Herrera calificó a las cárceles como espacios de “mayor deterioro del ser humano” y ejemplificó con la situación del penal de Morros Blancos, donde cerca del 80% de los reclusos consume drogas.
Fuente: ANF
Yolanda Herrera, vicepresidenta de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia (APDHB), denunció que la custodia policial en los centros penitenciarios del país obstaculiza cualquier proceso de rehabilitación de los privados de libertad.
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“La verdad es que mientras sea la policía la que custodie todo esto, y tenga esta lamentable imagen como institución, siempre nos generan dudas de que efectivamente haya una rehabilitación al interior de los centros penitenciarios”, afirmó Herrera entrevistada por ANF.
Herrera calificó a las cárceles como espacios de “mayor deterioro del ser humano” y ejemplificó con la situación del penal de Morros Blancos, donde cerca del 80% de los reclusos consume drogas.
“Para que haya esa cantidad de personas consumiendo, que ahora son más de 1.400 privados de libertad, ¿cuánta droga tendrá que ingresar?”, cuestionó.
La defensora de derechos humanos advirtió que los penales se han convertido en “una bomba de tiempo” debido a la presencia de internos con poder que controlan el narcotráfico. “Hay gente de mucho poder dentro de las cárceles que se encarga de la distribución de la droga, son los que arman las redes, y las cárceles son un mercado cautivo para el narcotráfico”, señaló.
Herrera también criticó la inoperancia del Régimen Penitenciario y de los directores de los centros carcelarios que no tienen la capacidad de equilibrar esta situación con mayor presencia del Estado, porque “al parecer rápidamente son captados o prefieren hacerse de la vista gorda para vivir en paz”.
La corrupción al interior de los penales fue otro punto destacado en sus declaraciones. Herrera afirmó que los centros penitenciarios funcionan como una “caja chica o caja fuerte” para muchos policías, quienes realizan cobros ilegales a visitantes y reclusos.
“En la norma dice que no pueden entrar celulares a los penales, que no pueden ingresar una serie de artefactos, pero eso no ocurre en la realidad”, denunció. “Eso no entra por el aire, eso entra por la puerta, entonces, ahí el foco de nuestra mirada siempre va a ser el comportamiento de los efectivos policiales”, apuntó.
La vicepresidenta de la APDHB reveló que existen cobros arbitrarios para ingresar a los penales, cobros en horarios de visita a quiénes acuden a ver a sus familiares. “Si ingresa una persona debe pagar 10 bolivianos, si ingresan 3 son 30 bolivianos”, explicó. Además, lamentó que familiares de escasos recursos deban pedir prestado para ver a sus seres queridos.
Herrera relató que, durante las visitas de la APDHB, los cobros ilegales se suspenden temporalmente, pero cuando ya no están, continúan.
La corrupción policial, según Herrera, facilita el ingreso de alcohol, drogas e incluso prostitución a las cárceles. “Todo es pagando”, enfatizó. Incluso el pernocte, un derecho legal de los visitantes, está sujeto a extorsión. “Alguna vez tienen que hacer el pernocte, pero igual tienen que pagar 50 o 100 bolivianos a los de la puerta”, denunció.
Herrera exigió una reforma estructural en el sistema penitenciario y mayor transparencia en la gestión carcelaria. Dijo mientras no se cambie ese modelo de custodia y no se erradique la corrupción, “las cárceles seguirán siendo centros de exclusión y no de rehabilitación”.
/ANF/