Día Internacional del Libro: una fecha para celebrar la lectura y reflexionar sobre el daño del plagio y la piratería en Bolivia


El Día Internacional del Libro se celebra cada 23 de abril con el objetivo de fomentar la lectura, la industria editorial y la protección de la propiedad intelectual por medio del derecho de autor.

 

 



 

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Santa Cruz.- En el marco del Día Internacional del Libro, celebrado cada 23 de abril, autores, editoriales y organizaciones culturales de Bolivia alzan la voz no solo para promover la lectura, sino también para denunciar una problemática persistente: el plagio y la piratería de obras literarias, fenómenos que afectan directamente al desarrollo del arte, la cultura y los derechos de autor en el país.

Si bien esta fecha busca rendir homenaje a los libros y a sus creadores, también es una oportunidad para recordar que la reproducción ilegal de obras literarias —ya sea en formato digital o impreso— representa una forma de violencia simbólica y económica hacia los escritores bolivianos y la industria editorial nacional. Cada copia no autorizada que circula significa una pérdida directa para el autor, especialmente en un contexto donde vivir de la escritura sigue siendo una difícil tarea.

“Es desmoralizante ver tu obra fotocopiada o compartida sin tu consentimiento en redes sociales o grupos de lectura”, señala Alfredo Rodríguez Peña, presidente de la Sociedad Cruceña de Escritores Germán Coímbra Sanz y víctima del robo de los derechos autorales de dos de sus títulos publicados. “Más allá del dinero, es una falta de respeto al tiempo, la creatividad y el esfuerzo invertido en cada página”, señala el autor.

En Bolivia, donde el acceso al libro muchas veces depende del esfuerzo independiente de autores y pequeñas editoriales, la piratería no solo impide una justa retribución económica, sino que también desincentiva la producción literaria. El ecosistema del libro —que incluye a diseñadores, editores, ilustradores y libreros— se ve afectado por esta cadena de apropiación indebida.

Bárbara Antelo, autora de la saga Eufi, de gran aceptación entre el público lector adolescente, también ha visto sus libros plagiados con la particularidad de que, en uno de ellos, los “piratas” han omitido la solapa en la que se consigna su biografía. Es decir, que quien compra la versión falsificada la recibe incompleta. Este fenómeno es muy frecuente, los plagiadores no solo copian, sino que también manipulan los contenidos originales y de esa manera engañan además al consumidor que adquiere libros de muy mala calidad, con ilustraciones descoloridas, papel de bajo gramaje y empastados que no soportan el paso del tiempo.

Aunque no hay datos oficiales sobre el impacto de la piratería de libros en el país, los autores y libreros cruceños perciben que el problema es cada vez mayor, pues ya no se trata de pequeños puestos de libros piratas asentados en algunos puntos de la ciudad; atrás de este negocio ilegal están grandes organizaciones que cuentan con tecnología de punta, redes de distribución y esquemas de ventas tan bien estructurados.

A estas redes también se suman la reproducción de obras mediante fotocopiadoras, actividad conocida como REPROGRAFÍA, y que no sólo afecta a los propietarios de las obras intelectuales, pues no cobran ninguna regalía por el uso y reproducción parcial de sus creaciones; sino también a los importadores y distribuidores de obras y textos que deben competir contra negocios informales que no pagan impuestos; y a la industria editorial en general que realiza enormes esfuerzos para mantenerse en pie.

Es por todo ello que distintas instituciones culturales del país están impulsando campañas de concientización bajo el lema “Leer también es respetar”, promoviendo la compra de libros originales y el apoyo directo a los autores nacionales; pero también se está coordinando acciones con el Ministerio Público para comenzar acciones legales para frenar y sancionar a quienes atentan contra la propiedad intelectual en el país, según informó el directorio de la Cámara Departamental del Libro de Santa Cruz.

 

Un poco de historia. ¿Por qué se celebra el Día Internacional del Libro?

El Día Internacional del Libro se celebra cada 23 de abril con el objetivo de fomentar la lectura, la industria editorial y la protección de la propiedad intelectual por medio del derecho de autor. Esta fecha fue establecida en 1995 por la UNESCO, y su elección no es casual: el 23 de abril coincide con el fallecimiento de tres grandes figuras de la literatura universal en 1616 —Miguel de Cervantes, William Shakespeare y Garcilaso de la Vega—, lo que convierte este día en un símbolo para la literatura mundial.

En Bolivia, le cabe el mérito de incluir esa fecha histórica en el calendario cultural del país a la Prof. potosina Victoria Terán de Sarmiento, miembro de la Unión Boliviana de Clubes del Libro, quien solicitó al Ministerio de Educación y Cultura, declarar al 23 de abril como Día Nacional del Libro, reconociendo su función social invalorable e imprescindible, como promotor de la dignidad, la libertad y la comprensión humanas, petición que llevó al Ministerio de Educación de Bolivia a promulgar la Resolución Nº 1146/90 de 2 de abril de 1990, que declaró al 23 de abril como Día Nacional del Libro, cinco años antes de que la UNESCO lo haga a nivel mundial.

Los principales motivos de esta conmemoración son:

  • Rendir homenaje a los autores y su legado: La fecha celebra la vida y obra de escritores que han marcado la historia cultural de la humanidad, destacando su aporte a la reflexión, la imaginación y el pensamiento crítico.
  • Promover el hábito de la lectura: A través de actividades en escuelas, bibliotecas y centros culturales, se busca cultivar el amor por los libros desde la infancia y hacer de la lectura una práctica cotidiana.
  • Fomentar la industria editorial y el acceso al libro: El día también pone en relieve la importancia de apoyar a editoriales, librerías y bibliotecas como pilares fundamentales del acceso al conocimiento y la cultura.
  • Defender los derechos de autor: La celebración recuerda la necesidad de respetar la propiedad intelectual y combatir prácticas como el plagio o la piratería, que afectan directamente a los creadores y al desarrollo cultural.
  • Resaltar su valor como herramienta de transformación social: los libros permiten preservar la memoria, compartir saberes y construir puentes entre generaciones y culturas. En tiempos de crisis o incertidumbre, la lectura ha demostrado ser un refugio y una fuente de resiliencia, como ocurrió en los tiempos de la pandemia del COVID.

Así, el Día Internacional del Libro no solo es una ocasión para regalar y leer libros, sino también para reconocer su poder como vehículos de libertad, educación y creatividad en todo el mundo.


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