El antimasismo no es suficiente para ganar una elección, advierte Añez


Alertó que, al igual que en Venezuela, una eventual derrota electoral del MAS no necesariamente implicaría una transición de poder.

eju.tv / La Hora Pico

Santa Cruz.- El analista político Guido Añez advirtió que el discurso exclusivamente antimasista no basta para consolidar una victoria electoral en Bolivia, por tanto, los frentes opositores deben presentar propuestas concretas que respondan a las demandas de la ciudadanía y ofrezcan un proyecto de país que genere confianza y estabilidad.



“El ciudadano boliviano ha cambiado: está más activo, más crítico, sobre todo en redes sociales. Está molesto, pero también más consciente. No se trata de votar en contra de alguien, sino a favor de algo que dé certidumbre”, sostuvo Añez en el programa radial La Hora Pico de eju.tv que conducen Belén Mendivil, Patricia Gutiérrez, Jorge Robles y Ernesto Justiniano.

Añez recordó que, pese a haber sido derrotado en el referéndum constitucional de 2016 y a cargar con una reputación fuertemente deteriorada en 2019, el Movimiento al Socialismo (MAS) logró recuperarse. A su juicio, esto fue posible en parte gracias a la dispersión y falta de estrategia en la oposición durante ese periodo.

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“El gobierno de Jeanine Añez, la candidatura de Samuel Doria Medina, Tuto Quiroga, Carlos Mesa, Chi Hyun Chung y Luis Fernando Camacho no lograron generar una alternativa unificada que transmitiera estabilidad. Esa falta de certidumbre permitió al MAS volver al poder”, explicó.

El analista subrayó que este escenario podría repetirse si los actores opositores actuales insisten en una fragmentación del voto. “Ya lo hemos visto antes: Tuto sacó el 29% en 2005, Manfred Reyes Villa el 27% en 2009, Samuel Doria Medina también el 27% en 2014. Hay un techo histórico del discurso antimasista que ronda el 30% del electorado. Mientras tanto, el MAS mantiene un voto duro de entre el 30% y el 40%, siendo el único partido con estructura política real en el país”, añadió.

Asimismo, Añez advirtió sobre las condiciones estructurales que favorecen al oficialismo, como el crecimiento desproporcionado del padrón electoral —un 99% entre 2005 y 2020, frente a un crecimiento poblacional del 27%— y el control de circunscripciones electorales, incluidas las indígenas.

Alertó que, al igual que en Venezuela, una eventual derrota electoral del MAS no necesariamente implicaría una transición de poder. “Por eso era crucial apostar por un candidato único que pudiera ganar con un margen amplio, del 60 o 65%. Esa victoria habría dado señales de madurez política, de que la oposición está preparada para gobernar”, manifestó.