Los envíos directos e indirectos de todas las aves de corral y productos relacionados desde el país sudamericano están prohibidas para evitar contagios.
Las importaciones directas e indirectas de todas las aves de corral y productos relacionados desde Brasil están prohibidas para evitar la importación de gripe aviar, según ha hecho saber la agencia de aduanas de China en un comunicado publicado el viernes por la noche.
“Queda prohibida la importación de aves de corral y productos afines (productos avícolas sin procesar o procesados que aún puedan propagar enfermedades) directa o indirectamente desde Brasil”, señala la agencia oficial en su página web. Además, todos los desechos animales y vegetales, desperdicios, etc. descargados de barcos, aeronaves y otros medios de transporte que llegan desde Brasil “deben ser tratados contra plagas bajo la supervisión de la aduana y no deben descartarse sin autorización”.
La prohibición generalizada de China, el mayor comprador de carne de pollo brasileña, ensombrece las perspectivas de las exportaciones del país sudamericano, mientras ambas naciones trabajan para fortalecer sus relaciones en medio de la guerra comercial global iniciada por el presidente estadounidense Donald Trump.
Brasil, responsable de aproximadamente un tercio de las exportaciones mundiales de carne de pollo, envió más del 10 por ciento de sus productos a China en 2024, según datos del Departamento de Agricultura. El comercio bilateral alcanzó un valor aproximado de 1.500 millones de dólares en 2024, según datos de las aduanas chinas.
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Por otra parte, fiscales brasileños dijeron el martes que demandarán al gigante chino de vehículos eléctricos BYD y a dos de sus contratistas por acusaciones de emplear a trabajadores en condiciones laborales similares a la esclavitud y de participar en el tráfico internacional de personas.
La fiscalía laboral del estado de Bahía señaló en un comunicado que pedirán 257 millones de reales brasileños (50 millones de dólares) como indemnización de BYD, China JinJiang Construction Brazil y Tecmonta Equipamentos Inteligentes.
La demanda se origina de una investigación que llevó al rescate el año pasado de 220 trabajadores chinos del sitio de construcción de la nueva fábrica de BYD en la ciudad de Camaçari. Los fiscales dijeron que los trabajadores fueron llevados a Brasil con engaños y con visas que no correspondían a sus trabajos.
“Las condiciones de trabajo eran extremadamente degradantes. BYD, JinJiang y Tecmonta mantenían cinco asentamientos. Algunos trabajadores dormían en camas sin colchones y tenían sus pertenencias personales junto con su comida”, señaló la fiscalía. “Había pocos baños, que no estaban asignados por género. En uno de los asentamientos había un baño para 31 personas, lo que obligaba a los trabajadores a levantarse a las 4 de la mañana para su higiene personal antes de trabajar”.
BYD afirmó en un comunicado que está colaborando con las investigaciones desde el principio y que hablará sobre el caso durante el transcurso de la investigación. También aseveró que respeta las leyes de Brasil y las regulaciones laborales internacionales.
Por su parte, el régimen chino evitó este jueves pronunciarse sobre la denuncia presentada en Brasil contra la automotriz china BYD por presunto uso de trabajo esclavo, pero subrayó que las empresas del país deben “operar de acuerdo con las leyes y regulaciones”.
“La parte china ha reiterado en múltiples ocasiones que el Gobierno concede gran importancia a la protección de los derechos e intereses legítimos de los trabajadores, y exige a las empresas chinas que respeten las leyes allá donde operen”, declaró la portavoz de Exteriores Mao Ning al ser consultada sobre el caso.