fuente: eju.tv


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